Los ciudadanos no han salido a la calle masivamente a pedir la dimisión del gobierno - algo que sería deseable y necesario-, pero existe la idea generalizada de que los casos de corrupción gestados en el seno del Partido Popular junto al empeoramiento de la economía y el consecuente empobrecimiento de la mayoría de la población española, acabarán llevándose por delante a Mariano Rajoy y su gobierno. Esta delicada situación del gobierno Rajoy ha dejado abierta la posibilidad de que el PSOE presente una moción de censura en el Congreso contra el gobierno. Rubalcaba amenaza pero no actúa; puro teatro de cara a la galería. Afirma que el PSOE adoptará todas las medidas que sean necesarias "si la situación sigue deteriorándose", incluyendo una moción de censura, pero no se atreve a presentarla. ¿Por qué no lo hace ya si la situación política, económica y social es tan dramática como denuncian?
La respuesta es clara y directa: sencillamente porque no tienen una alternativa real que ofrecer a los ciudadanos en materia económica y política, más allá de algunas medidas paliativas para aliviar el dolor de las víctimas del sistema, como las aplicadas en Andalucía. Porque dentro del modelo neoliberal europeo y del sistema capitalista que ellos defienden no existe una solución digna para las clases populares, y por lo tanto, una moción de censura sólo serviría para evidenciar, aún más si cabe, que en los grandes asuntos económicos estatales y europeos ambos partidos (PP-PSOE) están a las órdenes del capital financiero y la gran burguesía empresarial representados en las instituciones y organismos internacionales (Comisión Europea, FMI, OMC, BCE, etc.). Y esto llevaría al PSOE a su hundimiento definitivo.
Si esto no fuera así no se entendería cómo en un contexto como el actual, el PSOE que se presenta como la alternativa a "la derecha" (y también los grandes sindicatos que dicen representar los intereses de la clase trabajadora) no está pidiendo la dimisión inmediata del gobierno y presentando su proyecto "alternativo" a través de una moción de censura. Muy al contrario, el PSOE tiende la mano al gobierno y alcanza "pactos de Estado", como el que alcanzaron recientemente para "llevar una sola voz a Europa". En dicho pacto ambos partidos defienden, entre otras cosas, el futuro Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea, lo que supondrá el golpe definitivo para nuestra débil y escasa industria (principalmente nuestra agricultura y ganadería), y empeorará las condiciones laborales de los trabajadores. Más neoliberalismo, más globalización, más libre mercado, menos legislación y regulación de los Estados, menos protección para trabajadores, consumidores, y pequeñas empresas.
El PSOE no puede presentar una alternativa ante Congreso de los Diputados porque no la tiene, porque es parte esencial del problema, porque es una pieza clave del fracasado Régimen del 78 y del modelo neoliberal europeo. Porque no son un partido "socialista", ni "obrero", ni siquiera "de izquierdas" más allá de la propaganda. Los culpables de la "crisis", quienes han gobernado en los últimos treinta años este país bajo el procedimiento del turnismo, no pueden presentarse ahora como la solución, y mucho menos como la "alternativa". Ambos partidos se necesitan para seguir sosteniendo este modelo que tantos beneficios les ha dado durante décadas. Las clases dominantes, los ricos, los dueños de las grandes empresas y los Bancos, las familias ilustres que acaparan la propiedad y el poder real en España necesitan a un PP y un PSOE fuertes que den continuidad al régimen y preserven sus privilegios y sus beneficios, y por eso financian económicamente y apoyan desde los medios de comunicación de su propiedad a ambos partidos burgueses. A todo este tinglado bipartidista lo llaman "democracia", pero a estas alturas todos sabemos que no lo es. Ya basta de eufemismos y demagogia.
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