El gobierno de Suecia se prepara para reducir
los impuestos sobre las reparaciones de todo tipo: desde bicicletas
hasta lavadoras. El gobierno pretende que ya no tenga sentido deshacerse
de los artículos viejos o rotos para comprar nuevos.
Este martes, la coalición entre el Partido Socialdemócrata y el Partido
Verde que gobierna Suecia ha presentado propuestas en el parlamento que
reducen del 25% al 12% los impuestos sobre la reparación de bicicletas,
ropa y calzado.
También presenta una propuesta que permitirá desgravar
sobre el IRPF sueco la mitad de la mano de obra pagada para reparar
electrodomésticos como neveras, hornos, lavaplatos y lavadoras.
Según Per Bolund, ministro de Mercados Financieros y de Defensa del
Consumidor y uno de los seis integrantes del Partido Verde en el
gabinete, la "medida podría bajar sustancialmente el costo y de esa
manera convertir la reparación de bienes en una práctica racionalmente
económica”.
Bolund ha sido uno de los principales
promotores de los nuevos incentivos. Calcula que la reducción al IVA
bajará el costo de una reparación de 400 coronas suecas (42 euros) hasta
unas 50 coronas (5 euros), suficiente como para estimular la industria
de la reparación en Suecia.
El ministro confía en que
la reducción de impuestos sobre los aparatos de uso doméstico estimule
una nueva industria de servicio de reparación hogareña, generando así
los tan necesarios puestos de trabajo para los inmigrantes recientes sin
educación formal.
Los incentivos forman parte de un
cambio de visión del gobierno, que pasó de limitarse a reducir las
emisiones de dióxido carbono en el país, a buscar también la reducción
de emisiones que generan los productos fabricados fuera de Suecia.
Entre 1990 y hoy, Suecia ha reducido sus emisiones anuales de dióxido
de carbono en un 23%.
Actualmente, más de la mitad de su energía
eléctrica proviene de fuentes renovables.
Pero las
emisiones vinculadas con el consumo han aumentado de manera constante.
Según Bolund, las nuevas medidas del gobierno también están en línea con
el “Maker Movement” y el consumo colaborativo, dos tendencias
internacionales de reducción del consumo y creación que cuentan con
muchos seguidores en Suecia.
“Hay un cambio de perspectiva en Suecia.
Cada vez se hace más patente que tenemos que hacer durar más a nuestras
cosas para reducir el consumo de materiales”.
Las
propuestas se presentan en el parlamento sueco como parte del proyecto
de presupuesto del gobierno. De aprobarse en diciembre, el 1 de enero se
convertirán en ley.
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