Podemos adornarlo como queramos. Podemos distraernos con falsas discusiones entre los dos grandes partidos. Podemos seguir esquivando el debate todo el tiempo que queramos. Pero lo que nos estamos jugando en estos momentos es si en las próximas décadas queremos vivir bajo la dictadura de "los mercados", unos poderes económicos y financieros que de forma totalmente antidemocrática son quienes dictan la política económica y social del país, incrementando aún más las desigualdades, desarmando a los trabajadores, y eliminando el Estado del Bienestar, o por el contrario, pretendemos construir una democracia real donde la soberanía resida verdaderamente en el Pueblo, donde la justicia social, la igualdad, la solidaridad, la transparencia, el interés general y el bienestar de la inmensa mayoría de la población, constituyan el fin último de los gobiernos en los que depositamos nuestra soberanía.
Esto es lo que realmente nos estamos jugando en estos momentos. Los recortes que desde el año 2010 venimos sufriendo, y sobretodo, los brutales recortes aplicados por el gobierno Rajoy desde noviembre de 2011, nos hacen poner la mirada y el debate sobre cada recorte concreto que semana tras semana vamos conociendo, y esto, creo yo, nos impide ver con una mayor perspectiva el tamaño del problema que tenemos enfrente, o mejor dicho, encima de nosotros. Y no lo estamos viendo y este debate no está sobre la mesa porque los dos grandes partidos lo evitan y los medios de comunicación no hacen más que seguir las directrices marcadas por estos partidos. No se trata de debatir - como se hace continuamente - sobre si la UE nos debe dar un año más o menos para cumplir nuestro objetivo de déficit; sino de cuestionar en sí el cumplimiento del Pacto de Estabilidad y el Pacto Fiscal Europeo. No se trata de debatir si recortamos nuestro gasto público en una cantidad u otra, o en esta partida o aquella; se trata de cuestionar la reducción del gasto público en sí mismo como solución a la crisis. No se trata de debatir si debemos adoptar unas medidas u otras para tratar de calmar a los "mercados"; se trata de cuestionar el modelo de financiación de los Estados a través de "los mercados" en lugar de hacerlo a través del BCE. Resumiendo: se trata de cuestionar a la propia Unión Europea, sus estructuras, su funcionamiento, sus imposiciones. Se trata, y aquí llega la frase "mágica", de si debemos permanecer en el euro o nó. Si permanecer en el euro consiste en seguir los dictados de una Europa Neoliberal al servicio de los Bancos, las empresas transnacionales, y los intereses de un sólo país, Alemania, a costa de empobrecer a los ciudadanos y explotar a los trabajadores del sur de Europa, hay que salirse del euro inmediatamente. Hay que comenzar sin más dilación a discutir los beneficios y los perjuicios de que España siga en el euro.
Este debate es inexistente para los medios de comunicación y para los políticos, ¿por qué?. Cada vez que alguien, en alguna tertulia de radio o televisión, insinúa que la única manera de evitar los recortes sociales y laborales que se nos imponen sería "salirnos del euro", él mismo y todos los demás contertulios zanjan la cuestión de forma inmediata afirmando al unísono que "eso sería el desastre más absoluto, la hecatombe, una tragedia para todos", sin que nadie, absolutamente nadie, explique en qué consistiría ese supuesto "desastre" (para mi el desastre lo estamos viviendo ahora dentro del euro). Nos toman por niños, o mejor dicho, por tontos. A las personas adultas, a los ciudadanos de una "democracia", se le argumentan las cosas, se les facilita el debate en los medios y en el Parlamento, se les facilita toda la información, y los ciudadanos, adultos como somos, sabremos sacar nuestras propias conclusiones. ¿Por qué se censura este debate?. La respuesta es la misma que la de ocasiones anteriores: las empresas de comunicación son eso, empresas, en manos de la Patronal y la Banca, y sólo se dedican a difundir las teorías neoliberales que les benefician, y a censurar a todas aquellas voces que pueden poner en cuestión su hegemonía.
No hay solución posible para las clases populares dentro de esta "Unión" Europea de los Mercados. La solución no está en cambiar al PSOE por el PP, ni al PP por el PSOE en el gobierno, como se ha podido comprobrar. Los dos partidos están al servicio de los poderosos y claudican ante las exigencias de los poderes fácticos. El PSOE, junto al PP, CIU, PNV, UPN, y UPyD, aprobaron recientemente el Pacto Fiscal Europeo, que fulmina la política social del país y el desarrollo de un Estado del Bienestar fuerte (por no hablar de la reforma de la Constitucion de agosto de 2011). La única diferencia entre Rubalcaba y Rajoy es que el primero reclama tímidamente compaginar "austeridad" con "crecimiento"; estos términos son antagónicos, porque es precisamente la "austeridad" (recortes) la que está impidiendo el crecimiento; pero esa petición de Rubalcaba le sirve al PSOE para presentarse como un partido diferente al PP, como una alternativa a los recortes. Nada más lejos de la realidad. No sólo porque lo hemos visto cuando el PSOE gestionó la crisis, sino porque Rubalcaba no se cansa de ofrecer a Rajoy un pacto entre ambos partidos. ¿Y para qué ese pacto?, ¿para unirse y oponerse a los recortes y defender a los ciudadanos?. No. Un pacto para tratar de mantener la hegemonía bipartidista, para "calmar a los mercados", y para ir juntos de la mano hacia al abismo.
No quiero ser un borrego que siga junto al resto del rebaño al pastor que las maneja. Quiero que me informen, que me expliquen con datos y cifras los pros y los contras que conlleva salirse del euro. No acepto dogmas de fe, ni mantras neoliberales vacíos de contenido repetidos hasta la saciedad. No sé los perjuicios que tendría para los ciudadanos salirse del euro. Pero si sé los perjuicios que tiene quedarse, y no los acepto. Seguir en el euro, tal y como está conformado y dirigido, es aceptar de cara al futuro seguir viviendo bajo la dictadura de los mercados, de los poderosos cuya abaricia les hará sacarnos hasta la última gota de sangre. Y por ahí no voy a pasar. Yo aspiro a vivr en una sociedad justa e igualitaria, aspiro a construir una verdadera democracia en la que todos vivimos con dignidad. Y es esto precisamente lo que ahora nos estamos jugando en España.
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