jueves, 23 de abril de 2020

Más de mil 400 casos adicionales de coronavirus en Los Ángeles, en medio de gran retraso en resultados de pruebas

Personas en una cola para obtener alimentos frescos en Los Ángeles, California, en abril de 2020. 



Funcionarios del condado de Los Ángeles anunciaron el lunes más de 1 400 casos adicionales de coronavirus, una gran cantidad debido al retraso de un laboratorio que sumó casi 1 200 resultados positivos de pruebas que se realizaron entre el 7 y el 14 de abril.


“Este es un retraso enorme en el informe de datos”, manifestó Bárbara Ferrer, directora del Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles, al anunciar los casos adicionales, que elevaron el total del Condado por encima de 13 800.


Las autoridades también informaron de 17 muertes adicionales relacionadas con el coronavirus después de que el Condado registrara más de 100 decesos durante el fin de semana.


El sábado, Ferrer anunció 81 nuevas muertes por COVID-19, el número más alto reportado en un solo día en el condado de Los Ángeles desde que comenzó la pandemia. Era la cuarta vez en cinco días que el recuento de víctimas mortales había alcanzado un récord.

“En esta última semana, hemos duplicado el número de decesos que ocurrieron entre los residentes del condado de Los Ángeles”, señaló Ferrer.

Aunque los números parecen sombríos, Ferrer dijo que había señales de que las prácticas de distanciamiento social estaban teniendo un efecto positivo, pero el Condado no ha señalado que esté listo para levantar su orden de quedarse en casa.


“Mientras planificamos con anticipación la recuperación, pedimos que todos se mantengan firmes en el cumplimiento de las directivas establecidas en nuestra orden de ‘más seguro en casa‘: quédese dentro tanto como sea posible, practique el distanciamiento físico en todo momento, use cubiertas para la cara cuando esté en público y mantenga las manos limpias”, indicó Ferrer.

“Sabemos que estos son tiempos extraordinariamente difíciles y apreciamos los esfuerzos realizados por todos para devolver el bienestar a nuestra comunidad. Juntos estamos salvando vidas, y juntos superaremos esto”.

La cifra de casos confirmados continuó aumentando en toda California. El condado de Riverside vio que su número de casos incrementó a 2 847 y su lista de decesos a 85. En el condado de Santa Clara, las autoridades dijeron el lunes que la cantidad de casos confirmados había aumentado por encima de 1 900, y el de muertos a 83.


Aproximadamente 80 500 de los 10 millones de residentes del condado de Los Ángeles han sido examinados para detectar el coronavirus, o menos del 1% de los evaluados, el 13% fueron positivos. 


Más de 3 400 personas, o el 25% de todos los casos positivos, han sido hospitalizados en algún momento durante su enfermedad. Más de 600 individuos han muerto por COVID-19.


El condado de L.A. no tiene un registro de personas que se hayan recuperado. Ese recuento se incluye en el número total de casos.


De los que murieron, el Condado ha publicado información sobre raza y etnia para 544 individuos. Aproximadamente el 36% de esos decesos fueron de residentes latinos, el 28% eran blancos, el 17% asiáticos, el 16% afroamericanos y el 3% se identificaron con otras razas.


Las autoridades también dijeron el lunes que un informe de USC y el Departamento de Salud Pública del Condado reveló que aproximadamente el 4.1% de la población del Condado tiene anticuerpos contra el coronavirus. 


Esa cifra es 28 a 55 veces mayor que la cantidad de casos confirmados reportados a principios de abril, lo que sugiere que cientos de miles de los 10 millones de residentes del Condado han sido infectados por el virus.


La doctora Deborah Birx, coordinadora de respuesta del grupo de trabajo sobre coronavirus de la Casa Blanca, confirmó el lunes que su oficina estaba al tanto del informe, que resaltaba la “preocupación por la propagación asintomática” porque es difícil de rastrear.


“Para empezar, esta ha sido la pregunta fundamental”, dijo, enfatizando la importancia de tratar la enfermedad como “altamente contagiosa”.


Hasta ahora, 53 de los 58 condados de California han reportado casos de COVID-19. El número de muertes en el estado superó los 1 220 el lunes, mientras que los casos confirmados superaron los 33 600.


El gobernador Gavin Newsom presentó un plan la semana pasada para levantar las órdenes de quedarse en casa del estado, una decisión que los funcionarios han implementado condado por condado. Se darán a conocer más detalles de ese marco de seis puntos el miércoles, aseguró Newsom el lunes durante su sesión informativa diaria.


Hizo hincapié en la necesidad de que las prácticas de distanciamiento físico sigan vigentes. Se están haciendo progresos para aplanar la curva, pero Newsom expuso que los casos y muertes de COVID-19 continuarían aumentando.


“No es un interruptor de luz, más bien es un atenuador”, dijo sobre el próximo plan para aliviar las restricciones.


En Los Ángeles, el alcalde Eric Garcetti describió el dolor económico que el coronavirus ha traído a la ciudad, incluso cuando advirtió contra la relajación demasiado pronto de las restricciones a los movimientos y los negocios.


Garcetti lanzó su propuesta de presupuesto de $10.5 mil millones el lunes que resultará en licencias para ausentarse de su trabajo para 16 000 empleados de la ciudad. 


Con la caída de los ingresos por impuestos a las ventas y hoteles debido a la parálisis comercial causada por el coronavirus, se proyecta que los ingresos de toda la ciudad aumenten sólo un 1.8%, en comparación con el crecimiento anual promedio de 4.5% visto por la ciudad en los últimos seis años.


“Eso también es un aspecto que nos causará dolor. Los tiempos difíciles están por venir”, dijo Garcetti sobre el presupuesto, señalando que es probable que las dificultades financieras de la ciudad sean peores que después de la recesión de 2008.


Aún así, el alcalde advirtió que la retirada de las restricciones demasiado pronto con la esperanza de impulsar la economía probablemente conduciría a una cifra masiva de muertes.

“La gente dice que hay que abrir el país, abrir la ciudad... lo peor que podríamos hacer sería levantar esas compuertas”, manifestó.

En el vecino condado de Ventura, los funcionarios modificaron las restricciones el sábado cuando los manifestantes en varias ciudades del sur de California exigieron que se levantaran esas órdenes, citando la recesión económica.


“Estamos posicionados para enfocarnos en el camino hacia la reapertura porque nuestros residentes y negocios han sacrificado mucho para cumplir con las órdenes de salud pública y frenar la propagación del virus en nuestra comunidad”, dijo Mike Powers, oficial ejecutivo del condado de Ventura, en un comunicado.


 “Nuestra situación actual se ve reforzada por el trabajo de nuestros hospitales locales para ampliar su capacidad”.


En San Diego, los parques de la ciudad volverán a abrir para “uso individual” el martes, aunque los centros de recreación y los estacionamientos permanecerán cerrados.


Newsom dijo que el condado de Ventura contactó a la oficina del gobernador antes de aliviar sus restricciones. Hay un límite cuando se trata de relajar las restricciones emitidas por el estado, señaló. 


Pero en muchos casos, los condados fueron más allá de las pautas estatales para fortalecer las restricciones a nivel local. Newsom aseguró que esos cierres más estrictos podrían aflojarse.


“Estamos trabajando con otros en California en esa misma línea”, manifestó.


A medida que las temperaturas se calientan esta semana, Ferrer pidió a los residentes del condado de Los Ángeles que se abstengan de visitar el condado de Ventura para evitar abrumar los recursos de ese Condado y exponerse a enfermedades.


“Inadvertidamente podrían infectarse”, dijo.


Se permite la reapertura de algunos negocios del condado de Ventura, y se autorizarán reuniones de hasta cinco personas por primera vez desde que entraron en vigencia las órdenes de quedarse en casa el mes pasado. 


Los campos de golf y las tiendas de bicicletas pueden reabrir, y ahora se aprueba la venta de vehículos en persona. Los funcionarios también reabrieron parques y playas administrados por el Condado a las 5:00 p.m. del viernes.


Entre todos los condados del sur de California, el condado de Ventura tiene, con mucho, el menor número de casos y muertes de COVID-19. Desde que comenzó la pandemia, ha reportado 428 casos de coronavirus y 13 decesos.


Quizá conociendo el calendario, la policía de San Francisco cercó el lunes Hippie Hill para disuadir a cualquiera que esté considerando visitar el parque para celebrar el 4/20, la fiesta conocida para los entusiastas de la marihuana.


Miles suelen acudir a Robin Williams Meadow al festival anual en Golden Gate Park para iluminar a los compañeros devotos de la droga.


 En cambio, lo único que conectó el parque y las vacaciones del lunes fue la más dura de las advertencias: un tweet del Departamento de Policía de San Francisco que decía “mantente alejado de la hierba”.


(Tomado de Los Ángeles Times)




miércoles, 22 de abril de 2020

22 de MARZO DIA de la TIERRA Animales en las calles



Animales en las calles


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 La falta de personas le ha dejado el camino libre a los animales para explorar las ciudades. 


Mira estas divertidas imágenes de lo ciudadanos del reino animal en todo el mundo 🐐🐈🐆
 


Te contamos más en: https://sptnkne.ws/BWvC




Previsión y manejo del tiempo: cómo afronta Noruega la crisis del coronavirus


La primera ministra de Noruega, Erna Solberg, en una conferencia en Oslo el 16 de marzo | Lise Aserud (EPA\EFE)
 
 
 
El país escandinavo ha reaccionado pronto a la llegada del Covid-19 a Europa, con la aplicación de medidas estrictas desde una fase temprana del brote 
 
 
 
Modelo mundial en seguridad, salud y educación, Noruega es considerado por muchos un paradigma de Estado de bienestar. Ha sido de los primeros en reaccionar a la eclosión del coronavirus en el Viejo Continente, pese a encontrarse lejos del epicentro del brote. Mientras algunos de sus vecinos europeos se mostraban reacios a aplicar medidas drásticas, Noruega ha impuesto normas severas desde fases tempranas de la pandemia.


Cuando Italia ordenó el cierre de negocios el 12 de marzo con 12.839 casos confirmados, a saber, 212 enfermos por cada millón de habitantes (ppm), los noruegos anunciaron una medida similar con 702 positivos (132 ppm). España suspendió el Tratado de Schengen y clausuró sus fronteras el día 17, cuando registraba 11.748 infectados (252 ppm). El país nórdico lo hizo un día antes, con 1.333 en total (251 ppm).


Este martes 24 de marzo, Noruega reportó un total de 2.866 contagios, de los cuales 6 se han recuperado y 12 han fallecido. La nación escandinava de 5,3 millones de habitantes –casi nueve veces menos que España– es el décimo país europeo y el decimocuarto en el mundo con el brote más avanzado de Covid-19.

¿Cuándo se detectó el primer caso?


El coronavirus eclosionó en Noruega el 26 de febrero. Una mujer residente en la localidad de Tromsø dio positivo después de regresar de China la semana anterior. El mismo día, el Instituto Noruego de Salud Pública (FHI) llamó a la calma, explicó que estaban rastreando los posibles contactos previos y anunció que existía un bajo peligro de infección. La mujer se sometió a cuarentena voluntaria en su propio domicilio.


“Estamos trabajando para evitar que muchas personas se contagien al mismo tiempo con el fin de mantener nuestro objetivo de que cada residente en Noruega pueda recibir atención médica sólida. El servicio de salud está preparado, pero será una situación exigente si no logramos mantener el número de infectados en un nivel moderado”, anunció entonces el ministro de Salud noruego, Bent Høie.


Al día siguiente del primer caso, el FHI detectó tres positivos más. Y veinticuatro horas después, otros dos. El domingo 1 de marzo se confirmaron un total de 19 infectados en el país y más de 100 enfermos potenciales en el hospital Ullevål de Oslo. El día 4, pasada una semana de la aparición del brote, la cifra de positivos se elevaba a 56. A partir de entonces, Noruega experimentó una escalada de casos y, el 10 de marzo, superó la barrera de los 400 contagiados.


Dos días después, la primera ministra noruega, Erna Solberg, anunció la primera muerte por Covid-19 en el país escandinavo. Esa misma jornada, con 621 positivos confirmados, su Ejecutivo publicaba “las medidas de mayor alcance adoptadas por Noruega en tiempos de paz”. 
  

¿Qué medidas se han adoptado?


“Las guarderías, escuelas primarias y secundarias, colegios técnicos y universidades del país quedan suspendidos”, anunció la primera ministra el 12 de marzo. El Ejecutivo también ordenó el cierre inmediato de peluquerías, gimnasios y piscinas y prohibió la celebración de eventos culturales y deportivos. Todos los establecimientos del sector hotelero tuvieron que cesar su actividad, incluidos bares, pubs y discotecas, con excepción de los comedores y restaurantes que pudieran garantizar a los visitantes mantenerse a un metro de distancia.


Asimismo, la Dirección de Salud de Noruega (SHdir) desaconsejó encarecidamente los viajes de ocio, recomendó evitar el transporte público e instó a las empresas a que adoptaran el teletrabajo. La institución, dependiente del Ministerio de Salud, también pidió limitar el contacto cercano con personas de los grupos de riesgo.


Las autoridades noruegas endurecieron sus medidas el sábado 14 de marzo, apenas 48 horas después de dictar las primeras normas. En ese espacio de tiempo, el país había pasado de 702 casos confirmados a 1.090. El Gobierno de Solberg decidió entonces decretar el cierre temporal y parcial de fronteras, puertos marítimos y aeropuertos a partir del lunes 16.


 Solo los ciudadanos con nacionalidad noruega o con permiso de residencia podían entrar en el país nórdico, que comparte divisoria con Suecia y Finlandia. No se prohibió el tráfico de mercancías.


“Estos últimos días han sido completamente irreales para mí y ciertamente ha sido igual para todos ustedes”, confesó la jefa de Gobierno al anunciar las nuevas medidas. “Esto afecta a nuestra vida cotidiana, a nuestro sistema de salud y a nuestra economía. Agradezco a todos los que están en la línea del frente, en el sistema de salud y en todos los demás lugares”, sentenció.

¿Cuál es la situación actual?


La crisis generada por el Covid-19 y la consiguiente caída del precio del petróleo han golpeado con dureza la economía de Noruega, principal exportador de crudo y gas de Europa occidental. En una semana, el índice de paro se ha disparado un 128%, pasando del 2,3 al 5,3%. Su divisa, la corona noruega, ha perdido un tercio de su valor respecto al dólar, la mayor depreciación en las últimas tres décadas. Y su fondo de pensiones estatal, el más grande del mundo, se ha reducido una quinta parte desde finales de año.


“Esta crisis nos está golpeando con una fuerza momentánea y violenta. Pero es solo el principio”, alertó hace una semana el economista jefe de la patronal noruega NHO, Øystein Dørum, quien teme que se pueda superar el récord de 6% de paro alcanzado en 1993, la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial.


El Banco Central de Noruega (Norges Bank) declaró el viernes pasado una bajada de 0,75 puntos porcentuales de los tipos básicos de interés, hasta el 0,25%. Un día antes, anunció que estudia intervenir en el mercado para comprar coronas noruegas, hecho cuyo último precedente se remonta a 1999, dos años antes de que el país escandinavo abandonara el cambio fijo por uno fluctuante.


 El Gobierno también aprobó la semana pasada ofrecer garantías de crédito a empresas y, en especial, un rescate a sus aerolíneas.


 






Noam Chomsky: “Si no paras de decir mentiras, el concepto de verdad simplemente desaparece”

Noam Chomsky


Noam Chomsky: “Si no paras de decir mentiras, el concepto de verdad simplemente desaparece”



Noam Chomsky nos atendió el miércoles 8 de abril desde su casa de Tucson (Arizona), donde se refugia con su esposa Valeria. Mantuvimos esta entrevista justo antes de que el senador Bernie Sanders anunciara la suspensión de su campaña para la candidatura del Partido Demócrata, lo que convertía al antiguo vicepresidente Joe Biden en el candidato al que se habrá de enfrentar Donald Trump en las elecciones de noviembre. Empecé preguntándole al profesor Chomsky acerca de lo que está ocurriendo ahora mismo en el contexto de las elecciones de 2020 y de lo que cree que va a ocurrir en noviembre.


Noam Chomsky: Si Trump resulta reelegido, el desastre es indescriptible. Significa que las políticas de estos últimos cuatro años, que han sido sumamente destructivas para la población estadounidense, para el mundo, se seguirán aplicando y probablemente se acelerarán. Lo que esto supondrá sólo para la salud es tremendamente grave. Ya mencioné los datos publicados por The Lancet. Irá a peor. Lo que supone para el medioambiente o la amenaza de una guerra nuclear, algo de lo que nadie habla, pero que es sumamente grave, es indescriptible.


Supongamos que Biden sale elegido. Diría que básicamente sería una continuación de Obama: nada espectacular, pero al menos no totalmente destructivo, y ofrecería oportunidades para que una sociedad organizada cambie lo que se está haciendo, ejerza presión.


Actualmente, con frecuencia se afirma que la campaña de Sanders ha sido un fracaso. Creo que es un error. Creo que ha sido un éxito extraordinario porque ha modificado por completo el escenario de debate y discusión. Cuestiones que eran inconcebibles hace un par de años ahora están en el foco de atención.


El peor delito que ha cometido, a ojos de las clases dirigentes, no es la política que propone, sino el hecho de que ha sido capaz de estimular movimientos populares que ya habían empezado a desarrollarse –Occupy, Black Lives Matter y muchos otros– y convertirlos en una corriente activista que no solo aparece cada dos años para presionar a un dirigente y se da media vuelta, sino que ejerce una presión constante, un activismo constante.

Esto podría afectar a un gobierno de Biden. También significa, aunque solo se trate de una acción defensiva preventiva, que ha llegado el momento de lidiar con una crisis de gran magnitud.


Analicemos Medicare for All o la otra pieza principal del programa de Sanders, la educación universitaria gratuita. En todo el espectro de las corrientes ideológicas principales, incluso lo que llaman la izquierda dentro de dichas corrientes, las desaprueban porque las consideran demasiado radical para los estadounidenses. Pensemos en lo que esto significa.


Es un ataque a la cultura y la sociedad estadounidenses, algo que se esperaría de un enemigo hostil. Esto significa que afirmar que deberíamos estar a la altura de países similares resulta demasiado radical.

 Todos tienen algún tipo de sistema nacional de salud, en la mayoría la educación superior es gratuita: los países con mejores resultados, como Finlandia, gratuita; Alemania, gratuita; nuestro vecino del sur, México, un país pobre, posee una educación superior de gran calidad, gratuita. Así que, para los estadounidenses, decir que deberíamos estar a la altura del resto del mundo se considera demasiado radical.


Es un comentario asombroso. Como he dicho, es una crítica a Estados Unidos que se esperaría de un enemigo muy hostil.


Esta es la izquierda del espectro político. Lo cual indica que tenemos problemas sumamente graves. No es solo Trump. Él lo ha agravado todo aún más, pero los problemas son mucho más graves, como, por ejemplo, la catástrofe de los respiradores, que describí en su momento, basada en la lógica capitalista y con el mazazo extra de un gobierno ineficaz a la hora de lidiar con cualquier asunto.


Esto va mucho más allá de Trump. Y tenemos que enfrentarnos a los hechos. Algunas personas lo hacen. Seguro que informaste –no lo recuerdo–,  probablemente informaste de que había que poner en marcha el Reloj del Apocalipsis en enero. ¿No?

Sí.


Fíjate en lo que ocurrió. Durante todo el mandato de Trump, el minutero del Reloj del Apocalipsis, el mejor indicador general de la situación del mundo, se acercó a la medianoche –el final–,  alcanzó el punto más alto de su historia. El pasado mes de enero, lo sobrepasó. Los analistas pasaron de los minutos a los segundos: cien segundos para alcanzar la medianoche, gracias a Donald Trump.


Y el Partido Republicano, que es monstruoso, ya no se puede calificar de partido político. Se limita a repetir, con vergüenza, todo lo que dice el amo. Carece absolutamente de integridad. Observarlo es increíble. Se ha rodeado de una colección de psicópatas que se limita a repetir con sumisión todo lo que dice.


 Un verdadero ataque a la democracia, junto con el ataque a la supervivencia de la humanidad... La guerra nuclear, aumentar la amenaza de una guerra nuclear, desmantelar el sistema de control de armas que, en cierto modo, nos ha protegido del desastre total... Observarlo es asombroso.


El mismo memorando que cité sobre el modo en que las políticas que estamos adoptando están arriesgando la supervivencia de la humanidad concluía argumentando que los bancos debían reducir su apoyo a los combustibles fósiles, en parte por las consecuencias para su reputación. La reputación de los bancos se está viendo perjudicada. ¿Y eso qué significa? Significa que los activistas los están presionando y tienen que conservar cierta reputación. Esa es una buena lección.

El Partido Republicano, que es monstruoso, ya no se puede calificar de partido político. Se limita a repetir, con vergüenza, todo lo que dice el amo

Y funciona. Hemos visto varios ejemplos muy llamativos. Por ejemplo, el Green New Deal. Hace un par de años era objeto de burla, si es que se llegaba a mencionar. Algún tipo de Green New Deal es esencial para la supervivencia de la humanidad. Ahora forma parte de todas las agendas. ¿A qué se debe? Al compromiso del activismo. Especialmente del Sunrise Movement, un grupo de jóvenes que llevaron a cabo acciones relevantes hasta el punto de llegar a los despachos del congreso. Recibieron el apoyo de Alexandria Ocasio-Cortez y otros jóvenes legisladores que llegaron a su cargo como parte de la oleada popular que se inspiró en Sanders: otro gran éxito. Ed Markey, senador por Massachusetts, se sumó a la causa. Ahora forma parte de la agenda legislativa. El siguiente paso es hacerlo viable para forzar su aprobación. Hay muy buenas ideas para lograrlo. Y esa es la forma de cambiar las cosas.


Si Biden alcanzara la presidencia, no sé si habría un gobierno absolutamente comprensivo, pero al menos sería abordable, se podría ejercer cierta presión. Y eso es muy importante. Si echamos un vistazo al estupendo historiador especializado en asuntos laborales –seguro que conoce a Erik Loomis, que ha estudiado los esfuerzos de la clase trabajadora para introducir cambios en la sociedad, en ocasiones en beneficio de los trabajadores, en ocasiones en beneficio de la sociedad en general–, presentó una idea muy interesante. Esos esfuerzos tenían éxito cuando había un gobierno tolerante o comprensivo, no cuando no lo había. Hay una gran diferencia –una de las muchas diferencias enormes entre Trump, el sociópata, y Biden, que es un poco vacuo– en poder presionar de un modo u otro. Es la elección más crucial de la historia de la humanidad, literalmente. Cuatro años más de Trump nos expondría a un grave problema.


¿Cómo es posible que Estados Unidos, el país más rico del mundo, se haya convertido en el epicentro de la pandemia?


Los países han reaccionado de formas muy diversas, algunos con notable éxito, otros con más o menos éxito. Hay uno que ha tocado fondo. Nosotros. Estados Unidos es el único país importante que ni siquiera puede proporcionar datos a la Organización Mundial de la Salud porque es sumamente disfuncional.


Esto tiene un origen. Parte de dicho origen es un sistema sanitario vergonzoso, que sencillamente no está preparado para nada que se salga de lo normal. Simplemente no funciona. Esto se ha visto agravado por la presencia de una extraña colección de gánsteres de Washington que pareciera como si, de forma sistemática, hubieran adoptado todas las medidas posibles para hacerlo lo peor posible.


Durante el mandato de Trump, estos últimos cuatro años, se han recortado sistemáticamente en todos los aspectos relacionados con la salud. El Pentágono progresa. La construcción de su muro progresa. Pero cualquier otra cosa –de hecho, cualquier cosa que pudiera beneficiar a la población en general– empeora, y en particular la sanidad.

Durante el mandato de Trump se han recortado sistemáticamente  todo lo relacionado con la salud. El Pentágono progresa. La construcción de su muro progresa. Pero cualquier otra cosa empeora, y en particular la sanidad

Algunos casos son casi surrealistas. Por ejemplo, en octubre, en un momento tremendamente oportuno, [Trump] canceló por completo un proyecto de la agencia para el Desarrollo de EE. UU. –se llamaba Predict– que trabajaba con países del Tercer Mundo y también en China, para tratar de detectar virus nuevos que podían convertirse en la pandemia prevista. Y de hecho desde entonces se preveía –al menos a partir de la epidemia del SARS en 2003–. De modo que tenemos una combinación de factores, algunos de ellos específicos de Estados Unidos.


Si queremos asegurarnos, o al menos tener la esperanza, de poder evitar nuevas pandemias –que es muy probable que lleguen y más graves que esta, en parte debido a la enorme y creciente amenaza del calentamiento global– tenemos que estudiar el origen de esta. Y es muy importante analizarlo detenidamente. De modo que, si echamos la vista atrás, los científicos llevan años prediciendo pandemias. La epidemia del SARS fue bastante grave.


Se logró contener, fue el comienzo del desarrollo de las vacunas, pero nunca llegaron a la fase de prueba. Entonces ya se sabía que iba a ocurrir algo más y hubo otras epidemias.


Pero no basta con saberlo. Alguien tiene que coger el testigo y entregarse a ello. ¿Y quién puede hacerlo? Lo lógico sería que fueran las empresas farmacéuticas, pero no están interesadas. Siguen la buena lógica capitalista: las señales del mercado indican que prepararse para una catástrofe anticipada y prevista no genera beneficios. De modo que no les interesaba.


En ese momento, otra posibilidad es que el gobierno tome cartas en el asunto. Tengo edad suficiente para recordar que se puso fin al horror de la polio gracias a un proyecto que puso en marcha y financió el gobierno y que derivó en la vacuna de Salk, que era gratis, carecía de derechos de propiedad intelectual. Jonas Salk dijo que debía ser libre como el viento. Muy bien, se logró acabar con el horror de la polio, el horror del sarampión y otros. Pero el gobierno no ha podido tomar cartas en este asunto a causa de otro aspecto particular de la época moderna: la plaga neoliberal.


Recordemos la alegre sonrisa de Ronald Reagan y su frasecilla que afirmaba que el gobierno es el problema, no la solución. De modo que el gobierno no puede intervenir.
Las farmacéuticas siguen la buena lógica capitalista: las señales del mercado indican que prepararse para una catástrofe anticipada y prevista no genera beneficios

Se han hecho esfuerzos, no obstante, para intentar prepararse para esto. Ahora mismo en Nueva York y otros lugares, médicos y enfermeras se ven obligados a tomar decisiones angustiosas sobre a quién matar –una decisión nada agradable– simplemente porque no tienen suficiente equipamiento. Y el obstáculo principal es la falta de respiradores, una enorme escasez de respiradores. Ahora bien, el gobierno de Obama se esforzó en intentar prepararse para esto. Y esto revela, de forma radical, el tipo de factores que nos conducen a la catástrofe.


Contrataron a una pequeña empresa que estaba fabricando respiradores de gran calidad a bajo coste.


La empresa fue adquirida por una más grande, Covidien, que fabrica respiradores sofisticados y caros. Y dejaron de lado el proyecto. Presumiblemente no querían que compitieran con los suyos, más costosos. Poco después, comunicaron al gobierno que querían rescindir el contrato. La razón era que no era suficientemente rentable, por lo que no se hicieron más respiradores.


Lo mismo ocurre con los hospitales. Los hospitales, según los programas neoliberales, se supone que tienen que ser rentables, es decir, no pueden tener capacidad de más, solo el suficiente número de camas para arreglárselas. Y de hecho, mucha gente, yo incluido, puede testificar que incluso los mejores hospitales han causado gran dolor y sufrimiento a los  pacientes, ya antes de que estallara esta pandemia, debido a este concepto de eficiencia bajo mínimos que maneja nuestro sistema sanitario privatizado con ánimo de lucro.


 Cuando algo se sale de lo normal, mala suerte. Y así funciona todo el sistema.


De modo que tenemos una combinación de la lógica capitalista, que es letal pero controlable, pero que es incontrolable siguiendo los programas neoliberales, que además dictan que el gobierno no puede intervenir y coger el testigo cuando el sector privado no lo hace.


Para más inri –y esto atañe específicamente a Estados Unidos– tenemos un espectáculo circense en Washington, un gobierno totalmente disfuncional, que está causando graves problemas. Y no es que no se supiera nada. Durante todo el mandato de Trump, incluso antes, se sabía que se avecinaba una pandemia. Su reacción fue reducir su prevención. Sorprendentemente, esta actitud continuó incluso después de que se manifestara la pandemia.


De modo que, el 10 de febrero, cuando ya era grave, Trump publicó sus presupuestos para el próximo año. Échenle un vistazo. El presupuesto mantiene el recorte de fondos del Centro para el Control de Enfermedades y demás instituciones gubernamentales responsables de la salud, sigue recortándolas.


Aumenta la financiación de algunas cosas, como la producción de combustibles fósiles, concede nuevas subvenciones a las industrias de combustibles fósiles. Es decir, es como si el país sencillamente estuviera… Mejor dicho, el país sencillamente está gobernado por sociópatas.


Y la consecuencia, por tanto, es que reducimos los esfuerzos para lidiar con la pandemia que está tomando forma y aumentamos los esfuerzos por destruir el medioambiente –los esfuerzos en los que Estados Unidos, bajo el mandato de Trump, va a la cabeza en la carrera hacia el abismo. Ahora bien, hay que tener en cuenta que eso –obviamente– es muchísimo más grave que la amenaza del coronavirus. Y es nocivo y grave, en particular en Estados Unidos, pero de algún modo nos recuperaremos, a un precio muy alto.


No nos recuperaremos del derretimiento de las placas de hielo polar, que está derivando en un efecto retroactivo, bien conocido, que va en aumento: a medida que se derriten, disminuye la superficie reflectante y aumenta la absorción en los mares oscuros. El calentamiento que provoca el derretimiento aumenta. Y solo es uno de los factores que nos lleva a la destrucción, a menos que hagamos algo al respecto.

Estados Unidos, sencillamente, está gobernado por sociópatas


Y no es ningún secreto. Recientemente, por ejemplo, hace un par de semanas, se filtró algo muy interesante, un memorando de JPMorgan Chase, el banco más importante de Estados Unidos, que advertía de que, según sus propias palabras, “la supervivencia de la humanidad está en peligro si continuamos nuestro camino actual”, que incluía la financiación de las industrias de combustibles fósiles por parte del propio banco; es decir, estamos poniendo en peligro la supervivencia de la humanidad.


Cualquiera que tenga los ojos abiertos en el gobierno de Trump es perfectamente consciente de ello. Es difícil encontrar palabras para calificarlo.


  Trump está desesperado por encontrar un chivo expiatorio al que culpar por sus espeluznantes errores e incompetencia. El más reciente es la Organización Mundial de la Salud, el ataque a China. El responsable siempre es otro.


Sin embargo, es sencillo, los hechos son muy claros. El pasado mes de diciembre China informó rápidamente a la Organización Mundial de la Salud de que se encontraban con pacientes con síntomas similares a la neumonía de etiología desconocida. No sabían qué era. Aproximadamente una semana después, el 7 de enero, comunicaron a la Organización Mundial de la Salud, la comunidad científica internacional, que los científicos chinos habían descubierto el origen: un coronavirus parecido al virus del SARS. Habían identificado la secuencia, el genoma. Estaban proporcionando la información al mundo.


Los servicios de inteligencia de Estados Unidos eran perfectamente conscientes de ello. Durante los meses de enero y febrero intentaron que alguien en la Casa Blanca prestara atención a la llegada de una grave pandemia. Sencillamente, nadie les escuchaba. Trump estaba fuera jugando al golf o tal vez escuchando o comprobando sus índices de audiencia en televisión. Ayer supimos que a finales de enero, un funcionario de alto nivel, muy cercano al gobierno, Peter Navarro, había enviado un mensaje muy contundente a la Casa Blanca afirmando que se trataba de un peligro real. Pero ni siquiera él tuvo éxito.


Noam, usted menciona a Peter Navarro, delegado de comercio, que envió un memorando –acaba de publicarse en The New York Times– a finales de enero advirtiendo de que con el coronavirus podían morir aproximadamente un millón de personas. Y la reacción de Trump en ese contexto fue prohibir los viajes desde China, no actuar en consecuencia, que era asegurarse de que Estados Unidos tenía los test adecuados y los EPIs, el equipo de protección individual, que los médicos, enfermeras, el personal de limpieza de los hospitales necesitaban para sobrevivir, tratar a los pacientes y ayudarles a ellos a sobrevivir. Y ha salido a la luz que las agencias de inteligencia, en ese momento, incluso antes que Navarro, estaban advirtiendo a Trump. Si pudiéramos retroceder a hace dos años, cuando disolvió la unidad para pandemias dentro del Consejo Nacional de Seguridad, pongamos cuando estaba en China departiendo acerca de gastar dinero en bombas o un muro, que le dijeran: “Señor, también tiene que fijarse en lo que está ocurriendo aquí”. Y esa unidad, la unidad para pandemias, no solo se ocupa de cómo procedemos en Estados Unidos, sino que también se asegura –tal y como hace el Centro de Control de Enfermedades (CDC) y otros organismos del gobierno de Estados Unidos– de enviar científicos a otros países, como China, para investigar y ayudar a otros países, porque cuando se trata de una pandemia tenemos que ir todos a una. De modo que, ¿podría hablarnos de estas advertencias y por qué los test y los equipos de protección individual son tan importantes?


Hay que recordar que esa actitud continuó incluso después de que la pandemia estuviera presente. Ahora bien, la propuesta presupuestaria es asombrosa. Se hace el 10 de febrero, con la pandemia muy avanzada. Trump recorta aún más los materiales gubernamentales relativos a la salud para seguir atacando. Estaban en el patíbulo, al igual que durante todo su mandato.


De hecho, las imágenes que has mostrado antes son parte de una estrategia muy inteligente. Independientemente de que sea algo planeado a conciencia o simplemente intuitivo, eso no lo sé. Pero seguir la pauta de hacer una afirmación, contradecirla mañana y salir con algo nuevo al día siguiente es realmente brillante. Significa que lo van a justificar. Pase lo que pase, lo habrá dicho. Si disparas flechas al azar, alguna dará en el blanco.


Y la técnica que emplea con el altavoz de Fox y una base de admiradores que solo sintonizan la Fox, Limbaugh, etc., simplemente van a escoger lo que resultó ser cierto y dirán: “Miren a nuestro maravilloso presidente, el mejor presidente de la historia, nuestro salvador, lo supo desde el principio como muestran sus declaraciones”. No falla.


Se asemeja mucho a la técnica de fabricar mentiras constantemente. Ya sabemos cómo funcionan, no hace falta insistir en el tema. Los diligentes verificadores de informaciones llevan la cuenta. Creo que hasta ahora hay detectadas unas 20.000. Y mientras Trump se muere de la risa. Es perfecto. No paras de decir mentiras y lo que ocurre es que el concepto de verdad simplemente desaparece.


En un fragmento del The Daily Show, de Trevor Noah, que se llama “Homenaje a los estúpidos heroescépticos de la pandemia del coronavirus”, aparecen varios miembros de los medios de comunicación de derechas, como Sean Hannity, Rush Limbaugh, Tomi Lahren y otros, así como congresistas republicanos y miembros del gobierno de Trump, minimizando o burlándose de la pandemia del coronavirus. Empieza el 24 de febrero y termina con Donald Trump el 17 de marzo y Hannity el 18 de marzo diciendo que ellos siempre se habían tomado la pandemia en serio.  De modo que, cuando usted escucha las noticias de Fox News –que no es un canal cualquiera, es la gente con la que se comunica el presidente Trump. Tal vez sean sus consejeros, porque continuamente le quitaron hierro a la situación–, ¿considera que el presidente Trump es responsable? ¿Diría que tiene las manos manchadas de sangre?


No hay duda. Trump hace una declaración disparatada. Después es amplificada por el altavoz de Fox News. Al día siguiente dice lo contrario. Se hacen eco; el altavoz lo amplifica. Hay que fijarse en el tono, el tono del reportaje es interesante.


 Es de una confianza absoluta, no lo que cualquier persona sensata y en su sano juicio diría: “No lo sabemos con certeza. Hay mucha incertidumbre. Hoy las cosas están así”. Nada por el estilo. Confianza absoluta. Independientemente de lo que nuestro querido líder diga, lo amplificamos. Y es un diálogo interesante. Amplifican lo que dice. Sean Hannity dice: “Es la mejor maniobra que se ha hecho en la historia universal”.


 Y a la mañana siguiente, Trump sintoniza Fox & Friends y escucha lo que se ha dicho. Se convierte en su reflexión del día. Es una interacción, Murdoch y Trump se preparan literalmente para intentar destrozar el país y destrozar el mundo, porque en el fondo, no debemos olvidarlo, hay una amenaza muchísimo mayor, que cada vez está más cerca, mientras Trump se abre camino hacia la destrucción.


Recibe ayuda. Así, en el hemisferio sur, bien abajo, hay otro loco, Jair Bolsonaro, que rivaliza con Trump para ver quién puede ser el peor criminal del planeta. Le está diciendo a los brasileños: “Esto no es nada. Solo es un resfriado. Los brasileños no contraemos virus. Somos inmunes”. Su ministro de Sanidad y otros funcionarios están intentando intervenir y decir: “Esto es muy serio”. Muchos gobernadores, afortunadamente, están ignorando lo que dice. Pero Brasil se enfrenta a una terrible crisis.


 De hecho ha llegado hasta el punto de que en las favelas, los barrios pobres de Río, donde el gobierno no hace nada por la gente, otros han intervenido para, en la medida de lo posible, imponer restricciones sensatas bajo esas miserables condiciones. ¿Quién? Las bandas criminales. Las bandas criminales que torturan a la población han intervenido para intentar imponer normas sanitarias. La población indígena se enfrenta prácticamente a un genocidio, lo cual no le importaría a Bolsonaro porque, en cualquier caso, cree que no deberían estar allí.


Entretanto, mientras todo esto ocurre, se publican artículos científicos advirtiendo de que en 15 años el Amazonas pasará de ser un sumidero neto de carbono a un emisor neto de CO2. Algo devastador para Brasil –de hecho, para el mundo entero.

La población indígena se enfrenta prácticamente a un genocidio, lo cual no le importaría a Bolsonaro porque, en cualquier caso, cree que no deberían estar allí

De modo que tenemos al llamado Coloso del Norte en manos de unos sociópatas, que están haciendo todo lo que pueden para perjudicar al país y al mundo. Y al llamado Coloso del Sur que, a su manera, está haciendo lo mismo. Sigo la situación de cerca porque mi esposa Valeria es brasileña y me mantiene al día con las noticias que están apareciendo en Brasil. Y, sencillamente, es asombroso.


Sin embargo, mientras tanto, hay países que están reaccionando con sensatez. De modo que, en cuanto empezaron a llegar las noticias de China –y hubo muchas enseguida, al contrario de lo que se está diciendo– los países de la periferia de China empezaron a reaccionar –Taiwán, Corea del Sur, Singapur–  de una manera bastante efectiva. Algunos de ellos lo tienen básicamente bajo control. Nueva Zelanda aparentemente ha contenido el coronavirus, tal vez casi por completo, con un confinamiento inmediato durante un par de semanas, y parece que está a punto de eliminarlo.


En Europa, la mayor parte de los países vacilaron, pero algunos, los mejor organizados, actuaron enseguida. Es muy llamativo. Sería muy útil para los estadounidenses que compararan los desvaríos de Trump con las informaciones y declaraciones sobrias y objetivas de la canciller alemana Angela Merkel dirigidas a la población alemana, describiendo exactamente lo que está ocurriendo y lo que hay que hacer.


Quería preguntarte, mientras conversas con nosotros desde tu casa de Tucson, Arizona, donde estás confinado porque estamos en medio de esta pandemia para evitar la propagación y para protegerte a ti mismo y a tu familia: ¿Qué te da esperanza?


He de decir que sigo un régimen estricto porque mi esposa Valeria está al mando y yo sigo sus órdenes. De modo que Valeria y yo estamos aislados.


Pero lo que me da esperanza son las iniciativas que están adoptando sectores populares por todo el mundo, muchos de ellos. Algunas cosas que están pasando son verdaderamente motivadoras. Por ejemplo los médicos y enfermeros que están trabajando sin descanso bajo unas condiciones sumamente peligrosas, carentes –especialmente en Estados Unidos– del mínimo apoyo, viéndose obligados a tomar unas decisiones angustiosas sobre a quién matar mañana. Pero lo están haciendo.


Se trata de un tributo ejemplar a los recursos del espíritu humano, un modelo de lo que se puede hacer, junto con los movimientos populares, los pasos para crear una Internacional Progresista. Son señales muy positivas.


Sin embargo, si nos remontamos a la historia reciente, ha habido épocas en que la situación parecía verdaderamente imposible y desesperada. Pienso en mi infancia, a finales de la década de 1930 y comienzo de la de 1940. Parecía que el ascenso del azote nazi era inexorable, victoria tras victoria. Parecía que era imparable. Fue la invención más espeluznante de la historia de la humanidad.


Resulta que –entonces yo lo desconocía– los estrategas de EE. UU. esperaban que durante la posguerra el mundo se dividiera entre un mundo controlado por EE. UU. y otro controlado por Alemania, incluida toda Eurasia: una idea horripilante.


Y se superó. Ha habido otros movimientos en defensa de los derechos civiles: el joven movimiento Freedom Riders que se manifestó en Alabama para animar a los granjeros negros a que fueran a votar, a pesar de la grave amenaza de muerte que se cernía sobre ellos y sobre los propios manifestantes.


Son algunos ejemplos de lo que los humanos son capaces de hacer y han hecho.


 Y hoy en día vemos muchas señales: esa es la base de la esperanza.



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lunes, 20 de abril de 2020

¿Se acerca la peor crisis de la economía mundial después de la Segunda Guerra Mundial?



El ministro de Relaciones Exteriores japonés predijo la peor crisis de la economía mundial desde de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, hablar sobre una profunda crisis económica es prematuro, cree Borís Shmeliov, jefe del Centro de Estudios Políticos del Instituto de Economía de la Academia de Ciencias de Rusia.

"El impacto [de la pandemia de coronavirus] en la economía internacional, así como en la economía de Japón es extremadamente grave", declaró el ministro de Relaciones Exteriores japonés Toshimitsu Motegi.


Algunos expertos japoneses creen que las medidas anticrisis del Gobierno de Japón no serán suficientes y que el desempleo en el país aumentará hasta los 2,72 millones en el cuarto trimestre, frente a los 1,56 millones en el mismo período del año pasado, informó la agencia Kyodo. Por lo tanto, la situación puede resultar peor que durante la crisis de 2008-2009.


La situación económica en el mundo es bastante complicada, destacó Borís Shmeliov a Sputnik, al agregar que la epidemia ha asestado un grave golpe a las economías de muchos países.

"Los principales impulsores del desarrollo económico mundial están experimentando grandes dificultades, lo que sugiere que la crisis es posible", afirmó.

Por otro lado, las consideraciones sobre una profunda crisis económica son prematuras y no están del todo justificadas, señaló.


"Los países tienen ahora muchas más oportunidades de superar las dificultades. En EEUU y Europa se inyecta mucho dinero a la economía, Rusia también toma medidas activas, la economía china empieza a cobrar vida y va ganando impulso gradualmente", indicó Shmeliov.


En su opinión, ni siquiera una caída de los precios del petróleo será una tragedia para la economía mundial.


"Vemos una caída de los precios de recursos energéticos, lo que, por supuesto, supone un golpe para las economías de varios países, pero, por otra parte, el petróleo barato da un impulso al desarrollo de las economías de los países consumidores de petróleo. 


En consecuencia, hace posible girar el volante del desarrollo económico", declaró el especialista.


Por un lado el experto admitió la inestabilidad de la situación actual y la posibilidad de una crisis, y por otro lado, indicó la existencia de grandes oportunidades de superarla para evitar consecuencias a gran escala.



 
 
 
 
 
 

domingo, 19 de abril de 2020

David Quammen: “Somos más abundantes que cualquier otro gran animal. En algún momento habrá una corrección”

David Quammen, en una fotografía realizada en el parque nacional de Yellowstone (EE UU).
 

Entrevista con el divulgador científico, autor de ‘Contagio’, libro de referencia para entender el coronavirus



Son las cinco de la tarde en Bozeman, pequeña ciudad de Montana (Estados Unidos), donde los espacios son vastos y el distanciamiento social no necesita imponerse a la fuerza, porque forma parte del paisaje desde tiempo inmemorial.


David Quammen, de 72 años, cultiva su jardín cuando suena el teléfono. “Paseamos al perro por el barrio, saludo a los vecinos desde la otra acera y en tres semanas no he estado más cerca de seis pies [dos metros] de otra persona, aparte de mi esposa”, dice a EL PAÍS este veterano reportero y divulgador científico que hace años recorrió los cuatro rincones del planeta persiguiendo a los virus zoonóticos, es decir, que saltan de los animales a los humanos.


El resultado fue Spillover. Animal infections and the next human pandemic (Contagio, en la traducción española que la editorial Debate publica el 23 de abril en ebook y el 14 de mayo en papel). 

El libro fascina y espanta. Por lo que cuenta: el mundo de las infecciones de origen animal. Y por lo que predice: una pandemia humana muy parecida a la del virus que causa la covid-19. Ahora es una de las obras de referencia para entender el ente microscópico que ha paralizado al mundo.


Pregunta. ¿Le sorprende lo que está ocurriendo?


Respuesta. En absoluto. Todo —el virus procedente de un murciélago que después pasa a los humanos, la conexión con un mercado en China, el hecho de que se trate de un coronavirus— era predecible. Es lo que los expertos a los que entrevisté para mi libro me decían.


P. ¿Nada le sorprende?


R. Sí, la falta de preparación de los Gobiernos y los sistemas sanitarios públicos para afrontar un virus como este. Me sorprende y me decepciona. La ciencia sabía que iba a ocurrir. Los Gobiernos sabían que podía ocurrir, pero no se molestaron en prepararse.


P. ¿Por qué?


R. Los avisos decían: podría pasar el año próximo, en tres años, o en ocho. Los políticos se decían: no gastaré el dinero por algo que quizá no ocurra bajo mi mandato. Este es el motivo por el que no se gastó dinero en más camas de hospital, en unidades de cuidados intensivos, en respiradores, en máscaras, en guantes.


P. Sin esta falta de preparación, ¿no estaríamos todos confinados?


R. En efecto. La ciencia y la tecnología adecuada para afrontar el virus existe. Pero no había voluntad política y, por tanto, el dinero, y la coordinación entre Gobiernos locales y nacionales, y entre Gobiernos en el mundo. Tampoco hay voluntad para combatir el cambio climático. La diferencia entre esto y el cambio climático es que esto está matando más rápido.


P. ¿Por qué el murciélago se vincula al origen de tantos virus, desde el SARS hasta el ébola, y también el SARS-CoV-2?


R. Los murciélagos parecen sobrerrepresentados como anfitriones naturales de estos virus peligrosos. Por varios motivos. Primero, están sobrerrepresentados en la diversidad de los mamíferos. Una de cada cuatro especies de mamíferos es una especie de murciélago.


P. ¿Esto significa que hay muchos murciélagos?


R. No es simplemente que haya muchos en cuanto al número, sino que hay una gran diversidad de murciélagos. Y es posible que cada diferente especie de murciélago tenga sus propias especies de virus. Esta diversidad de especies ofrece un margen amplio para la diversidad de virus.


P. ¿Qué otros motivos explican que los murciélagos sean el origen de tantos virus?


R. Los murciélagos viven mucho. Uno del tamaño de un ratón puede vivir 18 o 20 años. Un ratón vive uno o dos años. Los murciélagos anidan juntos en colonias multitudinarias. He visto 60.000 en una cueva, todos apretujados. La longevidad y la masificación son circunstancias óptimas para que los virus pasen sin cesar de un individuo a otro. Y otra cosa: hay pruebas ahora, aunque no es seguro, que indican que los murciélagos tienen sistemas de inmunidad que han evolucionado para ser más hospitalarios ante cuerpos ajenos.


P. Y cada vez están más cerca de zonas urbanas, ¿no?


R. Así es. En particular los grandes murciélagos de los trópicos y subtrópicos. Estamos destruyendo sus hábitats y ellos buscan comida en áreas humanas donde haya huertos y árboles frutales en los parques. Todo esto les acerca a los humanos, lo que, a través de sus heces y su orina, aumenta las posibilidades de que los virus se extiendan directamente o a través de los animales domésticos.


P. ¿Debemos temer a los murciélagos?


R. No, no. Son animales bellos, magníficos, necesarios para la integridad de los ecosistemas. La solución no es quitarnos a los murciélagos de encima sino dejarlos en paz.


P. ¿Cómo?


R. Esta pandemia es una oportunidad terrible para educar, para entender nuestra relación con el mundo natural.


P. ¿Somos responsables los humanos de lo que está ocurriendo?


R. Sin duda. Todos los humanos, todas nuestras decisiones: lo que comemos, la ropa que vestimos, los productos electrónicos que poseemos, los hijos que queramos tener, cuánto viajamos, cuánta energía quemamos. Todas estas decisiones suponen una presión al mundo natural. Y estas demandas al mundo natural tienden a acercar a nosotros a los virus que viven en animales salvajes.


P. ¿Es la revancha de la naturaleza?


R. No lo diría así, porque soy un materialista darwiniano. No personalizo la naturaleza. No creo en una naturaleza con N mayúscula capaz de revancha ni de emociones. Los humanos somos más abundantes que cualquier otro gran animal en la historia de la Tierra. Y esto representa una forma de desequilibrio ecológico que no puede continuar para siempre. En algún momento habrá una corrección natural. 


Les ocurre a muchas especies: cuando son demasiado abundantes para los ecosistemas, les ocurre algo. Se quedan sin comida, o nuevos depredadores evolucionan para devorarles, o pandemias virales las derrumban. Pandemias virales interrumpen, por ejemplo, explosiones de población de insectos que parasitan árboles. Ahí hay una analogía con los humanos.



P. ¿Somos como estos insectos?


R. No. Somos mucho más inteligentes que los insectos de la selva. Debemos ser capaces de ver lo que se nos viene encima y transformar el choque en un reajuste de nuestra manera de vivir en este planeta.


P. “Ofrecemos más oportunidades que nunca a los virus”, escribe usted.


R. Porque somos más y porque estamos más conectados entre nosotros. Cuando entramos en la selva y capturamos a un animal salvaje —un roedor, un murciélago, un pangolín, un chimpancé—, y este animal tiene un virus, y este virus salta hacia nosotros, y descubre que en nuestro interior puede replicarse, y que puede transmitirse de un humano a otro… 


Cuando ha ocurrido todo esto, a este virus le ha tocado el Gordo. Se ha metido por una puerta que le ofrece una enorme oportunidad. Porque somos 7.700 millones de anfitriones potenciales para ellos y porque estamos hiperconectados: la peste bubónica mató quizá a un tercio de la población europea, pero en el siglo XIV no podía pasar a Norteamérica ni a Australia.


 El virus que causa la covid-19 es uno de los virus de más éxito del planeta, junto a la cepa pandémica del VIH. Y nosotros le hemos invitado a tener tanto éxito.


P. ¿Qué ha aprendido en los últimos tres meses sobre los virus?


R. Algo que me sorprende es que, hasta ahora, este virus no está evolucionando demasiado rápido. 


Algunos científicos, como Trevor Bedford en Seattle, han tomado muestras de varias personas en diversos momentos y en distintas partes del mundo, y han dibujado un árbol genealógico del virus. 


Han descubierto que los genomas del virus no varían mucho en el espacio y el tiempo. El virus no cambia porque no necesita hacerlo.


 Está teniendo tanto éxito —yendo de un humano a otro, en todos los países del planeta— que, desde el punto de vista de la evolución, no está sometido a ninguna presión para cambiar: ya le va bien siendo como es.


P. ¿Durante cuánto tiempo puede tener tanto éxito?


R. Hasta que tengamos una vacuna. En este momento, es posible que intente evolucionar. No es que lo intente en realidad, porque no tiene intención, solo es un virus. Pero por selección natural es posible que, accidentalmente, encuentre maneras de esquivar la vacuna. 


Y entonces empezará la carrera para encontrar vacunas mejores y nuevas. Pero es lo que ya hacemos con la gripe: necesitamos una vacuna nueva cada año porque cambia constantemente.


P. Mientras tanto, ¿el distanciamiento social y el confinamiento tienen un efecto en el virus?


R. Sí. Al confinarnos, le retiramos una oportunidad de extenderse de manera tan amplia e intensa como ha hecho hasta ahora. Una manera de pensar en pandemias es la siguiente. En toda población de víctimas potenciales, hay personas susceptibles al virus. 


Hay personas infectadas por el virus. Hay personas muertas. Y hay personas que se han recuperado. 


Y, una vez que se han recuperado, es más difícil que sean reinfectadas.


 De modo que se llega a un punto en el que el número de muertos es alto, el número de recuperados es alto y el número de infectados puede ser todavía alto, pero el número de personas susceptibles puede ser relativamente bajo y estar disperso.


 En ese momento, el virus que se encuentra en los infectados no tiene oportunidades de contactar con los susceptibles.


P. ¿Y entonces?


R. En este punto, la pandemia tiende a terminar.