El régimen postfranquista esta de luto. Ha muerto Santiago Carrillo, conocido como aquel que destruyó al Partido Comunista de España y lo convirtió en lo que es hoy.
En casos como este, sobran las palabras. El que a cambio de unas migajas de poder traicionó a los miles de comunistas que dieron su vida en su lucha por la República y contra Franco, el que transformó el comunismo español en esa chapucera especie de socialdemocracia eurocomunista tan oportunista y mercenaria como el resto de partidos del sistema, el que fue complice del logro de la continuidad del régimen del asesino Franco maquillado en la democracia de pega de Juan Carlos I, no merece mucho mas.
Basta con compartir aquí una foto y unas pocas palabras sobre él. La fotografia es del supuesto comunista, Carrillo, junto a su gran amigo y fascista sanguinario Manuel Fraga, con el que compartió el esfuerzo de construir el régimen actual a cambio de, el primero, seguir chupando del bote del estado, y el segundo, poder formar parte, aunque sea de unas migajas, del reparto del gran pastel (si ningún tapujo en olvidar enterrados en miles de cunetas anonimas a miles de comunistas asesinados por el franquismo y por muchos de los que serían a partir de entonces sus amigos, como el propio Fraga).
Su complicidad con el franquismo y su modernización. lo que los historiadores llamaron Transición (aunque en realidad fue una simple adaptación con un poco, no demasiado, maquillaje democrático), provocó que el heredero de Franco, el rey Juan Carlos I, le apreciara mucho, y tras su muerte hayan declarado, muy apenados ellos, que se trata de "Una persona fundamental para la Transición y la democracia y muy querido" , destacando su papel esencial en acabar con la amenaza comunista para asegurar la continuidad del régimen.
También se han entristecido mucho los dirigentes de los sindicatos mercenarios al servicio del sistema, CCOO y UGT, que, como Carrillo y el PCE, olvidaron a todos sus antiguos militantes que fueron encarcelados, asesinados o despojados de todo por luchar por el comunismo y la república, mientras asumian su papel de funcionarios del sistema y a cambio de controlar al movimiento obrero manteniendole encerrado en el corral mientras los lobos como ellos se daban el gran festin.
Las siguientes palabras de un comunista que jamás dejó de serlo, Enrique Lister, son quizás la mejor definición de ese gran traidor que fue Carrillo, y que por mi parte se puede pudrir, junto a su amigo Fraga, entre los gusanos como ellos.
“Delación de miembros, construcción de mentiras con las que ir deshaciéndose de quienes pudieran hacerle sombra, persecuciones internas de toda clase, acusaciones de espionaje franquista a gente que luego fue asesinada por Franco, asesinatos de gente en la frontera… incluso el dramático debilitamiento y posterior desarticulación de la resistencia guerrillera, justo cuando este movimiento tenía más posibilidades de hacer caer al franquismo, fue obra de este ser infame.
Dime con quien te juntas y te diré de qué calaña eres... |
En casos como este, sobran las palabras. El que a cambio de unas migajas de poder traicionó a los miles de comunistas que dieron su vida en su lucha por la República y contra Franco, el que transformó el comunismo español en esa chapucera especie de socialdemocracia eurocomunista tan oportunista y mercenaria como el resto de partidos del sistema, el que fue complice del logro de la continuidad del régimen del asesino Franco maquillado en la democracia de pega de Juan Carlos I, no merece mucho mas.
Basta con compartir aquí una foto y unas pocas palabras sobre él. La fotografia es del supuesto comunista, Carrillo, junto a su gran amigo y fascista sanguinario Manuel Fraga, con el que compartió el esfuerzo de construir el régimen actual a cambio de, el primero, seguir chupando del bote del estado, y el segundo, poder formar parte, aunque sea de unas migajas, del reparto del gran pastel (si ningún tapujo en olvidar enterrados en miles de cunetas anonimas a miles de comunistas asesinados por el franquismo y por muchos de los que serían a partir de entonces sus amigos, como el propio Fraga).
Su complicidad con el franquismo y su modernización. lo que los historiadores llamaron Transición (aunque en realidad fue una simple adaptación con un poco, no demasiado, maquillaje democrático), provocó que el heredero de Franco, el rey Juan Carlos I, le apreciara mucho, y tras su muerte hayan declarado, muy apenados ellos, que se trata de "Una persona fundamental para la Transición y la democracia y muy querido" , destacando su papel esencial en acabar con la amenaza comunista para asegurar la continuidad del régimen.
El rey y Carrillo: entre pillos anda el juego. |
También se han entristecido mucho los dirigentes de los sindicatos mercenarios al servicio del sistema, CCOO y UGT, que, como Carrillo y el PCE, olvidaron a todos sus antiguos militantes que fueron encarcelados, asesinados o despojados de todo por luchar por el comunismo y la república, mientras asumian su papel de funcionarios del sistema y a cambio de controlar al movimiento obrero manteniendole encerrado en el corral mientras los lobos como ellos se daban el gran festin.
Las siguientes palabras de un comunista que jamás dejó de serlo, Enrique Lister, son quizás la mejor definición de ese gran traidor que fue Carrillo, y que por mi parte se puede pudrir, junto a su amigo Fraga, entre los gusanos como ellos.
“Delación de miembros, construcción de mentiras con las que ir deshaciéndose de quienes pudieran hacerle sombra, persecuciones internas de toda clase, acusaciones de espionaje franquista a gente que luego fue asesinada por Franco, asesinatos de gente en la frontera… incluso el dramático debilitamiento y posterior desarticulación de la resistencia guerrillera, justo cuando este movimiento tenía más posibilidades de hacer caer al franquismo, fue obra de este ser infame.
La lista de crímenes de este ser tan turbio parece que no cesa y todo parece indicar que su papel fue el de un topo infiltrado en el PCE, no sabemos muy bien por parte de quien, si de la inteligencia extranjera o desde poderes fácticos españoles. Lo más probable es que se tratara de un cambio de chaqueta dado a unos líderes que dada la velocidad con que se dieron los acontecimientos históricos, tuvieron que hacerse con una responsabilidad que no les correspondía y, posteriormente, se dejaron vender como quinta columna en el exilio”.
(cita extraida de http://es.scribd.com/doc/90227473/E-Lister-Asi-destruyo-Carrillo-el-PCE).
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