Cristina Cifuentes: «Un puñado de cobardes no van a lograr callarme»
. La delegada del Gobierno se mantiene firme tras ser escupida y empujada por radicales por la calle
/ El hostigamiento al que se vio sometida la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, el viernes por la tarde cuando caminaba por su barrio ya ha sido respondido por la política, que sufrió empujones, amenazas y escupitajos por un grupo de radicales hasta que logró refugiarse en un restaurante de la calle de Manuela Malasaña.
«‘Pacíficos’ manifestantes han dado muestras de su democrático talante acosando, insultando y amenazando», escribió luego en su cuenta de Twitter. «Un puñado de cobardes no van a conseguir callarme. Lo increíble es que encima algunos dicen que la culpa es mía por provocar, andando por la calle junto a mi casa», añadió.
De hecho, a raíz de conocerse los hechos, las redes sociales se convirtieron en un hervidero de opiniones, a favor y en contra, pero también de insultos y amenazas incluso parapetadas tras el anonimato. Cifuentes lo resumió de la siguiente manera: «Pura cobardía, amenazar e intimidar amparándose en la multitud. ¿Crees que se hubieran atrevido de uno en uno?».
Ycerró el tema con una cita de Borges: «Yo no hablo de venganzas ni perdones. El olvido es la única venganza y el único perdón».
No presentará denuncia
Según ha podido saber ABC, Cristina Cifuentes no piensa presentar denuncia contra estos sujetos. El viernes por la tarde salió de su casa, en Malasaña, para hacer unas compras cuando se topó con la manifestación de funcionarios, que bajaba desde Génova a Carranza.
Fue entonces cuando un grupo de personas, la mayoría ajena al funcionariado y con actitud radical (había algunos antisistema entre ellos), la persiguieron, zarandearon, escupieron, amenazaron e insultaron durante 50 metros. Ningún transeúnte le echó una mano, hasta que encontró refugio en un restaurante etíope.
La delegada del Gobierno sí denunció hace un mes las amenazas que sufrían ella y su familia por Twitter, algo que también han hecho otros políticos madrileños y personajes públicos, como David Pérez, alcalde de Alcorcón; María Escario, periodista de TVE, o la humorista y presentadora de televisión Eva Hache. En algunos casos se ha logrado detener a los presuntos autores de los mensajes.
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