Un emisario de Ángela Merkel se reunirá esta tarde en Madrid con el presidente del Gobierno Mariano Rajoy, del que recibirá las explicaciones reclamadas por la canciller alemana sobre las medidas económicas del Gobierno y los presupuestos aprobados el pasado viernes Diario Progresista
Merkel será, de esta forma, la primera en recibir información del Gobierno sobre el hachazo presupuestario iniciado por el Consejo de Ministros, del que el propio propio Rajoy ha manifestado esta mañana que son medidas que "no le gustan".
En la reunión de la ejecutiva del Partido Popular, coincidentes con los primeros 100 días de Gobierno de Rajoy, el presidente del gobierno ha asegurado que los recortes aprobados no son del gusto de nadie, pero que son los necesarios para "devolver la confianza en España a nuestros vecinos y a los mercados".
PLAN "CONTRA EL FRAUDE" TRAS LA AMNISTÍA A LOS GRANDES CAPITALES Y A LOS EVASORES
Rajoy tambien ha anunciado ha anunciado este lunes ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP un plan contra el fraude fiscal, el fraude a la Seguridad Social y en el cobro de la prestación del desempleo, centrando, por lo que se ve, las acciones de la Agencia Tributaria en los asalariados. Este anuncio se hace sólo tres días después de haberse confirmado que los defraudadores y los evasores de capitales recibirán un trato preferente del Gobierno, y no serán sancionados por sus actos contra la economía nacional, como ya había adelantado Diario Progresista.
Rajoy ha indicado que en la confección de los Presupuestos Generales del Estado para este año se han hecho cosas que tampoco le gustan al Gobierno, aunque las ha justificado, una vez más, en "la herencia recibida del anterior Ejecutivo socialista".
Durante su intervención ante la dirección popular, Rajoy dijo que no deja de ser sorprendente las críticas que hace el PSOE a los Presupuestos, cuando los socialistas se comprometieron a que el déficit de 2011 fuera del 6 por ciento y sin embargo, se elevó hasta el 8,5 por ciento.
Por ello, explicó que el Gobierno ha tenido que hacer cosas que no le gustan, pero no tenía más remedio para intentar corregir los errores del pasado y que la situación no vaya a peor, subrayando que de esta manera el Gobierno quiere dar una señal tanto a los socios europeos como a los prestamistas del Reino de España.
Asimismo, indicó que hay muchos españoles a los que no le gustan las medidas adoptadas, aunque insistió en que no hay otra alternativa.
Merkel será, de esta forma, la primera en recibir información del Gobierno sobre el hachazo presupuestario iniciado por el Consejo de Ministros, del que el propio propio Rajoy ha manifestado esta mañana que son medidas que "no le gustan".En la reunión de la ejecutiva del Partido Popular, coincidentes con los primeros 100 días de Gobierno de Rajoy, el presidente del gobierno ha asegurado que los recortes aprobados no son del gusto de nadie, pero que son los necesarios para "devolver la confianza en España a nuestros vecinos y a los mercados".
PLAN "CONTRA EL FRAUDE" TRAS LA AMNISTÍA A LOS GRANDES CAPITALES Y A LOS EVASORES
Rajoy tambien ha anunciado ha anunciado este lunes ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP un plan contra el fraude fiscal, el fraude a la Seguridad Social y en el cobro de la prestación del desempleo, centrando, por lo que se ve, las acciones de la Agencia Tributaria en los asalariados. Este anuncio se hace sólo tres días después de haberse confirmado que los defraudadores y los evasores de capitales recibirán un trato preferente del Gobierno, y no serán sancionados por sus actos contra la economía nacional, como ya había adelantado Diario Progresista.
Rajoy ha indicado que en la confección de los Presupuestos Generales del Estado para este año se han hecho cosas que tampoco le gustan al Gobierno, aunque las ha justificado, una vez más, en "la herencia recibida del anterior Ejecutivo socialista".
Durante su intervención ante la dirección popular, Rajoy dijo que no deja de ser sorprendente las críticas que hace el PSOE a los Presupuestos, cuando los socialistas se comprometieron a que el déficit de 2011 fuera del 6 por ciento y sin embargo, se elevó hasta el 8,5 por ciento.
Por ello, explicó que el Gobierno ha tenido que hacer cosas que no le gustan, pero no tenía más remedio para intentar corregir los errores del pasado y que la situación no vaya a peor, subrayando que de esta manera el Gobierno quiere dar una señal tanto a los socios europeos como a los prestamistas del Reino de España.
Asimismo, indicó que hay muchos españoles a los que no le gustan las medidas adoptadas, aunque insistió en que no hay otra alternativa.
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