| Dos fascistas; Franco y Eisenhower, en Morón, 1959 |
La decisión de convertir en permanente la presencia militar de tropas de ocupación norteamericana modifica e convenio firmado por los gobiernos de Felipe González en diciembre de 1988 que permitía la presencia permanente de 4250 militares en la base de Rota (Cádiz) y de 500 en Morón, además de un máximo de 2285 con carácter temporal en ambas instalaciones. Según el acuerdo inicial, las tropas estadounidenses tenían que salir del territorio español después de 25 años, es decir, en 2013, sin embargo, Madrid prolongó la estancia de los militares estadounidenses.
Tropas norteamericanas están desplegadas en territorio español desde los llamados Pactos de Madrid de 1953, tres «acuerdos ejecutivos» (agreements) firmados en Madrid el 23 de septiembre de 1953 por Estados Unidos y España, por aquel entonces en plena dictadura criminal franquista. Según los mismos se instalarían en territorio español cuatro bases militares norteamericanas a cambio de ayuda económica y militar. Para el régimen franquista supusieron, junto con el Concordato con la Iglesia Católica firmado un mes antes, la integración definitiva en el bloque occidental tras el aislamiento que había padecido desde el final de la Segunda Guerra Mundial por su vinculación con el nazismo (también Hitler había dado un apoyo esencial para que las tropas franquistas derrotaran en la Guerra Civil al gobierno legítimo republicano).
Es iluistrativo que ambos acuerdos, los de instalación de bases
militares de EEUU y el concordato con la Iglesia Católica, hayan sido
renovados sin problema y sin debate por todos los gobiernos
supuestamente democráticos instaurados tras la llamada "transición", en
realidad continuadores directos de la misma ideología y objetivos que el
gobierno que firmó los acuerdos iniciales durante la dictadura
franquista.
“Con este acuerdo se hace permanente el despliegue en la base de Morón
de una fuerza de 2200 militares, 500 civiles y 26 aeronaves”, ha dicho
la vicepresidenta del Gobierno de España, Soraya Sáenz de Santamaría
(por cierto, hija de un asesino franquista, el sanguinario general Saénz
de Santamaría), en la rueda de prensa después de la reunión del Consejo
de Ministros.
Santamaría ha defendido, como si la presencia de un ejército extranjero no significara todo lo contrario, que dicho acuerdo no pone en peligro la soberanía, y ha afirmado que "la soberanía de España queda garantizada". Posiblemente porque a personajes como la vicepresidenta, acostumbrados a vivir del saqueo de su país toda la vida, a imagen y semejanza de familia y de sus amigos, la "soberanía nacional" siempre les importó bastante poco, siempre y cuando sus cuentas bancarias y sus bienes sigan multiplicándose.Con este acuerdo se hace permanente el despliegue en la base de Morón de una fuerza de 2200 militares, 500 civiles y 26 aeronaves, ha dicho la vicepresidenta del Gobierno de España, Soraya Sáenz de Santamaría.
El acuerdo para el despliegue permanente de las tropas estadounidenses en España fue por el ministro de exteriores español, José Manuel García-Margallo, y el secretario de estado norteamericano, John Kerry, al que jamás le tembló la mano a la hora de firmar la autorización de bombardeos, invasiones o apoyos a golpes de estado a pesar de las matanzas provocadas por sus soldados.
La incertidumbre sobre la composición del Parlamento que salga de las
próximas elecciones generales —en el que, según todas las encuestas, ni
PSOE ni PP tendrán mayoría absoluta— ha llevado a Madrid y Washington a
acelerar las negociaciones sobre la reforma del convenio bilateral de
Defensa que convertirá a Morón de la Frontera (Sevilla) en la principal
base de la fuerza de Estados Unidos para la agresión contra África,
capaz de acoger en caso de crisis hasta 3.500 marines, frente a los 850
que tiene ahora con carácter temporal.
En el marco de la nueva guerra global interimperialista por el control
de los recursos mundiales, y en plena decadencia de la dominación
unipolar de Estados Unidos y la creciente influencia de otras potencias
en continentes como el africano, Washington intenta desesperadamente
resistir con el apoyo obligado de sus "aliados" títeres como España. De
ahí, el reforzamiento de la base de Morón como una de sus puntas de
lanza para luchar por el mantenimiento de su influencia en África.
Es significativo el miedo que tienen los gobiernos "democráticos" a la
"democracia" que tanto propugnan, y que en vez de esperar a ver qué
opina el pueblo, se anticipen con prisas a una posible decisión de este
contraria a sus intereses; y es que, al fin y al cabo, la única
"democracia" posible en un régimen capitalista, sea en forma de abierta
dictadura fascista o tenga la apariencia de "pluralismo y libertades",
es aquella en la que todo el mundo puede opinar/votar pero en la que
las decisiones las toman siempre los mismos

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