lunes, 8 de junio de 2020

“Trump es el presidente más criminal que jamás haya habitado el planeta Tierra”

<p>Noam Chomsky, durante la entrevista realizada por videoconferencia. </p>
 
Noam Chomsky, durante la entrevista realizada por videoconferencia.


 NOAM CHOMSKY / FILÓSOFO Y LINGÜISTA 


Vijay Prashad: Hola y bienvenidos a News Click. Hoy tenemos la suerte de tener con nosotros al legendario Noam Chomsky. Noam, bienvenido a News Click.


Noam Chomsky: Un placer estar contigo, aunque sea solo de forma virtual.


Hace unos 60 o 70 años, Aimé Césaire escribió una frase que me gustaría leerle: “Una civilización que no puede solucionar los problemas que ha creado, es una civilización en decadencia”. En mi opinión, esta es una frase muy acertada. Noam, ¿cómo describiría la civilización actual, sobre todo en los países occidentales?


Hace 15 años escribí un libro titulado Estados fallidos, que se centraba sobre todo en Estados Unidos, pero que generalizaba sobre otras sociedades occidentales. Lo que han hecho, bueno, antes ya tenían muchos problemas, pero lo que ha hecho occidente en los últimos 40 años es participar en un proyecto, que está muy bien para las personas que lo han diseñado, de hecho, ellas viven en el paraíso, pero que es un desastre para casi todos los demás. Se llama neoliberalismo. 


 En los años 70 prosperó realmente con Reagan y Thatcher. El diseño estaba bastante claro desde el principio, como podemos ver en los resultados actuales, que son muy parecidos a lo que ellos adelantaron. La riqueza se ha concentrado hasta unos niveles extraordinarios, mientras que la población en general se ha quedado estancada, degradada.


 Por ejemplo Estados Unidos, donde actualmente un 0,1%, no un 1%, sino un 0,1% posee un 20% de la riqueza, y aproximadamente la mitad de la población tiene un patrimonio neto negativo, es decir, más pasivos que activos, así que más o menos un 70% vive al día, de nómina a nómina. Si se produce cualquier imprevisto, pues mala suerte. Las prestaciones también han disminuido considerablemente. 


Lógicamente, la concentración de riqueza se traduce directamente en un si cabe mayor poder de control sobre el sistema político. Siempre ha existido, pero ahora se ha agudizado. Eso se puede apreciar en la legislación, que está diseñada para destruir a los sindicatos, para destruir los derechos laborales, para crear un sistema global, que luego ha resultado ser perjudicial para los mismos responsables. 


Es un frágil sistema global que está diseñado para sacar hasta el último céntimo de beneficio posible de la movilidad del capital, aunque claro, sin movilidad laboral. Es un sistema extremadamente proteccionista. Se habla mucho del libre mercado, pero eso son patrañas, es un sistema altamente proteccionista, que está diseñado para garantizar los derechos de los inversores.




Pongamos el ejemplo de los medicamentos, ya que últimamente se habla mucho de eso. Existe una medicina que parece servir para aliviar algunos síntomas. Es propiedad de una farmacéutica, Gilead, una farmacéutica enorme, que desarrolló el medicamento, en parte, como siempre, gracias a las ayudas gubernamentales para el desarrollo de la investigación. Pero ellos quieren quedarse con la patente. 


Según las reglas neoliberales de la Organización Mundial del Comercio, tienen derechos de monopolio durante décadas, así que pueden cobrar, no sé, unos 20.000 dólares por dosis, si quieren. Bueno, pues resulta que existe una ley en Estados Unidos, la Ley Bayh-Dole, puedes comprobarlo si quieres, que obliga, no autoriza, sino que obliga al gobierno a garantizar que si un medicamento se desarrolla con ayudas del gobierno, tiene que estar públicamente disponible a un precio razonable. 


Pero vivimos en un mundo de gobiernos criminales que no se preocupan en absoluto por el mundo. Para nada. Reagan lo dejó bien claro y todos los que han venido después han hecho lo mismo. Así que todos ignoran esta norma y ellos pueden cobrar lo que quieren. Bueno, ahora la presión sobre ellos es tan grande que puede que den marcha atrás, pero así es como está diseñado el sistema. 

Vivimos en un mundo de gobiernos criminales que no se preocupan por el mundo. Reagan lo dejó bien claro y todos los que han venido después han hecho lo mismo

Y ese es el efecto que ha provocado en la gente, que ha marginado a muchas personas, ha creado lo que se denomina el precariado; es decir, una gran cantidad de personas en una situación muy precaria, sin sindicatos, sin ayudas. Tal y como señaló Thatcher, la sociedad no existe. Reagan y Thatcher dieron justo en el blanco. Lo primero que hicieron fue intentar destruir a los sindicatos, que es la única protección que tiene la gente frente al capitalismo depredador. 


Así que destruyámoslos. Bueno, Reagan ni siquiera aplicó, bueno, no ni siquiera, sino no aplicó  a propósito la legislación laboral que obliga a respetar ciertos derechos laborales y no contratar esquiroles, que es ilegal en todo el mundo, para acabar con las huelgas, y las empresas solo tomaron el testigo e hicieron lo mismo. Así que se abandona a la gente a su suerte, se la atomiza. 


Una de las consecuencias es una gran ira, rencor y odio hacia las instituciones. Y este es un terreno fértil para que aparezcan demagogos y digan que la culpa es de otro, como por ejemplo los inmigrantes, los espaldas mojadas, las madres que viven de las ayudas, como sucedió en tiempos de Reagan, algo que es extremadamente racista, y culpar de los problemas a las madres negras ricas que van a cobrar el subsidio en limusinas para robarte lo tuyo. 


Ese tipo de cosas. Trump es un genio en ese sentido, lo hace constantemente. Por eso habla tanto de construir el muro y todo lo demás.


Y esto está sucediendo en muchos otros países, terreno fácil para los demagogos. Ese es el mundo al que nos enfrentamos: un mundo de capitalismo salvaje y extremo que ha tenido 40 años para destrozarlo todo.


 En Europa esto se agudiza por la propia estructura de la Unión Europea, que transfiere todas las decisiones, las decisiones importantes, a una troika no electa, a Bruselas, que tiene a los grandes bancos observándola por encima de los hombros, así que puedes imaginarte cuál será el resultado. Ese es el mundo actual. Y todavía no he hablado de lo peor.

En Europa esto se agudiza por la propia estructura de la Unión, que transfiere todas las decisiones a una troika no electa

Pongamos India, por ejemplo, que en 50 años será un lugar inhabitable, si persiste la situación actual, muy probablemente, no es seguro, pero si el curso de las cosas sigue como hasta ahora, los análisis más creíbles sugieren que India será sencillamente inhabitable, todo el sur de Asia, será inhabitable, por el calentamiento del planeta.


 ¿Y esto a quién beneficia? A los ricos y poderosos: empresas de hidrocarburos, grandes bancos, fábricas contaminantes, etc. ¿Y qué estamos haciendo al respecto? Bueno, la mayoría de países está haciendo algo. El país que más hace es Estados Unidos. 


Está corriendo hacia el precipicio lo más rápido posible. El principal plan de Trump es destruir las probabilidades de que exista una vida humana organizada. Literalmente.


 Este es el presidente humano más criminal que jamás haya habitado el planeta Tierra. De acuerdo, Hitler era un monstruo que quería matar a todos los judíos, a todos los gitanos, a 30 millones de personas. De eso podemos librarnos. Pero Hitler no quería acabar con la vida humana organizada en el planeta Tierra, Trump sí.


 Sabe perfectamente lo que está haciendo, pero le da igual. Y la gente que le apoya, por ejemplo el director general de JP Morgan Chase, que está volcando dinero en los combustibles fósiles, lo sabe perfectamente bien. Pero les da igual. 


De hecho, si lees a los nuevos gurús liberales, que veneran a Milton Friedman… Este lo dice a las claras: la única función de una empresa es maximizar el beneficio de los accionistas y de los administradores. Si destruyen el mundo, no es su problema. Y la civilización se derrumbará si no estás a la altura de ese objetivo.


 Esa es la doctrina neoliberalista, que data de la década de 1920. No es nada nuevo. De hecho, todo esto, la idea de neoliberalismo, se remonta a la década de 1920 en Austria: Ludwig von Mises, el gran gurú Friedrich Hayek. Adoran la autoridad, dicen que no les gusta el Estado, pero mienten descaradamente.


 Adoran al Estado, adoran el poder del Estado. Von Mises, en los años 20, apenas podía controlar su euforia al ver cómo el incipiente régimen fascista austríaco aplastaba el movimiento obrero y acababa con la socialdemocracia, utilizando la violencia para conseguirlo. Era maravilloso porque eliminaba las interferencias para una economía sólida. Por eso alabó el fascismo y la salvación de la civilización. 

Frente a nuestros ojos se está desarrollando una brutal guerra de clases

Cuando Pinochet instauró su dictadura se apresuraron a apoyarla y a participar en ella porque era el experimento perfecto para sus ideales neoliberales. No podía haber objeciones, las cámaras de tortura se encargaban de que así fuera. Entonces el dinero comenzó a llover, de inversores internacionales, del Banco Mundial, de Estados Unidos. 


Aun así fueron lo suficientemente inteligentes para sobreponerse a sus doctrinas y dejar en su sitio la muy eficiente empresa pública de cobre Codelco, que aporta la mayor parte de la recaudación pública. Así que ahí olvidaron sus doctrinas.


 El experimento perfecto. Pero, ¿qué sucedió? A los cinco años ya habían destrozado por completo la economía. El Estado tuvo que intervenir más que con Allende. ¿Cambió algo por eso? No, de hecho, cuando Hayek visitó Chile durante la dictadura de Pinochet, dijo que no se había encontrado con nadie que no dijera que había más libertad con Pinochet que antes, lo que probablemente fuera verdad, si tenemos en cuenta la gente que visitó. 


Eso es el neoliberalismo: le parece perfecto salir de la presente crisis con un sistema muy parecido al que instauraron en beneficio propio, pero más duro, más brutal, más autoritario, con mayor control policial. Es normal, porque eso es perfectamente coherente con los ideales neoliberales de hace un siglo. 


Así que no deberíamos estar sorprendidos. Están trabajando sin descanso mientras a todos los demás les están diciendo que se queden en casa. Ellos trabajan muy duro para asegurarse de que el día de mañana se parezca mucho a eso. Es una brutal guerra de clases que se está desarrollando frente a nuestros ojos. 


Mientras hablamos, las calles de Estados Unidos están ardiendo, la gente ha decido que ya no va a aceptar más esta situación, tras el asesinato de George Floyd. Incluso los liberales parecen estar perdiendo la paciencia. Por ejemplo leí el otro día a George Packer, que escribió un artículo con el título “Estamos viviendo en un Estado fallido”. Es muy sorprendente ver a un liberal escribir sobre el estado fallido. Y es desgarrador ver cómo asesinan a otro ciudadano afroamericano, aunque también ver cómo la gente sale a las calles, quiero decir, ¿debería esta reacción insuflarnos algún tipo de esperanza?


Bueno, en realidad lo que está sucediendo sirve un poco para alimentar la esperanza. En primer lugar el asesinato de George Floyd no es un acontecimiento inusual. Quiero decir, este tipo de eventos solían suceder con cierta frecuencia, pero nadie les prestaba atención.


 Lo que resulta prometedor, y es difícil decir esto en medio de las revueltas, lo prometedor es que hay una reacción, y eso demuestra que se ha producido una especie de mejora en el nivel de civilización del país. De igual modo que antes pasaba desapercibido, al menos mucha gente era consciente y antes no participaba, ahora sí lo hace.


 Sin embargo, déjame ofrecer una crítica al respecto, es decir, lo entiendo, simpatizo, todo eso está muy bien, pero date cuenta de cómo la atención se está concentrando en los otros policías: uno de ellos es un asesino, pero los otros tres se quedaron inmóviles, no hicieron nada. Están apareciendo numerosas denuncias contra los tres que se quedaron inmóviles. 

Hay una reacción al asesinato de Floyd y eso es prometedor. Demuestra que se ha producido una especie de mejora en el nivel de civilización del país

No obstante, de vez en cuando resulta útil mirarse en el espejo. ¿Se te ocurre alguien que se quedara inmóvil, durante, en verdad, casi toda nuestra vida y mucho antes, mientras sucedía este tipo de cosas, que no hiciera nada? Gente como yo, por ejemplo, y todos los demás, ¿qué hemos hecho para mejorar la situación que ha dado pie a esto?


 No cabe duda de que podemos culpar a los policías que se quedaron inmóviles, pero hay un problema de mayor calado, un problema muy arraigado en el lado blanco, incluso las personas que son activistas, participantes, todos permanecimos prácticamente inmóviles ante la situación. 


Las protestas actuales recuerdan en gran medida a otras, las de 1992, tras el asesinato de Roger Rodney King, aunque fuera la policía de Los Ángeles.


 Cuando los policías que lo asesinaron salieron del juicio sin castigo alguno, se produjo una tempestad de protestas.


 La semana de las protestas, creo, murieron 60 personas, se llamó a los militares y la consecuencia, como siempre, fue desviar la atención hacia los manifestantes: necesitamos más ley y orden, más fuerza. Esa es la respuesta típica que se da frente a las manifestaciones, solo que ahora las protestas son más numerosas. 


Y debería señalar que esto da lugar a preguntas que los activistas deberían plantearse, que siempre deberían plantearse. Hay que distinguir entre tácticas que hacen que te sientas bien y tácticas que realmente consiguen algo bueno. Las que hacen que te sientas bien son sencillas, como romper un escaparate y demostrar lo enfadado que estoy, eso hace que me sienta bien, pero ¿hace algo bueno?: no. Es un regalo para el presidente Trump y para la derecha.


 Les encanta. Quizá sea difícil contenerse en tiempos de rencor o crisis, pero si te preguntas a ti mismo, ¿cuál es mi objetivo? La cuestión de qué hacer resulta evidente, siempre, a lo largo del tiempo: son las protestas no violentas, que son difíciles y exigen valor y contención, pero son las que han conseguido cambiar la opinión pública para que apoye la causa que defendemos.


 Las protestas violentas siempre han sido un regalo para los elementos más duros y más brutales de la sociedad. Y hay que tener eso en cuenta si te tomas la causa en serio. Es duro, no es sencillo. Es fácil simpatizar, sobre todo con los negros, que fueron pisoteados durante 400 años, y no se puede criticar ninguna reacción, pero los demás deberían pensar seriamente en esas cosas. 


Ese pensamiento es muy potente porque creo que la cuestión de la estrategia y la cuestión de las tácticas deberían, como es lógico, tomarse muy en serio. Pero quería hacerle una pregunta que creo que no se plantea mucho. En el Instituto Tricontinental estamos dándole vueltas al concepto de coronashock y sugerimos que mientras que los países más capitalistas lo están pasando peor en esta pandemia, resulta bastante extraordinario que los países socialistas parecen estar resistiendo mucho mejor. 


Uno de los primeros libros suyos que leí fue The New Mandarins, que iba sobre Vietnam. Me afectó mucho, Noam, porque sus escritos sobre Vietnam fueron muy importantes para aquellos de nosotros que queríamos acercarnos y aprender más sobre el poder de Estados Unidos. Vietnam y su primer ministro, Nguyễn, han mostrado una actitud completamente diferente hacia la pandemia global y, de hecho, a pesar de compartir una frontera de 1.400 kilómetros con China, Vietnam no ha sufrido ni una sola víctima. 


Mi pregunta es si tiene algo que decir sobre este país, que Estados Unidos bombardeó de forma tan brutal durante una gran parte de su historia del siglo XX, y que no solo no haya sufrido ninguna víctima, sino que además ha donado 440.000 equipos de protección personal a Estados Unidos. ¿Cómo debe entenderse esto, un país que fue maltratado de forma tan brutal y que ahora sea tan generoso en medio de una pandemia global?


Bueno, resulta sorprendente observar las cifras de Vietnam, que no puedo comprobar, pero que los científicos parecen aceptar, y todo parece indicar que el número de fallecidos ha sido bastante bajo o hasta incluso cero.


 De hecho, si se observa cuando empezó la pandemia, Estados Unidos estaba particularmente mal preparado, y hay muchas razones de ello. La principal es que se trata de la sociedad que más dirigida está por empresas. Y cuando la sociedad está gestionada por empresas, esta va a estar orientada hacia el beneficio de los ricos. 


Esto es casi una tautología. Así que los hospitales estaban siendo administrados siguiendo un modelo de negocio, casi como una fábrica de montaje. Sin recursos de reserva, nada extra, porque eso sería un desperdicio de dinero. Ni en circunstancias normales eso funcionaría muy bien, pero cuando se produce una catástrofe o incluso algo medianamente grave, es una tragedia. 

Estados Unidos estaba particularmente mal preparado para una pandemia. Es la sociedad que más dirigida está por empresas

George H. W., el primer Bush, había creado un consejo asesor científico y cuando Obama asumió el cargo, a los pocos días de su mandato, lo activó y les pidió que elaboraran propuestas para tratar una pandemia inminente. Todo el mundo sabía que iba a llegar y por eso les preguntó ¿qué debemos hacer? A las dos semanas le entregaron un plan muy detallado y se aplicó. 


En cuanto Trump inició su mandato, en sus primeros días, lo que hizo fue desmantelarlo todo porque no generaba ganancias. Este es el neoliberalismo extremo, en lugar del neoliberalismo moderado; salvajismo salvaje en lugar de salvajismo moderado. 


Desde su primer día en el cargo, Trump retiró los fondos del Centro para el Control de Enfermedades, cada año; eliminó también los programas de científicos estadounidenses que trabajaban en China con científicos chinos para intentar identificar posibles coronavirus. Un trabajo duro y peligroso, de hecho algunos científicos chinos murieron desempeñándolo, pero todo fue desmantelado. 


Y ese es el extremo: Estados Unidos, sin ninguna preparación. A los pocos días, China, increíblemente rápido, había identificado la secuencia del virus, el genoma, y se la había entregado a todo el mundo. Todo el mundo estaba al corriente. Estados Unidos no hizo nada. Los servicios de inteligencia lo sabían, las autoridades sanitarias lo sabían, y no quisieron hacer nada. 


Eso es lo peor. Europa se encuentra más o menos en el medio, algunos reaccionaron y otros no; total, nunca les prestamos mucha atención a estos asiáticos. Pero en la zona de China casi todos los países reaccionaron. Vietnam lo hizo de manera extraordinaria, pero también Nueva Zelanda y Australia reaccionaron, y lo contuvieron.


 Corea del Sur fue uno de los más destacados en el sentido de que contuvieron un brote muy grave de manera inmediata. Casi todo con test, sin confinamiento. No lo necesitaron porque utilizaron técnicas de control y seguimiento, y también lo mantuvieron prácticamente bajo control.


 Igual que  Taiwán, Hong Kong y Singapur. Singapur tenía hasta hospitales que habían sido preparados y mantenidos vacíos en caso de que se produjera una pandemia. Sin embargo, occidente actuó mucho peor y Estados Unidos fue el peor de todos.


Y creo que eso está directamente relacionado con hasta qué punto un país está dirigido por las empresas, hasta qué punto el gobierno se preocupa por sus habitantes. Estas dos cosas están inversamente relacionadas. Bueno, no siempre, hay dictaduras que no se preocupan por sus habitantes, pero en los países de los que hablamos, estos dos conceptos están inversamente relacionados, en gran medida. Esto resulta en cierto modo evidente. 


De hecho, uno de los casos más sorprendentes, que es algo de lo que no se te permite hablar en Estados Unidos, es Cuba. Existe algo llamado la unión de la Unión Europea. Por ejemplo un país rico, como Alemania, que ha sido capaz de contener el virus, más o menos, porque tiene medios extra, más capacidad de diagnóstico, etc. Ha conseguido una tasa de mortalidad muy baja, porque es un país muy rico. 


Y luego está otro país al sur, no muy alejado, que sufrió una terrible pandemia en el norte: Italia. El norte de Italia. ¿Has visto médicos alemanes en el norte de Italia? Quiero decir, si los había, lo han mantenido en secreto. 


Pero sí ves médicos cubanos, el único país internacionalista del mundo, que una vez más, ha enviado miles de médicos a los lugares que se han visto más afectados, y que trabajan en las situaciones más difíciles, al igual que hicieron tras el devastador terremoto de Haití y de Pakistán. Este es un país, no hace falta que lo diga, que EE.UU. ha pisoteado durante 60 años. Estados Unidos ha intentado aplastarlo con terrorismo, guerras económicas, etc. 


Son tan rigurosos que si una empresa sueca quiere enviar equipos médicos a Cuba, no puede hacerlo porque podrían despertar la ira del señor de la mafia. Así que terminan no enviándolos. Y es Cuba, que para empezar tiene al virus en gran medida controlado, quien envía ayuda a otros países, y la ironía de todo esto supera cualquier descripción imaginable. Y eso es otra cosa que no verás en los titulares de la prensa. 


De hecho cuando se habla de ello, que a veces sucede, se acusa a Cuba de trabajos forzosos por obligar a los médicos a ir, para que el Estado pueda robarlos.


 Bueno, esto, como mucha de la propaganda que existe, se basa en una minúscula verdad, porque parte de la financiación que reciben los doctores la recibe el gobierno, que la destina a los servicios de salud, a la formación y a mejorar los servicios de salud. Cuba es un estado totalitario, con trabajo esclavo, entonces hay que aumentar el castigo. ¿Es esto una forma de fabricar consentimiento? Pues ese es un magnífico ejemplo, en mi opinión.


 Pero ahí tienes a la Unión Europea por un lado y, por otro, a la ayuda internacional del único país internacionalista del mundo, el país que más ataques sufre del señor de la mafia. Y ese es el mundo en el que vivimos. Pero de eso no se habla. 


Bueno, Noam Chomsky, ha sido un verdadero placer tenerle en News Click y sobre todo terminar con usted hablando de forma tan apasionada sobre Cuba. Muchísimas gracias.


Un gusto hablar contigo. Hasta la próxima.




PETRAS: "LA MILITARIZACIÓN DE LAS CIUDADES EN LOS EE.UU. ES UN HECHO HISTÓRICAMENTE INSÓLITO"


A diferencia de lo que sucedió en las rebeliones de los años 60 y 70 antirracistas del siglo pasado, hoy se han sumado también una gran masa de blancos

 

"La extrema derecha de Trump está pidiendo más represión policial, más perros para atacar a los manifestantes. Pero los acontecimientos se están desarrollando en un nuevo contexto, en el que una gran masa de blancos están participando igualmente en las protestas".



Según manifestó el sociólogo y profesor emérito de la Universidad de Nueva York, James Petras,  a la emisora uruguaya Radio Centenario,  los acontecimientos que se están  están sacudiendo estos días  a los Estados Unidos tienen no pocas similitudes con los que se produjeron en la década de los 60 y los 70 del pasado siglo. Sobre todo en lo que se refiere  al ejercicio de laviolencia policial en contra de los afroamericanos y los latinos.


     "Sin embargo, -dice Petras- los acontecimientos se están desarrollando en un nuevo contexto, en el que una gran masa de blancos están participando igualmente en las protestas.
    Otro aspecto interesante es que a diferencia de en el pasado, las fuerzas policiales no disponen  como entonces de capacidad para reprimir y sofocar las protestas. No deja de resultar llamativo que hay más de 40 ciudades estadounidenses bajo el toque de queda. Y es que en 15 de ellas la Guardia Nacional  ha sido movilizada, con la militarización de los núcleos centrales de esas urbes".

    No obstante, Petras  piensa que la protesta no sólo se produce en contra del racismo, y que el asesinato del afroamericano George Floyd ha sido tan sólo  el detonante de otros problemas subyacentes.
 
"En los Estados Unidos tenemos hoy millones  de norteamericanos desocupados, que carecen de un  futuro económico. Hay millones de jóvenes que terminan la Secundaria y la Universidad, y son incapaces  de encontrar un trabajo. Es en estos factores económicos y sociales, junto con el problema de racismo,  es donde hay que encontrar el revulsivo de las actuales manifestaciones,  que existían en las anteriores.


     El sociólogo norteamericano cree que los Estados Unidos está aproximando a lo que él denomina "un verano caliente".
 
 "Creo que éste se producirá en el próximo período de los meses de junio, julio y agosto, posiblemente con graves consecuencias para todo el país"

    Para James Petras el carácter provocador de la propia personalidad del presidente Trump, tampoco  es ajeno a todo lo que ocurre.
 
     "Tenemos un presidente extremadamente reaccionario, que ha expresado que los perros rabiosos que lleva la policía, deberían de utilizarse para atacar y disolver a los manifestantes. No debe resultar pues extraño, que al presidente Trump tuvieran que sconderlo en los sótanos de la Casa Blanca  para  protegerlo  de la vida de los manifestaciones, que trataban de entrar allí para sacudirle. Para ello se vieron obligados a reclamar la presencia de las fuerzas especiales de seguridad, para esconderlo y protegerlo…"

    "Además  tenemos una economía en quiebra, a la que hay que añadirle una enfermedad y unos contagios pandémicos que no han hecho  otra cosa que multiplicarse. Y a ello se agrega una policía fuera del control de las autoridades civiles. Y es que en los Estados Unidos, la policía tiene un poder autónomo de las autoridades civiles.

     El académico norteamericano cree que la dimensión de los acontecimientos va a impedir que ese poder omnímodo que posee la policía de los Estados Unidos, continue.
 

  "Pienso que próximamente en ese país se pasará  ahora a una fase  de "autoculpa" por parte de los policías y de los oficiales del gobierno. Se van a condenar las situaciones  como las que se han venido produciendo hasta ahora, y creará una "comisión de investigación". En mi opinión, se establecerán más controles y supervisión sobre la policía".

    James Petras opina que en los Estados Unidos está produciendo hechos insólitos que no se habían registrado antes, con más de 100 ciudades que se ha levantado en contra los abusos. Y ello va a exigir que en este contexto, los gobernantes tomen algún tipo de acción.

        En cuanto a lo que sucederá a partir de ahora, James Petras parece tenerlo muy claro.

     "La extrema derecha de Trump  está pidiendo  más represión policial, más perros para atacar a los manifestantes.  Creo que ahora se va abrir  una fase en la que  cierre reproducirán extensos debatesEl poder reclutará algunos afroamericanos para poder obtener algunos de sus objetivos. Reclutarán a más policías, e intentarán afinar algunas leyes. Pero como sucediera en el pasado, todo terminará diluyéndose poco a poco. Los de más edad ya conocemos esas secuencias, porque se repitirán nuevamente.  Si le echamos un vistazo a la historia, esta nos enseña que nada cambiará,  porque la estructura de poder está orientada hacia la represión de afroamericanos, latinoamericanos y otros".

Para finalizar, Petras recordó datos cruciales que determinan situaciones como la presente:  

     "Cerca del 50% de los afroamericanos  permanece sin trabajo, en la franja demográfica de  menos de 35 años. Hoy por hoy, creo que lo primero que hay que  enfrentar es el problema del coronavirus, una patología, por otra parte, que sobre todo la sufren los afroamericanos y latinos. Luego hay que abordar necesariamente el problema de desocupación que es altísimo entre los mismos grupos. Ni que decir tiene que los problemas estructurales de vivienda, salud, educación y empleo crean situaciones de extraordinarias exigencias.








"EN LOS AÑOS 80 LA GUARDIA CIVIL DISTRIBUÍA HEROÍNA EN EUSKADI PARA DESACTIVAR A LA JUVENTUD REBELDE"

 

Justo Arriola, autor de "A los pies del caballo":

 

ENTREVISTA

 

"La Guardia Civil distribuyó heroína directamente en pueblos como Arrasate, Durango, Eibar, Elgoibar, Deba, Donostia o Iruñea, pero también tenía chivatos con licencia para traficar a cambio de información. Incluso algunos traficantes pagaban dinero para seguir traficando con droga", cuenta entre otras cosas Justo Arriola en su libro "A los pies del caballo"


     - Hijo de una localidad, Elgoibar, que ha perdido a “más de 80” vecinos “por el sida, las sobredosis o enfermedades relacionadas con largos años de adicciones”, Justo Arriola ha recogido en su primer libro “la historia de la heroína, el narcotráfico y la contrainsurgencia en Euskal Herria”.




¿Qué le llevó a escribir este libro?


      -Estaba participando en un foro de Internet sobre un artículo en el que el historiador castellonense Juan Carlos Usó negaba que la heroína hubiera sido usada por el poder para desactivar movimientos políticos o revolucionarios, cuando intenté hacer ver que en Euskal Herria sí se había utilizado políticamente. Contacté con Usó y él mismo me planteó escribir algo. Al principio no me lo tomé en serio pero al final me animé.



¿De qué fuentes ha bebido?


      -He recurrido a la bibliografía existente, a Internet, a la hemeroteca de El País y a diversos archivos. Además, he entrevistado a algunos supervivientes de los años 80 de Elgoibar.




- ¿Qué recoge en el libro?


    -Hago una especie de viaje desde lo grande y lejano hasta lo pequeño y más cercano.



Explíquese...


      -Por un lado, recojo los precedentes históricos que evidencian el uso de las drogas con un fin de control social. Ahí plasmo cómo a finales del siglo XVIII el Virrey de España, que vivía en México, utilizó el alcohol contra los pueblos indígenas;las denuncias del movimiento negro de EE.UU. acusando al FBI y la CIA de permitir a la mafia inundar sus barrios de droga para desactivarles;el uso de la heroína que hizo EE.UU. para financiar sus campañas militares en Vietnam y Afganistán... Después analizo el uso de las drogas en el Estado, en las cárceles y en Euskal Herria, para acabar con un capítulo sobre Elgoibar.



¿Parte de alguna hipótesis?


-Sí, intento demostrar que la heroína fue un instrumento de la estrategia contrainsurgente del Estado español en el País Vasco.



¿En qué se basa?


   -Hay varias razones. Por una parte está la permisividad total que hubo para traficar con heroína en Euskal Herria. En los años 70 las fuerzas de seguridad no incautaron ni un solo gramo, en 1980 solo pillaron 368 gramos y en toda la década de los 80 apenas se incautaron de unos 60 kilos de heroína, que teniendo en cuenta la cantidad de heroinómanos que había podía ser el consumo de un par de semanas. Por otra parte está la participación de los aparatos del Estado en la extensión de la heroína.



- ¿Cómo?

        -La Guardia Civil distribuyó heroína directamente en pueblos como Arrasate, Durango, Eibar, Elgoibar, Deba, Donostia o Iruñea, pero también tenía chivatos con licencia para traficar a cambio de información. Incluso algunos traficantes pagaban dinero para seguir traficando con droga.



- Y eso ¿cómo lo demuestra?


    -Con testimonios de testigos directos que les vieron actuar, como el de un chico andaluz que vivió en Deba entre 1979 y 1981. Una noche estaba en la plaza del pueblo cuando se le acercaron tres hombres y le ofrecieron heroína gratis. A las dos o tres semanas vio al que le había dado la droga patrullando con otros guardias civiles. También está la investigación que hizo la Policía local de Arrasate en 1981 y 1982, con José Antonio Ardanza de alcalde.



Cuente...


-En Arrasate habían constatado movimientos de coches sospechosos de llevar droga al pueblo y el alcalde pidió investigar lo que pasaba. Así, los policías locales, vestidos de paisano, realizaron seguimientos de esos coches semanalmente y acabaron a las puertas de los cuarteles de Intxaurrondo y de La Salve. Además, los propios agentes constataron que la Guardia Civil distribuyó heroína en localidades como Elgoibar o Durango.




- ¿Ha podido comprobar la veracidad de esas graves acusaciones?


-Sí, aunque se mostró reacio a hablar porque tanto Ardanza como el antiguo jefe de la Policía Nacional en Euskadi, Enrique Pamíes, le pidieron que estuviera callado para no meterse en problemas, el que fue responsable de la Policía Municipal de Arrasate me confirmó aquella investigación.




- ¿No denunciaron los hechos?


-Sí, presentaron una denuncia en Bergara, pero no se llegó a investigar. De hecho, ninguna de las tramas de distribución de heroína en la que tomaron parte las fuerzas de seguridad del Estado se ha investigado judicialmente con seriedad. Ahí está el informe Navajas, donde se denunciaba que traficantes pagaban importantes sumas de dinero a las fuerzas de seguridad para permitirles operar libremente.




- ¿Para qué iba la Guardia Civil a actuar de esa manera ilegal?


-Para desactivar o adormecer a la juventud rebelde de Euskadi. Si estaba pendiente de las drogas se suavizaba su compromiso político.









domingo, 7 de junio de 2020

Cientos de personas se han concentrado en Bilbao en memoria de George Floyd

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BILBAO HOY


  
Cientos de personas se han concentrado en Bilbao en memoria de George Floyd, el hombre muerto a manos de la policía en EE.UU.


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Martin Luther King Los grandes discursos de la historia



"I Have a Dream", de Martin Luther King

 

Los grandes discursos de la historia


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 El 28 de agosto de 1963, doscientas cincuenta mil personas se manifiestan en las calles de Washington. 


Frente al monumento a Abraham Lincoln, el pastor Martin Luther King se dirige al pueblo americano. 


Su discurso condensa un combate pacífico por los derechos de la comunidad negra de Estados Unidos. 



 




El gesto de hincar la rodilla como signo de protesta se universaliza

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Colin Kaepernick, en el centro, hinca la rodilla en señal de protesta junto a sus compañeros Eli Harold, a su izquierda, y Eric Reid, a la derecha mientras detrás suyo levanta el puño símbolo del 'Black Power' en 2016.

Colin Kaepernick, en el centro, hinca la rodilla en señal de protesta junto a sus compañeros Eli Harold, a su izquierda, y Eric Reid, a la derecha mientras detrás suyo levanta el puño símbolo del 'Black Power' en 2016. (JOHN G MABANGLO / EFE)
Un policia de Austin (Texas) hinca la rodilla derecha en el suelo junto a otros manifestantes durante una protesta con jugadores del equipo de fútbol americano de la Universidad de Texas.
Un policia de Austin (Texas) hinca la rodilla derecha en el suelo junto a otros manifestantes durante una protesta con jugadores del equipo de fútbol americano de la Universidad de Texas. (Eric Gay / AP)
Los jugadores del Chelsea forman una 'h' en apoyo a George Floyd.
Los jugadores del Chelsea forman una 'h' en apoyo a George Floyd. (Chelsea)
Un grupo de jóvenes protesta con la rodilla hincada en Trafalgar Square, en Londres
Un grupo de jóvenes protesta con la rodilla hincada en Trafalgar Square, en Londres (Justin Setterfield / Getty)
Un policia de la ciudad canadiense de Saskatoon se une a la protesta de los manifestantes hincando la rodilla derecha en el suelo
Un policia de la ciudad canadiense de Saskatoon se une a la protesta de los manifestantes hincando la rodilla derecha en el suelo (Liam Richards / AP)
Un grupo de médicos y estudiantes de medicina muestran en Decatur (Georgia) su protesta contra lo sucedido en Mineapolis
Un grupo de médicos y estudiantes de medicina muestran en Decatur (Georgia) su protesta contra lo sucedido en Mineapolis (Hyosub Shin / AP)
Un grupo de jovenes protesta en la localidad inglesa de Aylesbury mostrando carteles del lema de las protestas 'Black Lives Matter'
Un grupo de jovenes protesta en la localidad inglesa de Aylesbury mostrando carteles del lema de las protestas 'Black Lives Matter' (Catherine Ivill / Getty)
Un grupo de manifestantes protesta con la rodilla hincada frente a una Torre Trump en Estambul
Un grupo de manifestantes protesta con la rodilla hincada frente a una Torre Trump en Estambul (MURAD SEZER / Reuters)
Un grupo de personas protesta con la rodilla hincada en el suelo ante la embajada de los Estados Unidos en París mostrando diferentes carteles
Un grupo de personas protesta con la rodilla hincada en el suelo ante la embajada de los Estados Unidos en París mostrando diferentes carteles (BERTRAND GUAY / AFP)
La plantilla del Liverpool, arrodillada en memoria de George Floyd
La plantilla del Liverpool, arrodillada en memoria de George Floyd (James Milner)
Dos jovenes de color encabezan una protesta con la rodilla hincada frente a la embajada de los Estados Unidos en Vilnius (Lituania)
Dos jovenes de color encabezan una protesta con la rodilla hincada frente a la embajada de los Estados Unidos en Vilnius (Lituania) (Mindaugas Kulbis / AP)
Una mujer y dos niñas hincan su rodilla en un parque de Bristol, en Inglaterra, para dar su apoyo al 'Black lives matter'
Una mujer y dos niñas hincan su rodilla en un parque de Bristol, en Inglaterra, para dar su apoyo al 'Black lives matter' (dpa / EP)
Un grupo de manifestantes hincan sus rodillas  en el centro de Seúl (Corea del Sur) durante una protesta contra la muerte de George Floyd
Un grupo de manifestantes hincan sus rodillas en el centro de Seúl (Corea del Sur) durante una protesta contra la muerte de George Floyd (JEON HEON-KYUN / EFE)
El senador demócrata por Virginia Tim Kaine y el representante de este mismo partido por New Mexico Martin Heinrich, hincan la rodilla durante un momento de silencio en la Sala de la Emancipación de Washington DC.
El senador demócrata por Virginia Tim Kaine y el representante de este mismo partido por New Mexico Martin Heinrich, hincan la rodilla durante un momento de silencio en la Sala de la Emancipación de Washington DC. (Al Drago / Bloomberg L.P. Limited Partnership)
Manifestantes frentes a la embajada de los Estados Unidos en Varsovia, capital de Polonia
Manifestantes frentes a la embajada de los Estados Unidos en Varsovia, capital de Polonia (JANEK SKARZYNSKI / AFP)
Un manifestante hinca ambas rodillas portando una bandera sudafricana frente a la embajada estadounidense de Pretoria
Un manifestante hinca ambas rodillas portando una bandera sudafricana frente a la embajada estadounidense de Pretoria (LUCA SOLA / AFP)
Un grupo de manifestantes protestan contra el racismo y la brutalidad policial en Atenas
Un grupo de manifestantes protestan contra el racismo y la brutalidad policial en Atenas (LOUISA GOULIAMAKI / AFP)
Un hombre arrodillado muestra una pancarta solidaria frente a la embajada de los Estados Unidos en Ciudad de México
Un hombre arrodillado muestra una pancarta solidaria frente a la embajada de los Estados Unidos en Ciudad de México (Rebecca Blackwell / AP)
El comandante del Departamento de Policía de Los Ángeles Cory Palka se arrodilla con manifestantes que protestan contra la violencia racial, el martes 2 de junio de 2020, en Los Ángeles.
El comandante del Departamento de Policía de Los Ángeles Cory Palka se arrodilla con manifestantes que protestan contra la violencia racial, el martes 2 de junio de 2020, en Los Ángeles. (ETIENNE LAURENT / EFE)
El futbolista del Borussia Moenchengladbach's Marcus Thuram hinca la rodilla izquierda en el suelo en señal de protesta tras marcar un gol en la Bundesliga la seman pasada
El futbolista del Borussia Moenchengladbach's Marcus Thuram hinca la rodilla izquierda en el suelo en señal de protesta tras marcar un gol en la Bundesliga la seman pasada (POOL / EFE)
El primer ministro canadiense Justin Trudeau (2nd L) hinca la rodilla en el suelo durante una protesta en el Ottawa
El primer ministro canadiense Justin Trudeau (2nd L) hinca la rodilla en el suelo durante una protesta en el Ottawa (DAVE CHAN / AFP)
Varias mujeres hincan su rodilla en memoria de George Floyd durante una protesta contra la violencia de género en Buenos Aires (Argentina)
Varias mujeres hincan su rodilla en memoria de George Floyd durante una protesta contra la violencia de género en Buenos Aires (Argentina) (Victor R. Caivano / AP)
Un grupo de manifestantes australianos hacen el gesto de hincar la rodilla en apoyo a George Floyd en Brisbane
Un grupo de manifestantes australianos hacen el gesto de hincar la rodilla en apoyo a George Floyd en Brisbane (Jono Searle / Getty)
Brasileños de Sao Gonçalo hincan su rodilla y levanten el puño durante una protesta en esta ciudad
Brasileños de Sao Gonçalo hincan su rodilla y levanten el puño durante una protesta en esta ciudad (Silvia Izquierdo / AP)
Manifestantesneerlandeses hincan la rodilla en Utrecht
Manifestantesneerlandeses hincan la rodilla en Utrecht (JEROEN JUMELET / EFE)
 
 

El jugador de fútbol americano Colin Kaepernick popularizó el gesto al hacerlo durante la interpretación del himno estadounidense en un partido

 
Durante la pretemporada 2016 de la liga de fútbol americano (NFL) un gesto del quaterback de los San Francisco 49ers Colin Kaepernick dividió a los Estados Unidos.


El jugador hincó la rodilla derecha en el suelo durante la interpretación del himno estadounidense que se interpreta como preámbulo en cualquier partido de los deportes profesionales de ese país. En posteriores partidos lo hizo acompañado de otros compañeros.


El jugador afroamericano protestó de esa manera inédita contra la opresión de la que eran objeto “la gente negra y la gente de color” en Estados Unidos. “No voy a levantarme y a mostrar mi orgullo por la bandera que oprime a la gente negra y a la gente de color”, dijo Kaepernick, cuya protesta le acabó costando su carrera a los 29 años.



El gesto se ha universalizado estos días a raíz del asesinato en Mineapolis de un ciudadano negro, George Floyd, a manos del policía Derek Chauvin, que también hincó su rodilla en el cuello de la víctima hasta asfixiarlo.
 
 
 No solo lo han hecho deportistas en Europa como los del Liverpool o el Chelsea sino también políticos como Justin Trudeau y policías estadounidense como forma de protestar pero también de pedir perdón por la actuación del policía de Mineapolis.
 
 
 
https://www.lavanguardia.com/internacional/20200606/481629166159/hincar-la-rodilla-george-floyd-protestas.html 
 
 
 
 
 
 
 

sábado, 6 de junio de 2020

Contrainforme del 8M: atizando al feminismo para ocultar el horror en las residencias



Contrainforme del 8M: atizando al feminismo para ocultar el horror en las residencias


Reconozco que no me he atrevido. 




Tenía previsto escribir desde el puro sarcasmo después de soportar un día tras otro esa broma macabra con la que los cerebros del despiste y la provocación política, primos hermanos de los sospechosos habituales que vienen manejando las cloacas del Estado desde hace décadas, han conseguido una vez más ocupar el debate público, marcar la agenda política y judicial, la apertura de los telediarios y los titulares de la mayoría de los medios.


 Pero me resulta imposible tomarme a chufla ese ofensivo disparate que relaciona incluso penalmente las manifestaciones del 8 de marzo con la expansión del covid en España.


Había pensado hacer una especie de confesión definitiva, un anexo a incorporar a esos delirantes informes realizados por agentes de la Guardia Civil, relatando las conclusiones “lógicas” que pueden extraerse de la acusación sobre la que se basa esa ¿investigación? que dirige la jueza Rodríguez-Medel: el Gobierno, perfectamente consciente de que en Madrid había estallado el contagio descontrolado del coronavirus, decidió a través de su delegado en la comunidad autorizar la manifestación del 8M. 


Por resumir: si alguien en sus cabales da la más mínima verosimilitud a esa especie, debería entonces continuar el razonamiento hasta el final. Está claro que Pedro Sánchez quería acabar con su matrimonio, al permitir que su pareja, Begoña Gómez, participara en la manifestación.


 Y es obvio que planeaba liquidar además a la mitad de su gobierno, empezando por sus vicepresidentas Carmen Calvo o Nadia Calviño, y siguiendo por la ministra de Educación o el nunca suficientemente apaleado Fernando Grande-Marlaska, salvo que todos ellos manejaran también la información exacta sobre la posibilidad de contagiarse, y en ese caso habría que pensar que habrían decidido formar una especie de secta suicida dispuesta a autodestruirse en la conmemoración del 8 de marzo.


 En una demostración máxima de entendimiento en la coalición, también ministras de Unidas Podemos, empezando por Irene Montero, se mostraron decididas a jugarse la vida unos metros más allá de la pancarta de las socialistas. 


(Una decisión corroborada “documentalmente” por el vídeo de un off the record posterior de la ministra de Igualdad en el que reconoce, ¡oh, cielos!, que seguramente este año no fue tanta gente a las manifestaciones a causa de la preocupación por el virus). 


Por algo el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, el doctor Raboso, sostiene que las marchas feministas “convirtieron a España en una bomba epidemiológica” que provocó “una hecatombe” (ver aquí). 


A la que contribuyeron también, por cierto, dirigentes del PP como Cuca Gamarra o María del Mar Blanco (ver aquí).


 No fue el caso de Ana Pastor, médica de formación, expresidenta del Congreso y actual diputada, que teniendo síntomas gripales compatibles con los del virus (como se confirmó a los pocos días) no acudió a la marcha ni avisó a sus contactos, a quienes por las mismas fechas abrazaba y besaba con el mismo afecto que Ortega Smith a sus compañeros de Vox en Vistalegre (lean a Esther Palomera en eldiario.es).


¿Y qué me dice, señoría, del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, tan sereno y afectuoso en apariencia, tan creíble aunque sólo fuera porque no le nombró este gobierno social-comunista sino el mismísimo Mariano Rajoy (ver aquí)?


 Pues ahí donde lo ve y sabiendo desde muchos días antes que Madrid era una “fiesta del virus” dejó acudir a la manifestación del 8M ¡a su propio hijo!, en un acto por el que convendría abrir una pieza separada de esta causa por presunto filicidio


Habría concluido esa disparatada narración con una confesión íntima a la que ya me referí en estas páginas (ver aquí): yo mismo acudí a la manifestación del 8M.


 Después de casi cuatro décadas ejerciendo el periodismo, buena parte de ellas en el territorio de la política, no he sido capaz de disponer de fuentes, aunque sólo fuera una, que me advirtiera del infierno en el que me metía junto a un numeroso grupo de amigas y amigos, en el que había escritoras, actrices, una célebre guionista, un alto cargo de la cultura, una editora reconocida, una cantante de éxito, una pianista de prestigio… ¡hasta una experimentada enfermera de León caminaba a mi lado, por dios! 


No nos lo perdonaremos nunca, y eso que nos pasaba lo mismo que confesó Irene Montero en la confianza de ese off the record pisoteado indecentemente por ABC: estábamos muy preocupados por el coronavirus, hasta el punto de procurar no tocarnos ni abrazarnos ni besarnos…


Pero no. Aunque hay corresponsales que observan alucinados el hecho de que este país gire en torno a una memez como la que esa instrucción judicial plantea siguiendo a su vez el hilo de la cometa soltado desde el PP, Vox y sus altavoces mediáticos, la cosa no tiene la menor gracia. Por un doble motivo: el primero, porque es evidente que se aprovecha nada menos que una pandemia con miles de muertos para seguir atacando, ensuciando y demonizando al feminismo


Porque si no fuera así, estarían poniendo querellas o citando a declarar a responsables de los transportes públicos, los clubes de fútbol, las salas de conciertos, el estadio de Vistalegre… que ese mismo 8 de marzo congregaban en conjunto a millones de personas. 


Sólo les interesa interpelar (y manipular) a organizadores de manifestaciones feministas. No entienden ni aceptan ni respetan la lucha por la igualdad. Y si pueden mancharla incluso utilizando un coronavirus que ataca a la humanidad entera, ¡sin complejos!. 


El segundo motivo es aún más vergonzoso e indignante. Mientras llenamos debates parlamentarios, telediarios, tertulias y portadas de periódicos con una causa penal extraterrestre sobre el 8M –que antes o después acabará en la papelera y que no tiene similitud en ninguna parte del mundo–, han logrado durante semanas dejar en la oscuridad el mayor horror humano de esta pandemia: lo ocurrido en las residencias de mayores.


 Y muy especialmente la gestión protagonizada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid, donde se concentra el mayor número de muertes. Primero intentaron desviar toda la responsabilidad al Ejecutivo central por la declaración del estado de alarma, pese a que todo el mundo sabe que las competencias sobre geriátricos y hospitales siguen siendo de cada comunidad autónoma. 


Para bien o para mal. Es un insulto a la inteligencia utilizar la autoridad para fotografiarse junto a aviones cargados de mascarillas o para presumir de lo logrado en el IFEMA y lavarse las manos cuando se trata de explicar por qué no se medicalizaron las residencias en las que morían por miles ancianos y ancianas sin atención sanitaria.
 

Esta semana, en infoLibre, hemos publicado los documentos que demuestran que Isabel Díaz Ayuso y su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz, mienten cuando describen como “borrador” un Protocolo enviado a residencias y hospitales con “criterios de exclusión” que ordenaban no trasladar a mayores con determinadas patologías o grado de dependencia (ver aquí).


 Y el propio consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero (de Ciudadanos), ha confirmado que advirtió a sus superiores de que ese abandono de los residentes a su suerte no sólo era "indigno" sino que suponía una “discriminación de graves consecuencias legales” (ver aquí). 


La lectura de las distintas versiones del Protocolo deja en evidencia el serial de falsedades y manipulaciones que Ayuso, con el asesoramiento siempre osado y contundente del aznarismo, ha ido administrando en sede parlamentaria y ante los medios.


 Pretende además confundir a la ciudadanía mezclando lo que es una práctica deontológica reglada que corresponde al personal médico (el llamado triaje que obliga a decidir por criterios sanitarios a quién se intenta salvar la vida y a quién no) con lo que ha sido una directriz política desde el gobierno autonómico que tuvo una consecuencia tan trágica como incontestable: el 80% de los fallecidos en marzo en residencias madrileñas no fueron derivados a hospitales en aplicación de esos “criterios de exclusión” (ver aquí).


No aprendemos. Ni siquiera en mitad de una pandemia que ha puesto patas arriba el mundo que conocíamos. Siguen tomándonos por imbéciles y seguimos acumulando méritos para que se sientan cómodos en ese ecosistema que abona la rueda permanente de la provocación-respuesta-crispación-equidistancia.


 Intentan convertir el 8M de 2020 en un revisitado 11-M de 2004. Si durante años alimentaron teorías conspiranóicas sobre unos atentados que desde el primer minuto sabíamos que eran obra del terrorismo yihadista, harán lo posible ahora para convertir una marcha feminista en una especie de aquelarre genocida


Y para ello tanto les vale distorsionar los datos conocidos de la epidemia aquel domingo como la influencia interna de un alto mando de la Guardia Civil llamado Diego Pérez de los Cobos.


Para extraer las muchas lecciones que deberíamos sacar de esta crisis inédita y compleja, deberíamos empezar por no caer en todas las trampas que nos tienden quienes acostumbran a imponer los marcos de debate público


 No toquen con sus sucias manos al feminismo, que al parecer les quita el sueño incluso más que miles de muertes que quizás no pudieran evitarse, pero al menos deberían servir para que afrontemos todos los cambios de modelo socio-sanitario que sean precisos para no pasar otra vez por el mismo drama.