Esto va a ser muy duro, porque ellos tienen la sartén por el mangamen, y el mangamen con el Código Penal es suyo
Ante este panorama debemos ser astutos como serpientes, y privarse de cagar como palomas
Filoncian los expérticos el marchandisi de la
fasciancia, todos de acuerdo para esgarrifar cuantas buenas famas
puedan, de aquí a las frustraciones generales suyas. Sucarriman con
fecalonas toda reputación, con objeto de acuchullalla, y Foucheret se
apresta a pedrotear al opositor y opositora con todo el farruquito de la
Ley Mordaza. Ay, menestras vimos, pero ésta es la más flatulenta en
tiarro.
Como banda sonora, el Hirsuto Trotonet pontevedroise
misuntria focasmos contra Ferrazdicalia, con sus palmeros Floripondio y
Minando, Rafaelet, a las maraconas, y con Coditos de Porqueta
alimentando la olla de los froidais. Por su parte, Es Per ¡Anda! recoge
sus lenguámenes y los faralea en la intimidad, a la espera de que la
noble dragona que vive en un Carmen popular sea herida de muerte por los
socios-patas de Gen-Gen-Gen Ova do Shiting Pleis.
Me
explico, ¿verdad? ”Dadme cualquier carta que haya escrito un hombre y
lo enviaré a la guillotina”, dijo el Joseph Fouché original, nacido en
el siglo dieciocho. Aquí hasta las vírgenes condecoradas corren ese
riesgo, si les descubren los pololos húmedos. Ello no me impedirá
denunciar que empresas hay dedicadas al zorrullo de pisurgias en
Internet, así como que se da un tráfico de Guebelets entregados, de
asesores súbitamente desempleados, que chichinan en legajos a la caza de
un zascapordiós indebido, con los consecuentes escupinutrios de peligro
indecible.
Seseñan también los informorros públicos y
los periódicos nacidos para el mal, así como los que abandonaron el
bien, con la camiseta pegada al cuerpo por la sudorina de las
subvenciones temblonas que mana de sus editoras exilas, y eso, junto con
el genuino rencor social de los capodistrios desclasados que mandan
sobre sufridoras y, a veces, lelas huestes, taburicia el orificio
entrante de las noticias, cosa atroz. Apesta. La mala baba indeleble, de
viejo o nuevo cuño pero de antigua cepa, sustituye a la tinta. Timan y
riman y subestiman y arriman el ascua a sus sardinas, o arenques, que
también son del poder absoluto que les barranea.
Ante
semejante panorama nos preguntamos qué podemos hacer. Aprender, y muy
deprisa, para empezar. Ser astutos como serpientes, y privarse de cagar
como palomas. No confiarse y trabajar, trabajar todo lo posible,
presentar resultados pronto, ya sé que es muy difícil, pero no permitir
que a los nuevos Allendes les jodan, como le ocurrió al primero, los de
la izquierda tanto como los de la derecha.
Aparte de
eso, y para la gente en general, para los paladinones del cambio a bien,
esmerilarse en el plantecaramen, callejear en unidad, y defender lo que
es nuestro porque lo elegimos. Esto va a ser muy duro, porque ellos
tienen la sartén por el mangamen, y el mangamen con el Código Penal es
suyo, pero en este camino largo y sin embargo rápido en el que los que
no podíamos dormir les hemos quitado el sueño, escaramucemos cuanto sea
necesario, y lo será mucho, y mantengámonos apilori, y formémonos para
mejor servir.
Cajasteremos hasta placiciarlos en el Valle de los Vahídos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario