Mariano Rajoy ya ha descorchado el champán, lagrimitas de emoción junto a su querida Elvira en este memorable domingo de Domund.
Soraya SS también lo está celebrando, ella debe de ser más de vino tinto, cerca de la ventana de la cocina de su casa donde, según asegura, el célebre día del escrache en la Fuente del Berro vio caras que reconoció en la protesta universitaria de este miércoles contra Felipe y Juan Luis.
– Por fin han tragado, Soraya -le ha debido decir a su segunda un exultante Mariano-, mira que nos ha costado hacérselo entender.
– Sí, presidente, gracias a ti, que eres un hacha aguantando mecha.
-¡Qué pesaos! Te espero mañana tempranito en la Moncloa, que tenemos faena.
Al final va a ser verdad aquello de Cela de “quien resiste, gana”. Ya pueden ponerse a la tarea.
Ya pueden ir sacando del cajón toda la lista de putadas que tienen pensadas gastar a los ciudadanos desde hace diez meses. Los socialistas aún necesitarán hacer el paripé un poquito más -la puntita nada más, que soy doncella- antes de acudir al altar después de ¡trescientos días! haciéndose los estrechos.
Ellos, los socialistas, sabían que acabarían diciendo que sí. Que acabarían tragando por lo civil o por lo militar. Intentaron que pareciera un accidente cuando en febrero -el 23 de febrero, vaya casualidad- obligaron a Pedro Sánchez a pactar con Ciudadanos sabiendo que los de Podemos no pasarían por ahí, lo que proporcionaría impagables argumentos para demonizarlos.
Le hicieron además el trabajo sucio a Rajoy y los suyos: “Podemos ha votado con el PP contra nosotros”, repetían hasta la saciedad. Tamaña demagogia no se la creían ni ellos, pero ahí estuvo vigente el argumento sobre todo hasta que las segundas elecciones aumentaron la capacidad táctica de los populares y disminuyó la del PSOE. Menos de lo que temían, eso es verdad.
Ya en abril, un buen amigo del PSC, sí, del PSC me lo dijo clarito: “Al final, querido Juan, lo que ocurrirá será que nos abstendremos y le daremos el gobierno al PP” ¿Gran coalición? ¡No, qué va, lagarto, lagarto! Pues no será gran coalición, pero se le va a parecer mucho.
Los resultados de diciembre lo anunciaron, los de junio lo reforzaron y… ¡alé hop! he aquí la consumación de la impresentable venta de moto, esa que asegura que a partir de ahora viviremos más en paz, más seguros y con mejores perspectivas de futuro.
¿Se puede tener más cara? Todos saben que lo que el PP va a hacer ipso facto es meterle mano a las pensiones, profundizar en los recortes, continuar anulando derechos laborales y sociales, mantener la misma línea de funcionamiento de los últimos cinco años… y de paso correr todos los tupidos velos posibles a la vergonzosa e intolerable corrupción que les sale por las orejas.
Continuarán mandando los bancos, la troika, Merkel… Con más desahogo aún que hasta ahora, pero los socialistas pretenden vendernos que eso no va a ser así, que van a ejercer una dura y vigilante oposición al gobierno de Rajoy.
A un gobierno que han decidido apoyar después de tirarse diez meses buscando, sin encontrarla, alguna sutil manera de hacer lo que por fin han hecho, después de amagar una y otra vez con cortarle la cabeza a Pedro Sánchez hasta que finalmente, cuando el calendario ya no daba más de sí, optaron por el golpe de estado directo sin disimulos y sin anestesia.
Que van a hacer oposición, dicen, que se lo van a poner difícil al PP. ¿Pero qué cuento es éste?. Ellos saben, como lo intuye todo el mundo, que cuando le den el poder a Rajoy, éste va a usarlo como le venga en gana ninguneándolos y riéndose en sus caras cada vez que lo crea conveniente.
– Se siente, les dirá, cuando nos votasteis ya sabíais con quién os casabais. Y conocíais de sobra cuál es nuestra condición, como en el cuento del escorpión. Prometer hasta meter y una vez metido, nada de lo prometido, así va a ir la cosa. Y como os pongáis tontos, disuelvo el parlamento apenas pueda, que podré pronto, vamos otra vez a elecciones y a ver quién sale ganando.
Y con esa espada de Damocles sobre su cabeza, los socialistas intentarán interpretar el papel de novios engañados sin que nadie se crea el cuento. Porque no le interesa a lo que queda del PSOE que haya elecciones demasiado pronto y a Mariano, visto lo visto, le da igual, porque de momento no se le tuerce la estrella y siempre sale ganando. Va a se verdad que resistir es ganar.
En cambio los socialistas necesitan un buen tiempo para recomponerse, reinventarse o como quiera decirse. No tienen líder, al menos oficialmente, han de celebrar primarias, tienen pendiente un congreso…
Y mientras tanto serán corderitos que procurarán tocarle las narices a Rajoy más bien lo justito, solo de cara a la galería, solo lo imprescindible para que todo continúe pareciendo un accidente. Aunque nadie les crea, no les queda otra.
Este domingo misionero de Domund es una fecha triste para los progresistas de este país. Mariano, Soraya SS y compañía, tienen sobradas razones para celebrarlo con champán. O con tinto ¡Viva el vino!
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