viernes, 30 de septiembre de 2016

Shimon Peres, una vida entera sembrando el terror en Palestina


Shimon Peres falleció este miércoles a los 93 años después de sufrir un derrame cerebral. Por supuesto, no nos da ninguna pena su muerte, sino al contrario, creemos que libra a la humanidad de uno de sus peores especímenes. Su biografia criminal lo confirma.


El que fue durante gran parte de su vida un sanguinario terrorista sionista, y siguiera implementando el terror al llegar a ser presidente de Israel, fue uno de los mayores responsables y autores de la “Shoa” Palestina conocida como “Nakba”, en la que miles de civiles inermes palestinos fueron asesinados a sangre fría, mutilados, expulsados de sus hogares, despojados de sus bienes por grupos terroristas sionistas como “Haganah”, del que formaba parte, y durante un tiempo encabezaría, este personaje.


Su carrera criminal continuó en las FOI (Fuerzas de Ocupación Israelí) las cual al día de hoy continúan llevando a cabo el legado de muerte y persecución que Peres les legó. Promovió el desarrollo nuclear del Estado de Apartheid Israelí, además de ser un adalid de la colaboración y apoyo al estado racista de Sudáfrica, al que jamás retiró su apoyo.  También fue defensor y líder del proceso de asentamientos ilegales en los territorios palestinos ocupados por dicha entidad en 1967 que incluyen Jerusalén Oriental, Gaza y Cisjordania, pertenecientes al Estado de Palestina, y los Altos del Golán pertenecientes a Siria (que por cierto, ninguna "potencia amiga" ayuda a recuperar al pueblo sirio.
Peres en 1941 se unió al Haganá -organización terrorista armada clandestina que luchó por la formación de un Estado sionista en territorio palestino, objetivo que se hizo realidad con el establecimiento unilateral de Israel en 1948.


Fue elegido delegado en 1946 al 22° Congreso Sionista Mundial. En el congreso se reunió con David Ben-Gurión y a partir de entonces se convertiría en su delfín. Peres junto a sus compañeros terroristas del Haganá, como Yitzhak Rabin, Ariel Sharón, Moshé Dayan, y otros, participó de múltiples atentados terroristas, no sólo contra los palestinos sino incluso contra inmigrantes judíos pobres, trabajadores.


Éstos eran traídos clandestinamente a Palestina en barcos fletados por los agentes del Haganá que, previamente colocaban cargas de demolición. Cuando el navio era interceptado por los británicos, los terroristas del Haganá hacían detonar los explosivos haciendo creer a la opinión pública que el estallido había sido provocado por las autoridades de Londres.

Imagini pentru palestina libre

Uno de los casos más conocidos de esta serie de operaciones encubiertas fue el desastre del “Patria”, atentado llevado a cabo el 25 de noviembre de 1940. El hundimiento provocado por el Haganá en Haifa, causó la muerte de por lo menos 260 judíos inmigrantes y otros 172 quedaron heridos.


El incidente fue denunciado por el periodista judío David Flinker en el New York Morning Journal del 27 de noviembre de 1950, donde afirmaba que: «Fue el comando del Haganá el que dio la orden de hacer estallar el barco “Patria”». Otro de los atentados de esta naturaleza fue el que hundió al buque “Struma”. Resultado: el asesinato por el sionismo de 760 inmigrantes judíos.


Después del atentado contra el hotel King David y otros asesinatos terroristas cometidos por el Haganá y otras bandas terroristas sionistas como el Irgún, el Lehi y el Stern,los británicos se retiraron de Palestina.


En mayo de 1947, Ben-Gurión designó a Shimón Peres en el alto mando del Haganá, donde inicialmente fue puesto a cargo del personal y más tarde se involucró en la adquisición de armas y la producción.

Entre 1953 y 1965, Peres sirvió primero como director general del Ministerio de Defensa de Israel y luego como viceministro de Defensa. A causa de sus responsabilidades en el momento, Peres ha sido descrito como "un arquitecto del programa de armas nucleares de Israel", que, a día de hoy, "permanece fuera del control del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)."


Peres construyó una alianza con Francia que le aseguró una fuente de las armas, y fue responsable del programa para desarrollar armas nucleares para Israel, convenciendo a los franceses para que ayudasen a Israel a construir un reactor nuclear secreto en Dimona, en el desierto de Negev, en 1957.


El crimen de guerra más destacado cometido por el Premio Nobel de la Paz 1994 fue su responsabilidad directa como Primer Ministro del bombardeo de la sede de les fuerzas de la ONU en la aldea de Qana, en el sur del Líbano en 1996.

Más de 800 civiles libaneses buscaron refugio en el edificio para escapar del fuego israelí. Sin embargo, la bandera de la ONU no fue suficiente para detener a los criminales. La artillería israelí abrió fuego y varios proyectiles impactaron en la sede de las Naciones Unidas. Ciento seis personas murieron en la masacre y al menos 110 resultaron gravemente heridas. Militares del batallón de las Islas Fiji que estaban acantonados en el lugar confesaron que minutos antes un comandante israeíí los llamó por teléfono y le preguntó las coordenadas, según él para confirmar la posición y que ésta no fuera blanco de algún disparo. 
 
 
En realidad, estaba precisando “la puntería” para lo que iba a venir después… A pesar de las conclusiones de la investigación de la ONU de que el ataque no fue un error técnico o de procedimiento, sino absolutamente intencional, la comunidad internacional, hasta ahora, no ha hecho nada para llevar a Peres a juicio como criminal de guerra.


Peres fue siempre sincero sobre el objetivo de un acuerdo de paz con los palestinos. Como dijo en 2014: "La primera prioridad es la preservación de Israel como un estado judío. Ese es nuestro objetivo central, que es lo que estamos luchando". El año pasado reiteró estos sentimientos en una entrevista con AP, diciendo: "Israel debe implementar la solución de dos estados para su propio beneficio", así como a "no perder nuestra mayoría [judía]."


Eendencia cruel es característica de un hombre para quien "la paz" siempre significaba pacificación colonial. Es decir, en la onda de todos los consejos de administración de la clase dominante que son los gobiernos de todo régimen capitalista.


La muerte de Peres libra a la humanidad de uno de sus mayores enemigos, de uno de sus menos humanos representantes; el problema es que ha dejado una estela de destrucción y un legado ideológico en el estado artificial de Israel que, probablemente, si el pueblo palestino no lo evita, va a continuar causando muerte y terror en los territorios ocupados durante mucho tiempo, sin que la comunidad internacional (la misma que le otorgó en su día el Premio Nobel de la Paz), mueva un solo dedo para evitarlo desde ninguno de los polos imperialistas que se pelean hoy por el control estratégico y de los recursos de los pueblos.
 
 
   
 
 
 
 
 
 

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