Endika Zulueta (San Sebastián, 1964) es un letrado donostiarra que
desde hace más de 20 años trabaja en Madrid vinculado a movimientos
alternativos y antiglobalización en la defensa de los derechos
fundamentales. Miembro de la Asociación Libre de Abogados, pertenece,
desde su inicio, a la Comisión Legal del 15 M en Madrid. Recientemente
ha intervenido en los cursos de verano de la Universidad del País Vasco
(UPV), donde ha alertado de la progresiva "criminalización de la
pobreza" por parte del Gobierno. "Estamos gobernados por psicópatas, no
sienten el dolor que causan", se lamenta y tacha al Código Penal como
"el código represivo por excelencia", encaminado a "enjuiciar a la
población más pobre y más disidente con la actual situación
socioeconómica.
El progresivo endurecimiento del Código Penal augura malos tiempos para la movilización ciudadana.
Se está aplicando el derecho penal de autor. Aquí no se está
criminalizando los hechos, sino las personas. No es tan importante lo
que uno hace, sino lo que uno es. Si es pobre, inmigrante, vive en
determinados lugares y viste con una ropa característica es objeto de
sospecha e interviene el estado con su mecanismo policial-judicial. Es
decir, hay una presunción de culpa. Además, se ha creado una legislación
para criminalizar los comportamientos de personas con escasos recursos
económicos. Lo que hacen las personas de las élites favorecidas nunca
es delito, pueden desalojar a la gente de sus casas, pueden
estafar....la posibilidad de que cometan un delito es difícil porque no
está tipificado como tal. El Código Penal es el código represivo por
excelencia. La clase política que defiende los intereses de las clases
más privilegiadas es la que establece qué es y qué no es delito. Por
eso, se enjuicia a la población más pobre y más disidente con la actual
situación socioeconómica. El Gobierno teme a los movimientos sociales
como agentes políticos con los que tratar de tú a tú y por eso los
criminaliza con la excusa de la violencia.
Las reformas del Código Penal persiguen la disidencia política, por más
pacífica que esta sea, a través de la superprotección de la autoridad.
Se considera delito el atentado a la autoridad, la resistencia a la
autoridad, la desobediencia a la autoridad, la desconsideración debida a
la autoridad...
La cárcel está llena de pobres.
Sí, pero pobres de solemnidad. La cárcel es el máximo símbolo del
desamparo, llena de personas pobres y solas. Una gran parte de los
reclusos está enferma por la adicción a las drogas. ¿Delincuentes? Se
trata de personas que cometen delitos con el fin de poder conseguir la
sustancia que les ayuda a sobrevivir en un mundo que les quita la
esperanza.
Es decir, que se criminaliza la pobreza.
El nuevo proyecto de ley prevé la penalización de conductas que
deberían estar amparadas por los derechos fundamentales de
manifestación, de reunión y de libertad de expresión. Todo ello forma
parte del 'golpe de Estado' al llamado Estado de bienestar protagonizado
por los mercados. Ya no hace falta que salgan los tanques a la calle
para encontrarnos con una policía altamente militarizada, regida por
valores típicos militares y en una situación en la que se criminaliza la
legítima protesta política. Se está legitimando la represión policial
como una herramienta para resolver los problemas.
Pero una parte de la sociedad ha aceptado esa situación.
El juego de los votos lo que ha conseguido es que bajo una apariencia
formalmente democrática, bajo una teoría de que existen los tres poderes
(ejecutivo, legislativo, judicial) que se contraponen unos a otros y un
parlamento elegido por los ciudadanos, todo lo que emane de ahí tiene
que ser democrático. Y esta premisa resulta ser falsa. La política
económica no la hacen las personas a las que votamos, sino que viene de
arriba. La conocida como troika que es la impone las condiciones:
despedir y reprimir. Los políticos españoles son meros gestores, ya no
tienen el poder. Gestionan las decisiones de unos entes que no se
presentan a las elecciones. Estamos gobernados por psicópatas, no
sienten el dolor que causan.
Algunos derechos sociales, como el acceso a la vivienda, se han vuelto inaccesibles.
Se ha quebrado el estado de bienestar porque unos señores han decidido
que en este juego del monopoly que ellos han diseñado lo que tenían era
poco y lo poco que creíamos que era de todos, como la educación, la
sanidad, la vivienda y el trabajo, ya no lo es. Ya no son derechos
sociales, son objeto de enriquecimiento de una minoría, como en el caso
de la vivienda. Es inaccesible para amplias capas de la población, se
privatiza lo social y derechos fundamentales. Por ejemplo, se habla de
privatizar el acceso al turno de oficio; con la Ley de Tasas es más
difícil que los ciudadanos hagan reclamaciones judiciales y así
sucesivamente.
Podemos es la plasmación del 15-M en política. ¿Se puede encauzar en
una democracia tan institucional como la de España sin que pierda su
esencia?
Podemos tien un reto por delante muy importante. Es como si pretendes
meter en un túnel de diez centímetros un coche, con una capcidad de
gestionar por parte de las instituciones tan limitada. Lo cierto es que
Podemos puede tener la habilidad de crear conciencia para que las cosas
vayan cambiando. Estamos mal acostumbrados a recibir respuestas
inmediatas y de lo que se trata es ir creando conciencia.
¿Cómo se convence al votante medio de que más vale lo bueno desconocido que lo malo que ya se conoce?
Lo malo conocido no es permanente. Tal y como estamos ahora mismo no
podemos seguir mucho más tiempo. El barco se hundee. Si el sistema
socioeconómico no cambia, la siguiente generación ni lo va a ver. El
acaparamiento de recursos económicos, la hiperproducción.....o cambiamos
la forma de hacer cosas o no habrá cosas. No vale el dicho de más vale
lo malo conocido. Solo se vive una vez y merece la pena dedicarla a
luchar por un modelo más justo e igualitario, que no haya gente
desamparada.
La clase media no tiene acceso a las ayudas sociales.
Los ricos cada vez son más ricos y los pobres más pobres. En España
sucede a pasos agigantados. La gente más depauperada tiene acceso a unos
recursos sociales y los más ricos siguen aumentando su patrimonio. En
el medio, los que no pueden invertir, pero no están en la indigencia.
Esto lo que hace es atemorizar a la población y meterle el miendo: a no
tener trabajo, a perderlo....Lo único bueno es que se crean lazos de
solidaridad que hasta hace muy poco eran impensables. Esas clases medias
tienen la conciencia de que la cuestión debe cambiar.
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