martes, 2 de febrero de 2021

"Nuestra vacuna española del CSIC desarrolla una respuesta inmunitaria mucho más amplia y duradera"

 Mariano Esteban virólogo investigador del CSIC familia de Villar de los Barrios

 

"Nuestra vacuna española del CSIC desarrolla una respuesta inmunitaria mucho más amplia y duradera"

El virólogo Mariano Esteban, que desciende de una familia leonesa de Villar de los Barrios, desarrolla, sin cobrar junto al investigador Juan García Arriaza, la vacuna CSIC-Biofabri contra la covid-19. Los primeros datos publicados certifican una eficacia del 100% en modelos animales con 'ratones humanizados'. El investigador, que ya debería estar jubilado pero quiso seguir al llegar la pandemia del coronavirus, prevé que los ensayos clínicos en primavera. "Vamos a por la vacuna", asegura.

 

ENTREVISTA CIENTÍFICA

 

A sus 76 años, y sin cobrar por ello, el virólogo Mariano Esteban lidera el equipo que está desarrollando una de las tres vacunas contra el SARS-CoV-2 del CSIC. El 13 de enero de 2020 se difundió la secuencia genética del coronavirus y ese mismo día, Esteban, que ya había decidido reducir su actividad investigadora, pensó: "Vamos a por la vacuna".

 

Mariano Esteban nació en Villalón de Campos (Valladolid), pero parte de su familia es del pueblo ponferradino de Villar de los Barrios donde veraneaba de pequeño con sus abuelos, Cándido y Casildina. Nobleza leonesa y cabezonería berciana hacen que en vez de jubilarse siga en la brecha como investigador ad honorem para conseguir su objetivo: una vacuna bien española del coronavirus. 

 

En vez de "golf y comprando el pan y la leche", cuando llegó la pandemia se propuso seguir adelante con su fármaco prometedor en el que investigaba como explicó en este reportaje de elDiario.es.

 

Esteban habló con su colega Juan García Arriaza y desde entonces ambos están inmersos en la carrera contra la covid-19 en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). Su último hito ha sido demostrar en un ensayo con ratones humanizados —modificados genéticamente— que su vacuna tiene una eficacia del 100%.

 

 Los 22 roedores vacunados fueron expuestos a dosis letales del coronavirus y salieron indemnes. El dato es relevante y les abre el camino para realizar esta primavera los ensayos con humanos y confirmar así si su candidato vacunal nos protegerá del SARS-CoV-2 con una respuesta inmune “más amplia y más duradera”.

 

Entretanto, Esteban insiste: hay que reducir los contactos entre personas y vacunar sin descanso. El investigador repite, además, una idea clave: “No habrá una vacuna ganadora”, sino varias que iremos combinando para lograr una protección mayor.

 

Desde hace semanas lidiamos con una nueva ola de la pandemia, hay más contagios y fallecimientos y crece la presión hospitalaria. ¿Cómo valora la situación epidemiológica?

 

Estamos en una situación preocupante. El virus está descontrolado y se extiende por todas las comunidades autónomas. En el resto de Europa sucede lo mismo. En este contexto, la vacunación es el remedio más eficaz. En Israel, donde ya se han vacunado dos millones de personas, el porcentaje de infecciones ha disminuido notablemente, entre un 40 y un 60%.

 

“Necesitamos restricciones en los contactos entre personas y en la movilidad, y suministrar las vacunas lo más rápido posible”
 

Respecto a los confinamientos, tenemos ejemplos como Vietnam, Singapur o Taiwán donde se está controlando bien la pandemia. Es decir, hay países que, en ausencia de vacunas, utilizan procedimientos de control de la expansión del virus. 

 

Es cierto que allí existen otras formas de vida, pero aquí necesitamos restricciones en los contactos entre personas y en la movilidad, y suministrar las vacunas lo más rápido posible. Deberíamos estar vacunando sin descanso.

 

Recientemente, el experto en salud pública Rafael Bengoa defendía un confinamiento severo y subrayaba que, aunque ahora controlamos mejor a nivel clínico a los pacientes de covid-19, tenemos el reto de lidiar con esta nueva ola y a la vez gestionar ágilmente la vacunación.

 

Claro. El problema es que se están acumulando las infecciones, los hospitales y UCI se saturan y en estos días se está produciendo una explosión de casos, con lo cual el acceso a los centros hospitalarios será más complicado. Eso dificultará la atención hacia patologías distintas a la covid-19 y quizá la propia gestión de la vacunación. 

 

Por eso tenemos que utilizar todos los recursos disponibles: centros de salud y profesionales, pero también hospitales privados, el ejército, distintos grupos de personas que puedan administrar la vacuna…

 

A nivel científico ha habido una carrera contrarreloj para desarrollar la vacuna en un tiempo récord, pero la vacunación va más lenta de lo previsto. ¿Eso genera frustración?

 

Es impensable que en el ámbito científico estemos utilizando todos los recursos, tecnologías y esfuerzo personal para conseguir vacunas, algo que no es fácil, y que una vez que las tenemos no se actúe rapidísimamente. Sí, es frustrante. Se ha hecho un esfuerzo tremendo gracias a la implicación a escala global de la comunidad científica, el sector empresarial, los sistemas sanitarios…

 

 Deberíamos estar terminando las dosis recibidas y tener un plan estructurado para automatizar los procesos, con un protocolo claro para todos los hospitales y centros de salud. Hace falta mucha más planificación.

 

Los científicos tenemos protocolos que seguimos escrupulosamente en los experimentos. En la industria sucede igual, hay protocolos de producción con pasos definidos. Eso es importante para suministrar las vacunas. Se está realizando un esfuerzo general, pero faltan protocolos para administrarlas adecuadamente.

 

Pfizer, Moderna, y ahora CSIC-Biofabri

 

De momento se están administrando las vacunas de Pfizer y Moderna, y probablemente la de la Universidad de Oxford-AstraZeneca será la siguiente en llegar. ¿En qué se diferencian?

 

Las de Pfizer y Moderna, que se basan en ARN mensajero, son más semejantes entre sí. Son vacunas muy sencillas, en las que una molécula está encapsulada en una estructura lipídica, como si fuera una gota de grasa en cuyo interior están las moléculas de ARN.

 

 Cuando se administra, esa cubierta facilita que el ARN penetre en el interior de la célula, se una a los ribosomas y produzca la proteína S del coronavirus que activa una respuesta inmune. Ya se ha visto en los ensayos clínicos [con humanos] en fase III que este tipo de vacuna confiere una protección de más del 90%.

 

La de la Universidad de Oxford utiliza un vector distinto, un adenovirus que se aisló del chimpancé.

 

 Este virus, que es de ADN y tiene incorporado en su material genético el gen S del coronavirus, es el vehículo que penetra en la célula y libera la molécula de ARN. 

 

Eso provoca la producción de la proteína S y la activación de la respuesta inmune, con la consiguiente protección (70-90%) frente a la infección por SARS-CoV-2.

 

Hablemos de la vacuna que su grupo de investigación está desarrollando en el CNB-CSIC. ¿En qué se diferencia de las de Pfizer, Moderna y la Universidad de Oxford?

 

Nosotros usamos una estructura más compleja que el ARN de Pfizer y Moderna y el adenovirus de la Universidad de Oxford. Nuestra vacuna se basa en un virus muy atenuado, que tiene una cubierta membranosa alrededor de una estructura proteica y en su interior lleva una molécula de ADN mayor que la del adenovirus. 

 

En esta molécula hemos incrustado también el fragmento que va a producir la proteína S del coronavirus. Como vehículo usamos el virus vaccinia [empleado en la vacunación contra la viruela]. Estos virus han sido diseñados por la naturaleza para penetrar fácilmente en células, a diferencia de una molécula de ARN metida en una partícula de grasa, que no es algo fisiológico.

 

Nuestro diseño de vacuna posibilita que la respuesta inmunitaria en las personas sea mucho más amplia y duradera. Eso se vio cuando se vacunó a la población contra la viruela y se erradicó la enfermedad. Los efectos de respuestas innatas y de memoria producidas por las vacunas con virus atenuados difieren de los asociados a las respuestas inducidas con las vacunas de Pfizer y Moderna.

 

 Estas, aunque sean más selectivas, probablemente serán de menor amplitud y durabilidad. Es la principal diferencia.

 

Si la respuesta inmune es más potente, ¿puede generar mayores reacciones adversas?

 

“Ya se ha vacunado a varios millones de personas y las reacciones son mínimas”
 

Hay mucha experiencia en este sentido. Cualquier vacuna es una agresión al organismo. Pensemos que un simple pinchazo con un cardo ya es una agresión que molesta. Cuando te inyectan una vacuna, lo mismo, el organismo reacciona y produce una pequeña inflamación. Básicamente es eso.

 

 Hay casos excepcionales en los que algunas personas (del orden de 1 entre un millón) pueden tener un efecto adverso más serio, pero de momento vemos que en las vacunas actuales los efectos son muy llevaderos. Es lo habitual en estos medicamentos. Ya se ha vacunado a varios millones de personas y las reacciones son mínimas.

 

En alguna ocasión ha señalado que las vacunas son unos medicamentos en los que la relación entre riesgos y beneficios es incluso más favorable que en otros fármacos.

 

Sí, es algo que está muy demostrado desde que empezó la vacunación en una época en la que se utilizaban vacunas muy crudas. Sabemos que nos curan. El riesgo es siempre mínimo y el beneficio, enorme. Hemos erradicado la viruela y estamos a punto de erradicar la polio. Y en enfermedades como el sarampión o la hepatitis, las vacunas han demostrado su eficacia, al igual que frente a otras enfermedades bacterianas y víricas.

 

Si son medicamentos más seguros y eficaces que otros, ¿por qué existen corrientes de opinión y discursos muy contrarios a las vacunas?

 

Está en la naturaleza humana. Cuando en 1796 Jenner acude a la Royal Society de Londres y comunica que ya tiene un ejemplo de vacunación para inmunizar a una persona contra la viruela, es rechazado. Él publica su experimento e inmediatamente mucha gente, incluida parte de la comunidad científica, se lanza contra él.

 

 Incluso aparecen imágenes caricaturizadas de personas con hocico y otros atributos vacunos, dando a entender que la vacuna, que se basaba en la viruela causada por un virus de la vaca, provocaba deformaciones. Siempre hay grupos anti cualquier cosa, pero claramente las vacunas salvan muchas vidas.

 

El horizonte de la vacuna del CSIC

 

Han publicado en un artículo en la revista Journal of Virology que su candidato vacunal tiene una eficacia del 100% en ratones, lo que abre la vía para empezar con los ensayos clínicos en humanos. Con lo avanzado hasta ahora, ¿cuáles diría que son las ventajas de su vacuna?

 

“Protege frente a la enfermedad, frente a la letalidad y frente a la replicación del virus”
 

Sí, acabamos de terminar una fase con ratones susceptibles a la infección y hemos demostrado que la vacuna protege un 100% frente a la infección del SARS-CoV-2. Eso es muy importante. Protege frente a la enfermedad, frente a la letalidad y frente a la replicación del virus. Además, al ser una vacuna muy estable, puede conservarse y administrarse en cualquier lugar. 

 

También estamos viendo que confiere una inmunidad amplia y creemos que más duradera. Otra ventaja es que se podrá combinar con las vacunas que ya se están administrando a la población. Hemos demostrado en modelos animales que la combinación de vacunas distintas tiene efectos protectores más potentes que una vacunación con dos dosis de la misma vacuna.

 

¿Qué pasos van a dar en las próximas semanas? ¿Ya están planificados los ensayos clínicos?

 

De momento estamos completando los ensayos en animales con macacos y hámsters para presentar un dossier a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y a la Agencia Europea del Medicamento y, si cumplimos los requisitos, obtener su aprobación.

 

 A la vez, la empresa española Biofabri está produciendo los lotes para empezar los ensayos clínicos en primavera; comenzaremos con la fase 1 con unos 112 voluntarios, para ver los efectos de dosis; después iremos a la fase 2, con 500, para ver la inmunogenicidad y la seguridad; y si todo fuera bien pasaremos a la fase 3, ya con 20.000 o 30.000 personas sanas, para demostrar la eficacia de la vacuna.

 

“Se podría administrar en España si quedase población por vacunar y también en países de todo el mundo que pudieran necesitarla”
 

Si se completa el proceso sin incidentes ¿qué sucedería después de las fases clínicas 1, 2 y 3?

 

Pasaríamos a la fase de producción y a considerar dónde se podría administrar la vacuna: en España, si quedase población por vacunar, y también en países de todo el mundo que pudieran necesitarla. Además, plantearíamos su uso como dosis recuerdo en personas que ya han sido vacunadas. Por eso debe haber varias vacunas.

 

 No va a haber una vacuna ganadora -la ganadora es la sociedad-, sino una secuencia de varias que se irán incorporando poco a poco como fármacos contra el SARS-CoV-2; ahora se están administrando las primeras disponibles, pero para inmunizar a más de 7.000 millones de personas se necesitarán varias vacunas.  

 

¿Cuándo podrían empezar a suministrarse sus dosis? ¿Tienen un horizonte temporal?

 

El proceso se iniciaría tras demostrar que la vacuna es segura y eficaz en los ensayos clínicos. Necesitaremos bastante financiación para la producción. El CSIC está tratando de movilizar el proceso. Tengamos en cuenta que algunos países han puesto cientos de millones para producir vacunas a gran escala. A partir de la fase clínica, los costes aumentan exponencialmente.

 

En alguna entrevista ha afirmado que, si su vacuna no llega a tiempo para esta primera fase de vacunación, deben en todo caso llegar hasta el final para que toda la infraestructura biotecnológica desarrollada pueda usarse en otras vacunas contra coronavirus futuros.

 

Sí. España no puede depender siempre de los demás. Tenemos el conocimiento científico, el know how, y somos buenos en la parte básica de desarrollo de la vacuna. Hay en marcha tres prototipos en el CSIC. Además, disponemos de un sistema sanitario potente para la parte de ensayos clínicos.

 

¿Qué pasa con la producción? Tenemos buenas empresas para producir vacunas de uso veterinario, pero no para las de uso humano. Necesitamos un tejido empresarial capaz de ello y por eso hemos iniciado colaboraciones, a través del CSIC y el Ministerio de Ciencia e Innovación, con empresas españolas.

 

 Después hay que mantener esa logística para actuar con rapidez cuando sea necesario. Ahí el CSIC juega un papel importante, pues además del conocimiento básico aporta la traslación de la investigación al sector productivo. Como país, debemos disponer de las infraestructuras necesarias para llevar a cabo todas las fases del proceso y estar preparados para actuar frente a epidemias o pandemias.

 

Acaba de señalar que no habrá una vacuna ganadora, sino que secuencialmente se irán incorporando varias y se complementarán unas a otras. Sin embargo, parte de la ciudadanía se pregunta si no es mejor esperar a que llegue la mejor antes de vacunarse.

 

No es así. Claro, las vacunas se pueden mejorar, como todo en la vida. Pero hay que actuar ya; si se ha demostrado que la vacuna de Pfizer protege en un 95%, que es mucho, debemos administrarla inmediatamente. La gente se está muriendo, sería demencial seguir esperando a que llegue otra mejor. Así que es importante que haya varias vacunas y que las españolas estén ahí para contribuir al control de la pandemia.

 

Por eso seguimos en la brecha unos jubilados. Y muy satisfechos ¿eh? Mis colegas Luis Enjuanes y Vicente Larraga, y yo mismo, estamos totalmente volcados en esto. En mi grupo de Poxvirus y Vacunas del CNB-CSIC hemos creado una plataforma de vacunas y ya hemos demostrado en modelos animales con ratones y macacos que otros candidatos vacunales contra ébola, chikungunya y zika protegen entre un 80-100%. 

 

También hemos desarrollado prototipos de vacuna frente a la malaria, leishmania, la hepatitis C y algunos tumores. Es clave preservar esa tecnología y seguir avanzando. Para ello necesitamos también la estabilidad del personal; ahí sí tenemos un problemón.

 

“Vamos a por la vacuna”

 

Es llamativo que los tres investigadores que lideran los tres prototipos de vacunas del CSIC sean jubilados. Antes de que estallara la pandemia, ¿en qué situación profesional estaba?

 

Seguía trabajando en vacunas en el CNB-CSIC, pero poco antes de que empezase la crisis sanitaria había decidido ir reduciendo mi laboratorio. Al irrumpir el SARS-CoV-2, me doy cuenta de que necesitaré personal y vuelvo a reclutar a gente con experiencia que había finalizado sus contratos.

 

Cuando empieza a hablarse de la situación de China y el 13 de enero se conoce la secuencia genética del coronavirus, me digo: “A por ello”. Hablo con mi colega Juan García Arriaza y decimos: “Vamos a por la vacuna”. Desde entonces mi actividad se ha multiplicado.

 

Desde el punto de vista profesional, esta carrera de la ciencia contra la pandemia es un gran desafío, ¿siente también más presión que en otras investigaciones previas?

 

Sin duda, la situación afecta. Estamos viendo que la gente se muere, eso es tremendo. Me ocurrió algo parecido cuando estuve en Nueva York y aparecieron en 1981 los primeros casos de infección por VIH. 

 

A raíz de aquello seguimos trabajando en el desarrollo de vacunas. Llevamos muchos años investigando en VIH, incluso hemos implementado los primeros ensayos clínicos de vacuna frente al VIH que generamos en el CNB-CSIC. Así que el laboratorio ya estaba entrenado. Por eso cuando apareció el coronavirus decidimos entrar en la lucha contra la covid-19.

 

 Ahora estamos muy comprometidos, cada vez que esperamos los resultados de un experimento nos ponemos nerviosos, y cuando tenemos una buena noticia porque todos los animales están protegidos por la vacuna saltamos de alegría.

 

“Cuando tenemos una buena noticia porque todos los animales están protegidos por la vacuna saltamos de alegría”
 

Ese trabajo previo, necesario para dar una respuesta rápida ahora, refleja la importancia de apoyar la ciencia básica. ¿Cree que la pandemia está cambiando la percepción de la sociedad y los poderes públicos respecto a la necesidad de invertir en I+D a largo plazo?

 

Si no cambiamos ahora, si no nos damos cuenta de que el control de esta pandemia lo va a lograr la ciencia, es que estamos ciegos. Estamos entendiendo al virus y la enfermedad que causa porque gran parte de la comunidad científica global se ha puesto a trabajar en ello.

 

 Es la ciencia la que nos sacará del atolladero. El dinero que se destina a investigación no es nada comparado a las pérdidas en vidas humanas, económicas, de puestos de trabajo, etc., provocadas por la pandemia.

 

El problema es que los políticos van cambiando, mientras que nosotros somos más estables, yo llevo 50 años investigando en virus. Pero si la sociedad empuja, porque percibe que la comunidad científica está trabajando intensamente por controlar la pandemia y otras muchas enfermedades, los políticos toman nota. El conjunto del país debe entender que la inversión en ciencia es inversión de futuro.

 

Volvamos a la actualidad de la pandemia. La aparición de la cepa de Reino Unido preocupa y genera dudas sobre si esa variante del virus será más resistente a las vacunas.

 

Aún no hay certezas. Se está haciendo un seguimiento de esta y otras variantes; hay experimentos en marcha para ver en modelos animales (ratón, hámster, hurón, macaco) cuál es su grado de efectividad en relación con la cepa normal, si simplemente facilita la transmisión del virus o si además tiene un efecto sobre la enfermedad que incrementa la patología.

 

 Nosotros queremos ver en qué medida las variantes que circulan en España son sensibles a los anticuerpos que estamos produciendo en modelos animales, y también a las vacunas que se administran a la población.

 

Varios grupos de investigación están secuenciando miles de genomas del virus en personas donde aparecen las distintas variantes. Pero de momento no podemos decir si las nuevas variantes suponen un problema sanitario global o si solo se diseminan con más facilidad. Lo sabremos en un par de meses.

 

Otra incógnita es saber cómo va a evolucionar el virus en esta nueva fase marcada por las vacunaciones. Hasta ahora ha evolucionado de forma natural, pero previsiblemente las mutaciones aumentarán porque el virus buscará la manera de resistir a las vacunas.

 

Exactamente, eso se denomina ‘presión selectiva’. Cuando en el laboratorio trabajas con un cultivo de virus, es decir, infectas células y luego les añades un anticuerpo, generalmente matas el 99% pero queda un 1% o menos de virus que ha escapado y que, aunque le añadas más anticuerpos, se hace resistente. 

 

Es lo que sucede en las personas que están inmunizadas, tienen anticuerpos y un sistema inmune que está controlando los virus actuales. Pero ¿qué pasa si son reinfectadas, el virus muta y escapa a esos anticuerpos? Tenemos que estudiarlo.

 

Los virus son muy inteligentes, tratan de escapar a la presión inmune y por eso mutan. Puede ser importante combinar vacunas para estimular distintos tipos de respuesta humoral y celular que se sumen y generen mayor protección. Es lo que perseguimos con nuestra vacuna y otras que estamos desarrollando a través de un proyecto con la fundación La Caixa.

 

 Lo planteamos en mayo, antes de que aparecieran nuevas cepas del SARS-CoV-2, para desarrollar otras vacunas que sirvan ante mutaciones de este coronavirus u otros que seguramente aparecerán.

 

¿Cuánto nos va a durar la inmunidad con las vacunas? ¿Sabemos algo más al respecto?

 

Hay que esperar. De momento sabemos que hay personas que durante 8 o 9 meses mantienen los anticuerpos. Un aspecto importante de nuestra vacuna es que con ella logramos una respuesta fuerte de anticuerpos y de linfocitos T que, además, genera memoria. 

 

Esta amplitud de respuesta inmune no parece ser la misma en las vacunas de ARN mensajero de Pfizer y Moderna, que producen menor reactivación de los linfocitos T.

 

 Por eso digo que unas vacunas pueden complementar a otras para luchar contra el virus. Creo que las del CSIC van a tener un uso amplio, tanto como vacunas independientes como en combinación con otras.

 

“Creo que las del CSIC van a tener un uso amplio, tanto como vacunas independientes como en combinación con otras”
 
 

A raíz de publicar la entrevista a Margarita del Val, muchas personas plantearon preguntas en las redes sociales. Ella apuntó que quienes ya han pasado la covid-19 también pueden vacunarse porque, aunque estén algo protegidas, las vacuna les va a proteger aún más. Alguien preguntó: si una persona está pasando la covid, ¿debe vacunarse?

 

Como no sabemos el grado de inmunidad conferida, la vacuna da una seguridad mayor. Una persona que haya sido infectada tiene un nivel determinado de respuesta inmune, ¿hay que vacunarla? Si no tiene ningún síntoma de la enfermedad, sí, porque la vacuna puede reforzar su sistema inmune. 

 

Pero a alguien que tenga síntomas, no le haría falta. Habría que esperar a que lo pasara para vacunarlo. Con síntomas graves, la vacuna no hace nada.

 

¿Habrá que vacunar a los niños y niñas?

 

También se están realizando ensayos clínicos. Serán vacunados más adelante, seguramente se vacunará a toda la población. Habrá que ver a partir de qué edad se considera que es conveniente y eso lo dirán los ensayos clínicos.

 

Algunas personas también se preguntan si pueden participar en los ensayos clínicos que se realizan para testear las vacunas.

 

Sí, los ensayos se realizan en hospitales y ellos los publicitan. Quien cumple los requisitos, en principio puede formar parte del ensayo. Hay que dar las gracias a todas las personas que generosamente quieren contribuir a que avancemos en la lucha contra esta pandemia.

 

 

 Mónica Lara del Vigo / Agencia SINC

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Mónica Lara del Vigo es redactora de 'CSIC Cultura Científica'.
 
 

  

lunes, 1 de febrero de 2021

Brigitte Bardot afirma que la covid es buena porque “restablecerá el orden en la naturaleza”

 Brigitte Bardot en Saint-Tropez, Francia, en septiembre de 2014. 

 

Brigitte Bardot en Saint-Tropez, Francia, en septiembre de 2014.

 

Brigitte Bardot afirma que la covid es buena porque “restablecerá el orden en la naturaleza”

 

La polémica actriz francesa ha afirmado a una revista italiana que el virus supone la “autorregulación de una superpoblación”

 

Las polémicas son ya inherentes a la actriz Brigitte Bardot. Quien en su día fue uno de los grandes iconos del cine francés es hoy una incansable activista en pos de los derechos de los animales. Sin embargo, a veces esa defensa hace que sus palabras sean más favorables al mundo animal que al humano.

 

Aun así, no dejan de sorprender algunas de sus declaraciones, como las que ha publicado este fin de semana la revista italiana Oggi. En ella defiende que la covid-19, la pandemia que azota al mundo desde hace un año y que ha dejado al menos 103 millones de enfermos y 2,2 millones de fallecidos, es algo positivo. “Somos demasiados en la Tierra”, dice a la revista la retirada actriz, que vive a las afueras de Saint-Tropez cuidando a sus animales.

 

“Me temo que la covid y las otras epidemias que se están anunciando restaurarán dolorosamente un nuevo orden”, añade, y se reafirma: “Cuando esos 5.000 millones de personas en este planeta Tierra se hayan ido, la naturaleza recuperará sus derechos”. “¿Me preguntas si este virus es algo bueno? Sí, es una especie de autorregulación de una superpoblación que no somos capaces de controlar”, insiste la actriz, que cumplió 86 años en septiembre y asegura que ella no necesita protegerse contra la enfermedad. “No tengo necesidad, no veo a nadie. Las cabras no serán capaz de contagiarme”.

 

El semanario ha publicado esta revista con motivo de la vuelta a las librerías de la autobiografía que Bardot escribió en el año 1973. En aquel momento las memorias fueron muy polémicas y, casi medio siglo después, la actriz sigue causando sensación cada vez que abre la boca. En esta ocasión también ha atacado a los migrantes, afirmando que “nos atacan”.

 

“Estoy a favor de un Gobierno autoritario que sea capaz de poner orden en el lío en el que vivimos. Cuando pienso que el Gobierno francés deja al margen a ciudadanos pobres que trabajan duro y reciben menos ayuda que todos estos migrantes que nos atacan, me horrorizo“, asegura en Oggi

 

 Allí también habla de sí misma y de las condenas que ha sufrido por declaraciones como estas, en este caso por incitación al odio racial: “No me importa, que me vuelven a condenar”, afirma. “¿Me costará? Me da igual. Si no tengo el dinero para pagar los daños, pues iré a la cárcel. Sería divertido”.

 

Esta es la última de una larga lista de salidas de tono de la intérprete de Y Dios creó a la mujer. Una de las últimas y más graves fue hace casi dos años, en marzo de 2019, cuando fue demandada por insultar a la población de la isla de Reunión.

 

 De ellos dijo que eran una “población degenerada” de una “isla demoniaca” aún fiel a “tradiciones bárbaras” de maltrato animal. “La población indígena ha conservado sus genes de salvajes”, escribió a la prefectura de la isla en una carta. 

 

Un año antes, en marzo de 2018, se había enfrentado al entonces ministro de Ecología de Francia, Nicolas Hulot, y llegó a pedirle que dimitiera. “Él, que es un ministro, actúa como si no tuviera poder alguno.

 

 Es un cobarde de primera categoría. Un indeciso. Un tipo que no sirve para nada”, afirmó la intérprete, a lo que Hulot respondió calificándola de “demagoga”.

 

Otra cuestión polémica por la que ha sido fuertemente criticada en los últimos tiempos fue por su actitud con respecto al movimiento MeToo y a que cada vez más mujeres, a menudo en puestos de poca visibilidad, se atrevieran a denunciar a hombres poderosos.

 

 Sin embargo, para Bardot todo aquello eran acusaciones “hipócritas, ridículas y sin interés” y que estaban quitando espacio a debatir temas más importantes.

 

“Hay muchas actrices que provocan a los productores para conseguir un papel. Después, para que se hable de ellas, dicen que sufrieron acoso”, decía Bardot en enero de 2018, en una entrevista publicada en la revista Paris Match. “En realidad, más que beneficiarlas, esto les perjudica”, afirmaba entonces la antigua actriz y cantante, que asegura que pese a su estatus como sex symbol, ella nunca vivió una situación de ese tipo.

 

 El País

 

 

 


 

 

"El mundo no volverá a la normalidad hasta 2024. Entonces, empezará el desenfreno"

Foto: Nicholas Christakis. (Skype) 

  Nicholas Christakis

 
 

"El mundo no volverá a la normalidad hasta 2024. Entonces, empezará el desenfreno"

 

Este médico y sociólogo está convencido de que el coronavirus va a dejar cicatrices profundas en la sociedad, como lo hicieron anteriores pandemias a lo largo de la historia

 

 Entrevista a Nicholas Christakis

 

 Nicholas Christakis discusses Coronavirus epidemiology at the GIM COVID Zoom Town Hall Meeting

 

 * *

 

"Las plagas no son algo nuevo para la humanidad, solo son nuevas para nosotros", explica el doctor Nicholas Christakis en una entrevista por Skype. Este médico y sociólogo, director del Human Lab de la Universidad de Yale, no cree que las vacunas sean el principio del fin de la pandemia, sino el final del principio. Está convencido de que el coronavirus va a dejar cicatrices profundas en la sociedad, como lo hicieron anteriores pandemias a lo largo de la historia.

 

 Uno de los más previsibles es lo que pasará una vez que termine. Una pista: “Y luego, cuando la pestilencia disminuyó, todos los que sobrevivieron se entregaron a los placeres: monjes, sacerdotes, monjas y laicos, hombres y mujeres, todos se divirtieron, y ninguno se preocupó por gastar y jugar. Y todo el mundo se creía rico porque había escapado y recuperado el mundo”. 

 

Son las palabras de Agnolo di Tura, un cronista de la peste negra en 1348, que recoge Christakis en su último libro: ‘Apollo’s Arrow: The Profound and Enduring Impact of Coronavirus on the Way We Live’ ('La flecha de Apolo: el impacto profundo y duradero del coronavirus en nuestro modo de vida'). Tras el horror y la muerte, el hedonismo. 

 

Este científico experto en epidemias está convencido de que, si bien durante las pandemias suelen aumentar la religiosidad y la aversión al riesgo, cuando se superan, “es muy probable que se dé un aumento del consumo como revancha, aumentarán las ganas de socializar y de probar cosas nuevas”. 

 

La primera parte de los años veinte del siglo XXI no va a ser feliz precisamente, pero la segunda parte promete: “Podemos esperar esta década un resurgimiento de innovaciones sociales, tecnológicas y artísticas después de la actual pandemia de coronavirus”, anticipa Christakis, cuyo laboratorio analiza el comportamiento humano desde la epidemiología, la biología y la sociología, entre otros campos. 

 

 

Christakis es optimista en el medio plazo, pero muy cauto en el corto, porque una vez superada la crisis sanitaria se avecina una crisis económica muy complicada que llevará al paro en todo el mundo a cientos de millones de personas. Aun así, prefiere mirarlo por el lado positivo: “Deberíamos sentirnos afortunados de que esta pandemia que nos ha tocado vivir solo mate a un 1% de los contagiados.

 

 Es una suerte que no sea 10 o 30 veces más contagiosa. Con la peste bubónica, moría la mitad de la gente”, recuerda. Esta pandemia también acabará, siempre lo hacen, pero la historia nos enseña que el mundo que viene será diferente. 

 

PREGUNTA. ¿Cuándo volveremos a la normalidad?

 

RESPUESTA. Hasta 2022, no podremos dejar de usar mascarillas y la distancia social hará falta otro año más por lo menos. Pero aunque en 10 meses algunos países logren la inmunidad gracias a las vacunas, no quiere decir que el año que viene hayamos dejado atrás las consecuencias de la pandemia.

 

 Habrá que dar tiempo para que nos recuperemos del 'shock' psicológico y económico que supone el virus. Llevará al menos un par de años más recuperarnos de las cicatrices de la pandemia. 

 

P. En su libro, dice que el covid-19 no desaparecerá nunca. 

 

R. Hay muchas probabilidades de que el covid permanezca entre nosotros, como ha pasado con otros virus aun después de la vacuna, como el sarampión, por ejemplo. Irá reduciendo su letalidad, pero de vez en cuando habrá gente que enferme y muera. También pasa con la gripe. Puede que alcancemos la inmunidad colectiva en 2022, pero eso no quiere decir que el virus desaparezca para siempre.

 

P. Leer su libro da a la vez esperanza, al ver que las pandemias no son algo extraño y que la humanidad siempre se ha recuperado de ellas. Pero también es descorazonador ver cuántas lecciones aprendidas en otras pandemias se olvidan de una para otra. 

 

R. Hace 100 años, en la gripe del 18, también hubo negacionismo hacia lo que estaba pasando. También hubo gente que se negaba a usar mascarillas y se dudaba de su efectividad. Uno de los patrones que se repiten en la historia de las pandemias es la tendencia a culpar a otros de lo que pasa.

 

 En la plaga de Atenas, se culpaba a los espartanos. En la Edad Media, se culpaba a los judíos. Con el VIH, se estigmatizó a los homosexuales. 

 

P. ¿Dejará esta pandemia una lección? ¿Aprenderemos algo? ¿O se olvidará en los libros de historia como la de 1918?

 

R. Todas las pandemias dejan una cicatriz. Y creo que cuando llegue la inmunidad, todavía tendremos que pasar una especie de duelo. Tardaremos al menos un par de años en recuperarnos del impacto psicológico y económico.

 

 El duelo no solo hay que pasarlo por la muerte de tantos millones de personas, no solo por la pérdida de familiares y amigos, o por la pérdida de salud que puede dejar secuelas entre quienes sobreviven al virus, también porque una pandemia es la pérdida colectiva de una forma de vida. 

 

No podemos quedar a comer en un restaurante, no podemos ir al cine ni viajar como antes. Y esa pérdida también lleva su tiempo. Y luego, cuando paulatinamente vuelva la normalidad, el mundo será diferente

 

Ni la economía se recuperará de inmediato ni la gente va a llenar los restaurantes de repente. Viviremos una especie de periodo intermedio de cicatrización. Creo que lo que podemos llamar normalidad o pospandemia empezará en 2024. 

 

Nicholas Christakis. (Skype)
Nicholas Christakis. 

 

P. En su libro, explica que las pandemias siempre han transformado el mundo. Que muchos hábitos de higiene que damos por hecho se deben a las medidas que se tomaron en la gripe del 18, como que no haya escupideras en los bares. ¿Qué otros impactos tendrán a medio plazo el aislamiento social y los efectos en la economía?

 

R. Una pandemia es como un incendio. Cuando se acaba, no vuelves a ver el edificio como era antes. Toca reconstruirlo. Una pandemia deja cicatrices, pero con el tiempo, olvidamos qué las causó. Durante la peste bubónica, en toda Europa la gente se replanteó lo que creía. Contribuyó al declive de la aristocracia y el clero, también aceleró el desarrollo de la ciencia y la medicina empírica. Algo así podría pasar ahora.

 

 Hay impactos que está teniendo el covid que ya hemos visto antes en otras pandemias a lo largo de la historia. Por ejemplo, la gente se vuelve más miedosa, más introspectiva y tiene más aversión al riesgo. Eso ya está pasando. La religiosidad está aumentando en EEUU. No hay ateos en las trincheras. Este efecto no suele ser duradero y desaparece cuando desaparece la epidemia. 

 

También suele suceder, como pasó en los felices años veinte del siglo pasado, que tras la pandemia la gente vuelve a buscar el contacto social y el desenfreno. Así que, cuando vuelva la normalidad, seguramente aumente también el gusto por el riesgo, la fiesta y las ganas de gastar. 

 

P. ¿El desenfreno será en 2024? Tomo nota. 

 

R. Hay otros cambios que no está claro cuánto durarán. La gente aprende a cocinar en parte como 'hobby', en parte para no tener que salir de casa, también el bricolaje casero es una manera de ser más independiente para no necesitar llamar a gente que vaya a tu casa, porque cualquier interacción con el covid-19 se percibe como arriesgada.

 

 Entre los efectos más preocupantes, están los económicos. Millones de personas están perdiendo su empleo y la recesión va a durar bastante tiempo, especialmente entre los jóvenes. También está cambiando para siempre la manera en que vivimos el teletrabajo y la mayor digitalización, por ejemplo. 

 

O el replanteamiento de los viajes de trabajo. ¿Para qué estar una hora en un atasco para una reunión que puedes hacer por Zoom? 

 

Eso cambiará. También se está viendo ya otro tipo de impacto en la forma de vida de muchas mujeres, porque a menudo son las que cargan con el coste social de los cuidados. Muchas están dejando de trabajar para cuidar a sus hijos en caso de cuarentenas y confinamientos. Esto podría suponer un retroceso de muchas décadas de avances en la igualdad. Tendremos una recesión seria, que también afectará especialmente a los jóvenes y a los más vulnerables de la sociedad.

 

P. En el libro, destaca que muchas amenazas a gran escala han impulsado históricamente la innovación científica. La pandemia de 1918 estimuló los avances en microbiología y salud pública. El Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial contribuyó a los avances en física. El primer satélite soviético, el Sputnik, provocó en los cincuenta una fuerte inversión estadounidense en ciencia e ingeniería espaciales. ¿Es posible que veamos esto nuevamente?

 

R. Haber conseguido las vacunas en menos de un año de pandemia es un logro asombroso. Es posible que uno de los impactos duraderos de la pandemia de covid-19 sea un mayor respeto por la ciencia y la experiencia. Quizás a raíz de esta pandemia la humanidad pase a tomarse más en serio otras amenazas que requieren comprensión científica, como el cambio climático

 

También los avances científicos están dejando claro la importancia de la colaboración para la especie humana. Las vacunas se han logrado desarrollar en tiempo récord gracias a la colaboración de muchas personas en muchas partes distintas. Estamos colaborando para frenar el virus y esa es una gran paradoja. El virus se aprovecha de nuestra necesidad de socializar para extenderse, pero nosotros podemos vencerlo gracias a nuestra capacidad para colaborar. 

 

En cierto modo, la propagación de gérmenes es el precio que pagamos por la difusión de ideas. Hemos evolucionado gracias al aprendizaje, a compartir ideas con otros, a ayudar a desconocidos. Eso es algo muy poco habitual en el reino animal. Nuestra necesidad de socializar es lo que hace que el virus se propague. También es la herramienta fundamental para vencer al coronavirus.

 

P. En el libro, usted es muy crítico con la tardía respuesta de muchos gobiernos, sobre todo la Administración Trump, en atender las advertencias de los científicos cuando en enero del año pasado empezó a verse lo que pasaba en Wuhan. ¿Cree también que la pandemia contribuirá a un cambio en la clase política?

 

R. En febrero del año pasado, gran parte de la comunidad científica ya estaba alarmada por el coronavirus que se detectó en Wuhan, pero la mayoría de los políticos no les tomaron en serio. La negación de lo que está pasando es común cuando llega una epidemia.

 

 A lo largo de la historia, los gérmenes se han aprovechado para propagarse de la capacidad de mentirnos que tenemos los seres humanos para negar lo que está sucediendo. Es posible que la mala gestión política tenga un efecto

 

También lo tuvo en el pasado. Con la peste negra, quedó muy claro que los sacerdotes no tenían forma de detener la mortalidad por la plaga. El clero fue perdiendo poder en la Edad Media y algunos estudios lo relacionan con el surgimiento del capitalismo, porque la desilusión con el sistema anterior llevó a la búsqueda de nuevas fuentes de autoridad.

 

 Es posible que la incapacidad de nuestras instituciones políticas y gobiernos para combatir el virus tenga implicaciones similares. También puede que el papel del propio Gobierno aumente, porque cuanto peor se pone la pandemia, más se espera del Estado.

 

En realidad, son muy pocos los políticos que han hecho una buena gestión de la pandemia, porque si eres político, no te gusta dar malas noticias a la gente y para explicar la situación del coronavirus hay que ser capaz de dar malas noticias. Entre las excepciones, destacaría a Angela Merkel en Alemania y Jacinda Ardern en Nueva Zelanda. Ambas han sido capaces de tomar decisiones impopulares y con ello han salvado muchas vidas. 

 

P. ¿Y en España?

 

R. En España, los datos hasta ahora no son buenos. Es uno de esos países en los que no está habiendo una respuesta nacional ni coordinada, como tampoco la ha habido en EEUU. Y eso es un problema. Si cada región puede poner las restricciones que le parecen, es como designar una parte de la piscina donde se puede orinar y pensar que el resto de la piscina está a salvo.

 

 ¡Obviamente, no lo está! El virus no entiende de fronteras. Muchos otros países están cometiendo ese error. La falta de liderazgo y coordinación ayuda al virus a propagarse. Siempre ha sido así a lo largo de la historia. 

 

   


 

domingo, 31 de enero de 2021

La venta de perros y gatos de compañía tiene los días contados en el Estado francés

 Dos perros se cruzan en una calle. (Marisol RAMÍREZ / FOKU)

 Dos perros se cruzan en una calle.

 

La venta de perros y gatos de compañía tiene los días contados en el Estado francés 

 

Era uno de los capítulos del proyecto de ley contra el maltrato animal a debate en la Asamblea Nacional francesa que suscitaba más debate, y se ha saldado con una prohibición de la venta de perros y gatos de compañía en tiendas de animales o plataformas digitales. Entrará en vigor en 2024.

 

Aunque la medida no se dejará sentir inmediatamente, ya que se fija como plazo para su entrada en vigor el 1 de enero de 2024, las organizaciones defensoras de los animales saludan hoy el voto de una enmienda por la Asamblea Nacional francesa en la que, desbordando los planteamientos del Gobierno de Emmanuel Macron, se pone fecha de caducidad a la venta de mascotas en el Estado francés.

 

La enmienda se incluye en el proyecto de ley contra el maltrato animal que preconiza que se ponga fin a la «comercialización» de animales de compañía, para poner coto a los problemas de maltrato y de abandono que acarrea, muchas veces, la compra impulsiva de una mascota.

 

Por el momento, a la vista de esa enmienda, la protección se centrará en gatos y perros.

 

Por lo demás, los diputados han evitado abordar en esa norma debates tan espinosos como la cría de animales o la cuestión de la caza.

 

La norma francesa se inspira, señala el diario  “Libération”, en la «Lucy’s Law» que está en vigor en Gran Bretaña desde la pasada primavera.

 

Sin embargo, la enmienda francesa excluye, por ahora, dispensar de la venta a los llamados NAC (nuevos animales de compañía), como los conejos de indias o los hámster, entre otros.

 

Con todo, el trabajo sobre la futura ley de protección animal no ha concluido, y se da por seguro que se incluirán medidas para evitar el «tráfico de animales exóticos», lo que permitiría «encuadrar mejor» la adquisición como mascotas de monos, reptiles o aves.

 

En 2020 se produjo un aumento del 16% de abandonos de animales de compañía fuera de lo común como cobayas o chinchillas, según los datos de la Sociedad Protectora de Animales (SPA).

 

Tampoco por internet

 

Pese a sus limitaciones, la SPA, que milita activamente desde hace años por la prohibición de venta de mascotas en tiendas de animales, ha saludado el voto de la Asamblea Nacional porque considera que evitará que «los animales sean tratados como producto de reclamo comercial».

 

La norma no se limitará a las tiendas de animales, sino que contemplará medidas para evitar las cada vez más habituales operaciones de compraventa de animales de compañía vía internet mediante plataformas tan populares en el Hexágono como Leboncoin, entre otras.

 

La Fundación 30 Millones de Amigos se ha congratulado de la medida porque «supone un avance en la línea de garantizar el bienestar animal» y que, según un sondeo de Ifop, es apoyada por un 61% de los ciudadanos franceses sondeados sobre la cuestión.

 

 

CUBA: CUARENTENA OBLIGATORIA PARA TODO VIAJERO, CUBANOS RESIDENTES EN EL EXTERIOR TENDRÁN QUE PAGAR

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CUBA: CUARENTENA OBLIGATORIA PARA TODO VIAJERO, CUBANOS RESIDENTES EN EL EXTERIOR TENDRÁN QUE PAGAR

 

  EN CUBA TODOS LOS VIAJEROS INTERNACIONALES TENDRÁN QUE ESTAR EN UNA CUARENTENA OBLIGATORIA CUANDO LLEGUEN A LA ISLA A PARTIR DEL PRÓXIMO 6 DE FEBRERO, LOS RESIDENTES EN EL PAÍS NO TENDRÁN QUE PAGARLA, LOS CUBANOS RESIDENTES EN EL EXTERIOR SÍ.

 

 

 


 

sábado, 30 de enero de 2021

¿dónde están? La paradoja de Fermi: por qué no hemos contactado con extraterrestres

 

La paradoja de Fermi: por qué no hemos contactado con extraterrestres

 

Hay una clara contradicción entre la (aparente) evidencia de vida extraterrestre, estadísticamente hablando, y la imposibilidad de dar con ella

 

 ¿dónde están?

 

 Que la verdad está ahí fuera ya lo sabíamos, solo hay que salir a buscarla. El problema es que quizá esté muy lejos. Aunque la aparición de vida en el planeta Tierra se produjo debido a una conjunción de fenómenos, y sabemos de sobra que no todos los planetas del Universo parecen preparados para albergar vida en ellos, teniendo en cuenta lo poco que conocemos y lo inconmesurable que es, hasta el punto de ser infinito, parece normal pensar que en algunos lugares de esta galaxia u otras podría haber vida extraterrestre. 

 

Hay 100 millones de billones de planetas parecidos al nuestro en el Universo. 

 

Pero, si es así, ¿cómo es que todavía no hemos podido contactar con nadie? ¿Se debe a nuestras limitaciones? ¿A que la lejanía es demasiada para poder contactar con otros, dada la tecnología actual? ¿A que no coincidimos en tiempo con otras civilizaciones? Pero, ¿Dónde está todo el mundo? Esas cuestiones ya se las preguntó en su día Enrico Fermi. 

 

Si estadísticamente hablando es probable que existan millones de civilizaciones extraterrestres, no parece tan normal no haber podido contactar con ellas. A esto se le llama la Paradoja de Fermi, la contradicción entre la (aparente) evidencia de vida extraterrestre y la imposibilidad de dar con ella. 

 

¿Dónde está todo el mundo?

 

Al parecer, la paradoja surgió durante una comida de colegas en el Laboratorio Nacional de Los Alamos en 1950. Se dice que Fermi realizó una serie de cálculos para estimar la prevalencia de tecnología similar a la humana en el Universo. Basándose en estos cálculos, llegó a la conclusión de que la Tierra ya debería haber sido visitada por extraterrestres, y se cuenta que preguntó: "¿Dónde están?". 

 

¿Cuántas civilizaciones hay en la Vía Láctea susceptibles de poseer emisiones de radio detectables?

 

Diez años más tarde, el presidente del instituto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence), Frank Drake, llevó un poco más lejos la idea de Fermi con su propia Ecuación (Ecuación de Drake), que pretende estimar la cantidad de civilizaciones en la Via Láctea, susceptibles de poseer emisiones de radio detectables.

 

 Aunque con el paso de los años algunas personas han mostrado su disconformidad con la ecuación (conforme avance la tecnología algunos de sus parámetros podrían cambiar, pues a día de hoy es imposible resolverla), sugiere que el número de civilizaciones lo suficientemente cercanas como para que sepamos puede basarse en una combinación de estadísticas. 

 

Soluciones potenciales a la paradoja

 

Sobreestimamos la prevalencia de vida inteligente en el Universo. Podría haber vida (o no haberla) pero quizá no podríamos contactar con ella al no ser inteligente.

 

Sobreestimamos el deseo de cualquier forma de vida de transmitir voluntariamente información. Podría haber vida inteligente, pero no tendría por qué ser amigable. Quizá hay civilizaciones extremadamente peligrosas ahí fuera, por lo que lo mejor es mantenerse callado, como aquellos que no quieren sobresalir en el patio del colegio frente a los matones. Si es así, nosotros estamos actuando mal enviando nuestras señales. Eso nos lleva a una tercera solución, la hipótesis del zoo. 

  

La hipótesis del zoo: nos observan sin que lo sepamos. Algunos científicos creen que otras civilizaciones podrían estar observándonos, sin establecer contacto con nosotros, como de igual manera los humanos lo hacemos con otras especies animales. En otras palabras, son tan avanzadas que para ellos somos un simple experimento, igual que los niños que juegan y observan sus hormigueros y peceras. Esto requeriría, sin embargo, una sincronía por parte de otras civilizaciones inteligentes que tendrían que haberse puesto de acuerdo para no contactar con nosotros hasta que estuviésemos 'listos'. 

 

La información está ahí, pero no la entendemos. Quizá se han puesto en contacto con nosotros, pero no hemos sido capaces de 'decodificar' esos mensajes. O quizá, simplemente, no llevamos escuchando el tiempo suficiente. 

 

Están demasiado lejos para escucharnos. Nuestras señales de radio llevan un siglo aproximado emitiéndose, por lo que nuestra presencia solo se detectaría en un radio de unos 100 años luz en torno a la Tierra. O quizá, simplemente, les parecemos irrelevantes. 

 

Somos los primeros. Es demasiado pronto para establecer contacto con otras civilizaciones, en estos momentos somos la única vida inteligente en el Universo con tecnología apropiada para poder hablar con alguien más. Quizá aún no han llegado. Quizá lo han hecho, pero recientemente, y aún no tienen los medios adecuados para contactar con nosotros. Quizá nunca coincidamos. 

 

Quizá ya visitaron el planeta. Pero eso fue antes de que nosotros llegáramos.

 

Estamos solos. No hay nada que hacer, tenemos que asumir que no hay nadie más ahí fuera. 

 

Por lo tanto, no existiría la paradoja. 

 

Vivimos en una realidad simulada. Quizá somos la creación de una civilización más avanzada que ha creado una simulación computarizada, y somos individuos con inteligencia artificial. No podríamos saber que vivimos en ella, por lo que solo nos queda continuar, sin conocer nunca las verdaderas respuestas. 

 

 

 
 
 
 

 

 

viernes, 29 de enero de 2021

Refuerzan medidas en La Habana: Se prohíbe la presencia de niños en áreas públicas

 

Foto: Alejandro Basulto/ Tribuna de La Habana.

El grupo temporal de trabajo para el enfrentamiento y control del nuevo coronavirus que encabeza el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, y a propuesta del Consejo de Defensa Provincial de La Habana, aprobó las siguientes medidas a aplicar en la provincia para enfrentar el rebrote de la pandemia y la alta transmisión del SARS-CoV-2.

 

  • Fortalecer la conducción de las acciones de enfrentamiento con cuatro equipos integrados por cuadros y especialistas de la Dirección Provincial de Salud y el Ministerio de Salud Pública, en las cuatro regiones (Centro, Este, Oeste y Sur).
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  • Mantener y reforzar los análisis técnicos a nivel de los municipios y de la red de salud con la participación de cuadros y directivos de la Dirección Provincial de Salud y el Ministerio de Salud Pública.
  •  
  • Incrementar las acciones de control y fiscalización de la Dirección Provincial de Salud en todas las unidades sanitarias para evaluar el cumplimiento de los protocolos establecidos.
  •  
  • Reforzar los centros de dirección y la mesa coordinadora con cuadros de primer nivel de gobierno a nivel de municipios y provincia.
  •  
  •  Ingresar en salas de atención a pacientes de alto riesgo a los casos confirmados o sospechosos y aquellos en los que se ha perdido oportunidad de ingreso con grandes probabilidades de complicaciones en las siguientes 24 o 48 horas en unidades de atención al grave.
  •  
  • Incrementar el control de la calidad a la toma de muestras por equipos de supervisión y control del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.
  •  
  • Tomar muestra para estudio de PCR-RT a los pacientes confirmados al quinto día de su evolución, de ser positivo repetir cada 48 horas hasta que tengan resultado negativo.
  •  
  • Garantizar la accesibilidad y despliegue de la plataforma de Datys de la base de datos de los diferentes laboratorios para la obtención inmediata de los resultados del PCR a las direcciones municipales de Salud, hospitales y centros de aislamiento.
  •  
  • Mantener el estricto control del procesamiento de los PCR según prioridades establecidas (estudios evolutivos de confirmados, sospechosos, controles de foco, contactos del quinto día, vigilancia de viajeros, viajeros que saldrán del país).
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  • Trasladar oportunamente a los enfermos desde y hasta los centros de aislamiento y hospitales en correspondencia con los resultados del PCR y el período de activación de la cama.
  •  
  •  Mantener estricta vigilancia, por parte de los directivos de las unidades asistenciales, a la evaluación que se realiza diariamente a los pacientes que son positivos en cada centro de hospitalización de casos confirmados de COVID-19.
  •  
  • Controlar diariamente el cumplimiento de los protocolos de tratamiento establecidos para casos sospechosos y positivos a la enfermedad.
  •  
  • Reforzar las Unidades de Cuidados Intensivos e intermedios con especialistas médicos y de enfermería.
  •  
  •  Crear las capacidades de aislamiento para contactos de primer orden de casos confirmados y viajeros internacionales.
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  •  Reforzar la pesquisa activa con énfasis en la población vulnerable en los consultorios del médico de la familia con estudiantes de ciencias médicas.
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  •  Inicio precoz de los protocolos de tratamiento a los casos sospechosos.
  • Incrementar la oportunidad para la atención a los controles de foco.
  •  
  • Aplicar estrictamente el protocolo para la cuarentena de las tripulaciones en prestación de servicios en hospitales, unidades asistenciales y centros de sospechosos.
  •  
  • Mantener las acciones de control y fiscalización del cumplimiento de los protocolos de bioseguridad.
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  • Certificar que se cumplan las normas de bioseguridad como requisito para brindar servicios asistenciales de conjunto con el centro de seguridad biológica del CITMA.
  •  
  • Reforzar el estado inmunológico de los profesionales de la Salud, priorizando aquellos expuestos a mayor riesgo de contagio.
  •  
  • Los trabajadores indirectos de los centros de producción continua se incorporarán a la modalidad de trabajo a distancia; los centros que demanden traslado de trabajadores contratarán el servicio de ómnibus.
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  • Las entidades y organismos cuyas actividades de la producción y los servicios no sean imprescindibles en este momento:
  •  

Reducirán significativamente el personal que labora en los centros y disminuirán la frecuencia de asistencia a los mismos.

 

Implementarán el trabajo a distancia o teletrabajo.

 

Prorrogarán la vigencia de permisos, trámites y documentos que ellos establecen.

 

Generarán soluciones informáticas que permitan iniciar trámites y gestiones por vía digital y disminuir al máximo la opción presencial en sus servicios.

 

Pondrán a disposición del Consejo de Defensa Municipal (CDM) trabajadores que puedan vincularse a trabajos en la comunidad, en las áreas de Salud, en la atención a personas vulnerables, Sistema de Atención a la Familia (SAF), control de las colas y otras necesidades de los territorios.

 

Despacharán con las Direcciones Municipales y la Dirección Provincial de Trabajo las cifras de personal imprescindible a mantenerse laborando, las cuales deben ser certificadas por los respectivos directores o jefes de las entidades, siendo objeto de control posterior por los CDM.

 

  • Se prohíbe la presencia de niños en áreas públicas, colas, parques.
  •  
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  • Garantizar que la distribución de productos en la Cadena de tiendas y en el Comercio sea lo más equitativa posible para evitar aglomeraciones.
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  • Reforzar las medidas acompañadas de barreras físicas que garanticen el distanciamiento en las colas.
  •  
  • Se mantienen vigentes el resto de las medidas de la fase autóctona limitada.
  •  
  • El incumplimiento de estas medidas conlleva a la aplicación del Decreto 14/2020, hasta la aprobación del nuevo Decreto.

 

(Tomado de Tribuna de La Habana)