Proteger a los Borbones es impropio del PSOE, Sánchez

Las pitadas molestan, pero la gente tiene derecho a protestar

En plena dictadura del general Miguel Primo de Rivera –el cual obedecía órdenes directas de Alfonso XIII- a los gobernantes de esa época, corría el día 14 de junio del año 1925- les sacó de quicio los sucesos ocurridos en el campo de las Corts, propiedad del Fútbol Club Barcelona.

Himno o Marcha Real

Era un partido amistoso, al que fueron unos 30.000 aficionados. Jugaron el equipo blaugrana y una selección de marineros ingleses de la Royal Navy. Hubo además un homenaje al Orfeó Català. Los ingleses hicieron sonar el himno nacional de España o llamado también la Marcha Real. Se oyó enseguida una enorme pitada, contra el himno español. En cambio, los demás asistentes ovacionaron a su país con el “Good save the Queen”


Milans del Bosch


El gobernador de Barcelona de aquel tiempo, un general más de la familia Milans del Bosch, por cierto, cerró de inmediato el campo de las Corts. Y envió a Joan Gamper, el suizo fundador del Barça, a una especie de exilio.


 A costa de la libertad de expresión



De entonces a la actualidad no ha habido apenas muchas más pitadas. Han crecido, sin embargo, en los últimos años hasta llegar a la del sábado pasado. Pero convendría que el Gobierno de España, en lugar de amenazas y de intentos de buscar graves delitos a costa de la libertad de expresión, girara hacia posiciones más solvente.


Gran falsedad


Por ejemplo, cuando los medios derechistas insisten en decir que hay que hacer una ley dirigida contra las pitadas y la violencia, engañan a la gente. Las pitadas molestan, pero la ciudadanía, en una democracia, tiene derecho a protestar. Respecto a la violencia es una gran falsedad presentarla como parecida a una pitada.


Familia Pujol en su candelero


No por todo ello he pretendido moverme ni un milímetro de mis convicciones básicas, ni mi rechazo total a la independencia, mediante una sonrisa de contento cínico exhibido por Artur Mas. Acabe usted de una vez con el numerito ese del separatismo. Lo arrastra desde hace años. Mientras, la familia Pujol sigue en su candelero de presuntos ladrones.


A toda prisa


Una pitada es algo menor y su llamada atendiendo a toda prisa al monarca, Pedro Sánchez, es impropio de un partido que no nació para proteger a los borbones y sí a los trabajadores y a la República.


Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM


 
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