Los miles de muertos
provocados en Gaza durante la ofensiva sionista-nazi del año pasado fue
culpa de la resistencia palestina. Eso dice Aznar.
La organización
promovida por José María Aznar para apoyar a Israel intentó influir en
la investigación de la ONU del ataque israelí a Gaza en 2014 con su
propio informe. Lo que no es una práctica inusual en cualquier grupo o
Estado que pretenda que los responsables de una investigación
internacional presten atención a sus puntos de vista se convirtió en un
ejercicio de solidaridad con el Gobierno de Netanyahu y sus Fuerzas
Armadas en el que los elogios son constantes.
El trabajo se hizo con
la colaboración directa de las autoridades israelíes al más alto nivel.
Friends of Israel, la organización liderada por Aznar, envió a ese país a
una delegación formada en su mayoría por militares retirados
occidentales en fechas muy recientes, entre el 18 y el 22 de mayo,
cuando ya se sabía que era inminente la publicación del informe de la
ONU.
En esa delegación había
dos españoles de la total confianza de Aznar: Rafael Bardají, director
de Política Internacional de la FAES, y José María Terán, almirante y
jefe del Estado Mayor Conjunto entre 2004 y 2008. También estaban cuatro
exgenerales de nacionalidad norteamericana, alemana e italiana, además
del exministro italiano de Exteriores Giulio Terzi.
El equipo realizó un
informe que se envió el 31 de mayo a Mary McGowan, la jurista
norteamericana que ha presidido la investigación encargada por la
Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Según el veredicto de la
comisión de McGowan, hay indicios sólidos de que tanto Israel como las
milicias palestinas de Gaza, incluida la de Hamás, cometieron crímenes
de guerra.
El informe del equipo de
Aznar se deshace en elogios al valorar la actuación de los militares en
una ofensiva en la que murieron 2.251 palestinos (con 1.462 civiles,
incluidos 551 niños y adolescentes), y 73 israelíes (de los que 67 eran
soldados). "Israel no sólo cumplió los niveles internacionales
razonables en cuanto a respeto a las leyes de guerra en un conflicto
armado, sino que en muchos casos superó ese nivel de forma
significativa", dice el informe.
Sus autores relativizan
la responsabilidad israelí en el alto número de civiles muertos en sus
bombardeos con distintos argumentos. Resulta especialmente casi inaudito
por inusual que para justificar el alto número de víctimas se diga en
primer lugar: "En una población de aproximadamente 1,8 millones, muchas
personas habrían muerto en un periodo de más de 50 días por causas no
relacionadas con los combates". Es decir, todos los años hay muertes por
causas naturales en un periodo de tiempo de casi dos meses.
La resta continúa con la
alegación de que "muchos murieron en ataques de Hamás" que fracasaron o
que el grupo islamista "asesinó a al menos 23 personas" durante los
enfrentamientos. Después cita a las FFAA israelíes, que sostienen que
más de la mitad de esos muertos eran combatientes de Hamás y de otros
grupos.
Eso dejaría un millar de
civiles palestinos muertos, "muchos de los cuales murieron a
consecuencia de acciones militares israelíes". Pero tampoco en este caso
el informe critica su estrategia militar o la dirección política de la
guerra. Hubo errores puntuales, pero la conclusión es claramente
exculpatoria: "Pero también debemos reconocer que la mayoría de las
muertes fueron una consecuencia trágica e inevitable de la necesidad de
defenderse contra un enemigo que realiza sus ataques de forma deliberada
desde dentro de la población civil". Israel no sería responsable en ese
caso ni siquiera de la muerte confirmada de civiles palestinos a manos
de su Ejército.
De aquí que
inmediatamente después se asigne toda la culpabilidad a los enemigos de
Israel: fueron Hamás y sus aliados los responsables de "la inmensa
mayoría de las muertes en Gaza ese verano".
El Diario.es
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