Que un sol de medianoche no te impida ver el horizonte
Como dije ayer en
Facebook sobre la nueva relación Cuba-EE.UUU., tras la euforia por esta
derrota del imperialismo hay que mantener la cabeza fría. No podemos
esperar nada bueno del mayor país terrorista del mundo. Toca estar
vigilantes, muy vigilantes. Afortudamente Cuba en esa cuestiones es una
experta.
Consideramos que,
actualmente, el mundo va en otra dirección que en los tiempos del
traidor Gorbachov. Rusia y China no son comunistas pero se han aliado
contra EE.UU. , porque éste país los considera (como siempre por otra
parte) sus enemigos. En ese sentido están en nuestro bando como otros
muchos pueblos que lo único que pretenden es un desarrollo idenpendiente
sin tutelas externas.
EE. UU. no se ha vuelto
"buena" con Cuba de la noche a la mañana no caigamos en ese error que
sería fatídico. Es necesario recordar que la dictadura capitalista
norteamericana (el presidente como en toda dictadura capitalista es un
gestor de la oligarquía) es hoy exactamente igual que ayer, es la comete
genocidios, la que asesina niños con drones en Pakistán y Afganistán,
la que implementa una guerra de bandidos terroristas contra Siria la que
ha declarado la guerra a Moscú para intentar quebrar a sangre y fuego
el factor de equilibrio geostratégico que supone Rusia.
Resulta harto sospechoso
que mientras Washington presiona brutalmente a Venezuela, de buenas a
primeras se muestre benevolente con Cuba pese a que llevaran un año
negociando el acuerdo de ayer. Justo es reconocer que EE.UU. se siente
débil, que su oligarquía percibe un aislamiento regional de tintes
catastróficos para ella en América Latina a consecuencia del surgimiento
de regímenes democráticos progresistas, y también lo percibe así a
nivel internacional, como se demuestra en la Asamblea General de las
Naciones Unidas.
Cuba recibe con agrado
la nueva situación que le supondrá un gran alivio económico y es también
un premio a su resistencia antiimperialista de medio siglo, pero
también sabe que sus aliados estratégicos son Rusia y China de facto y
Venezuela de hecho, todos ellos sujeto de agresiones por parte de EE.UU.
Es por eso que Raúl Castro enfatizó ayer dos puntos importantes: su
divergencia total sobre derechos humanos (en EE.UU los únicos derechos
son para los millonarios) y que Cuba está dispuesta a negociar de todo
excepto Soberanía y Revolución.
Y ahora lo que compete a
quienes moramos en el imperialismo explotador del Tercer Mundo donde
Cuba está incluida: nuestra obligación, y lo digo por enésima vez, como
habitantes del centro imperialista es subvertirlo, debilitarlo hasta
acabar con él, por el bien de nosotros y por el de los países de la
periferia, en este caso Cuba, que se ven obligados a hacer concesiones
indeseables, que no nos gustan pero entendemos porque la gente tiene que
comer.
La Revolución cubana
tiene sus limitaciones por varias razones, pero hay que defenderla a
muerte y no tolerar que nadie la ofenda, pues si con tan poco ha logrado
tanto ¿qué no habría logrado con mucho?. La revolución cubana es un
pedacito de la revolución socialista definitiva que, como dijo Marx, se
dará en las sociedades avanzadas industriales o no se dará. Muerto el
perro imperialista será imposible el contagio de la rabia, tanto en Cuba
como en todo el planeta.
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