Justo Arriola, autor de "A los pies del caballo":
ENTREVISTA
"La Guardia Civil distribuyó heroína directamente en pueblos como Arrasate, Durango, Eibar, Elgoibar, Deba, Donostia o Iruñea, pero también tenía chivatos con licencia para traficar a cambio de información. Incluso algunos traficantes pagaban dinero para seguir traficando con droga", cuenta entre otras cosas Justo Arriola en su libro "A los pies del caballo"
- Hijo de una localidad, Elgoibar, que ha perdido a “más de 80” vecinos “por el sida, las sobredosis o enfermedades relacionadas con largos años de adicciones”, Justo Arriola ha recogido en su primer libro “la historia de la heroína, el narcotráfico y la contrainsurgencia en Euskal Herria”.
¿Qué le llevó a escribir este libro?
-Estaba participando en un foro de Internet sobre un artículo en el que el historiador castellonense Juan Carlos Usó negaba
que la heroína hubiera sido usada por el poder para desactivar
movimientos políticos o revolucionarios, cuando intenté hacer ver que en
Euskal Herria sí se había utilizado políticamente. Contacté con Usó y él mismo me planteó escribir algo. Al principio no me lo tomé en serio pero al final me animé.
¿De qué fuentes ha bebido?
-He recurrido a la bibliografía existente, a Internet, a la hemeroteca de El País y a diversos archivos. Además, he entrevistado a algunos supervivientes de los años 80 de Elgoibar.
- ¿Qué recoge en el libro?
-Hago una especie de viaje desde lo grande y lejano hasta lo pequeño y más cercano.
Explíquese...
-Por un lado, recojo los precedentes históricos que evidencian el uso
de las drogas con un fin de control social. Ahí plasmo cómo a finales
del siglo XVIII el Virrey de España, que vivía en México, utilizó el alcohol contra los pueblos indígenas;las denuncias del movimiento negro de EE.UU. acusando al FBI y la CIA
de permitir a la mafia inundar sus barrios de droga para
desactivarles;el uso de la heroína que hizo EE.UU. para financiar sus
campañas militares en Vietnam y Afganistán... Después analizo el uso de
las drogas en el Estado, en las cárceles y en Euskal Herria, para acabar con un capítulo sobre Elgoibar.
¿Parte de alguna hipótesis?
-Sí, intento demostrar que la heroína fue un instrumento de la estrategia contrainsurgente del Estado español en el País Vasco.
¿En qué se basa?
-Hay varias razones. Por una parte está la permisividad total que hubo para traficar con heroína en Euskal Herria.
En los años 70 las fuerzas de seguridad no incautaron ni un solo gramo,
en 1980 solo pillaron 368 gramos y en toda la década de los 80 apenas
se incautaron de unos 60 kilos de heroína, que teniendo en cuenta la
cantidad de heroinómanos que había podía ser el consumo de un par de
semanas. Por otra parte está la participación de los aparatos del Estado
en la extensión de la heroína.
- ¿Cómo?
-La Guardia Civil distribuyó heroína directamente en pueblos como
Arrasate, Durango, Eibar, Elgoibar, Deba, Donostia o Iruñea, pero
también tenía chivatos con licencia para traficar a cambio de
información. Incluso algunos traficantes pagaban dinero para seguir
traficando con droga.
- Y eso ¿cómo lo demuestra?
-Con testimonios de testigos directos que les vieron actuar, como el de
un chico andaluz que vivió en Deba entre 1979 y 1981. Una noche estaba
en la plaza del pueblo cuando se le acercaron tres hombres y le
ofrecieron heroína gratis. A las dos o tres semanas vio al que le había
dado la droga patrullando con otros guardias civiles. También está la
investigación que hizo la Policía local de Arrasate en 1981 y 1982, con
José Antonio Ardanza de alcalde.
Cuente...
-En
Arrasate habían constatado movimientos de coches sospechosos de llevar
droga al pueblo y el alcalde pidió investigar lo que pasaba. Así, los
policías locales, vestidos de paisano, realizaron seguimientos de esos
coches semanalmente y acabaron a las puertas de los cuarteles de
Intxaurrondo y de La Salve. Además, los propios agentes constataron que
la Guardia Civil distribuyó heroína en localidades como Elgoibar o
Durango.
- ¿Ha podido comprobar la veracidad de esas graves acusaciones?
-Sí,
aunque se mostró reacio a hablar porque tanto Ardanza como el antiguo
jefe de la Policía Nacional en Euskadi, Enrique Pamíes, le pidieron que
estuviera callado para no meterse en problemas, el que fue responsable
de la Policía Municipal de Arrasate me confirmó aquella investigación.
- ¿No denunciaron los hechos?
-Sí,
presentaron una denuncia en Bergara, pero no se llegó a investigar. De
hecho, ninguna de las tramas de distribución de heroína en la que
tomaron parte las fuerzas de seguridad del Estado se ha investigado
judicialmente con seriedad. Ahí está el informe Navajas, donde se
denunciaba que traficantes pagaban importantes sumas de dinero a las
fuerzas de seguridad para permitirles operar libremente.
- ¿Para qué iba la Guardia Civil a actuar de esa manera ilegal?
-Para
desactivar o adormecer a la juventud rebelde de Euskadi. Si estaba
pendiente de las drogas se suavizaba su compromiso político.
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