OTAN NO, BASES FUERA.
Por la solidaridad internacionalista, la equidad, el socialismo y la paz.
El nacimiento de Estados Unidos como nación se funda sobre un genocidio que se justificó con la teoría del “destino manifiesto” –el derecho a la colonización y al genocidio– y ese “destino” no ha hecho más que expandirse dejando un largo rastro de sangre en el mundo entero.
País heredero de la piratería colonial y esclavista inglesa, su engendro, el estado sionista de Israel se funda sobre el mismo principio y las guerras coloniales e imperialistas en el mundo son y han sido siempre una misma guerra de clases que se ha refinado y ha desarrollado técnicamente el espíritu de muerte y saqueo del planeta.
No olvidemos tampoco que la gran guerra en Europa –si bien la encabeza Alemania–, cuenta con el apoyo subterráneo de las potencias occidentales en su lucha a muerte contra el primer estado socialista, la URSS.
Es importante señalar que ya desde antes de la segunda guerra y después de los juicios de Nuremberg, Estados Unidos contratará y protegerá a muchos científicos y jerarcas nazis que se incorporan a instituciones claves como la NASA, la OTAN y a diversos organismos de la seguridad militar y del estado.
En 1949, solo cinco años después del final de la guerra, se funda la OTAN, una organización militar que será el brazo armado de Estados Unidos, Gran Bretaña y la colonizada Europa, y que tantos pueblos y países ha arrasado.
La OTAN declara que quiere la “paz”, pero desde su fundación siempre ha provocado la guerra para intentar superar las profundas crisis del capitalismo.
Y esa es la función específica de la OTAN y de la maraña de instituciones, fundaciones y organismos que la componen.
Es el brazo armado del gran capital financiero-militar, que ha creado una intrincada red de poder político e ideológico para defender el colonialismo, el imperialismo y el nazismo y por supuesto hacer una feroz política anticomunista.
Enmascarándose en las palabras “democracia” y “libertad” ha servido a la expansión de la potencia hegemónica del momento, Estados Unidos/ Gran Bretaña, cuyo objetivo prioritario fue y es la destrucción de la URSS primero y ahora de Rusia, un país capaz de hacerle frente y que desde un comienzo fue definido como el primer obstáculo a vencer para la creación de un mundo completamente dominado por los intereses del gran capital anglo americano.
No olvidemos que la destrucción y colonización de Rusia ha sido la obsesión inglesa, el objetivo principal del expansionismo inglés.
Citamos habitualmente a Mackinder, que expresó esta obsesión de manera muy clara en 1919, cuando Inglaterra era todavía era la “reina de los mares”: «Quien gobierne en Europa del Este dominará el Heartland; quien gobierne el Heartland dominará la Isla-Mundial; quien gobierne la Isla-Mundial controlará el mundo.»
Y sigue siendo así, aunque la parafernalia mediática intente ocultar su razón de ser: el constante expansionismo colonial y el saqueo: el imperialismo, que niega toda posibilidad de vida humana pacífica y capaz de trascender la ley de la acumulación-destrucción propia del capitalismo.
Quizás gracias a lo que estamos viviendo en estos meses de 2022, se empiece a comprender que la barbarie imperialista esta tocando fondo y que nos tocará con suerte vivir la época de un gran cambio y también de un gran juicio internacional a los crímenes y la guerra de saqueo.
El capitalismo lleva en su vientre la muerte, por eso no esta separado jamás del nazismo, porque el nazismo no es más que su expresión desnuda, bestial.
El tiempo en el que el sujeto, el supuesto ciudadano, ha sido completamente transformado en un cómplice o en un asesinado.
Las palabras “democracia” y “libertad” que los gobiernos de occidente usan para acusar de dictadura a todos aquellos que no se someten al imperio, es un arma ideológica poderosa.
Rompiendo toda legalidad internacional, agreden y justifican así el bloqueo, el robo y las intervenciones militares.
La “democracia” de las grandes potencias es ariete para la injerencia despiadada en contra de la humanidad entera.
Además, esa “democracia” americana y europea no existe, no existen instituciones ni organismos que representen los anhelos ni las necesidades de sus propios ciudadanos.
Tampoco existe soberanía y las decisiones de los gobiernos obedecen a la gran corporación financiero militar que es quien realmente tiene el poder; la injerencia y la violación de las leyes internacionales de convivencia y de soberanía son una constante.
La OTAN, La ONU, la OEA, la OMS y todas las instituciones y medios de desinformación hegemonizados por USA y la UE, se amparan en ese falso concepto de democracia para anestesiar y promover la obediencia de los pueblos a los gobiernos agresores que siembran el mundo de bases militares y de ejércitos mercenarios.
Recordemos : Yugoeslavia, Irak, Libia, Palestina, Vietnam, Siria, Somalia…la criminalización y el bloqueo a Cuba, Venezuela y Nicaragua, los golpes de estado, las revoluciones de colores, las invasiones…la lista de crímenes es inmensa y obedece siempre al mismo motivo: expandirse y acumular capital.
La industria financiero-militar es el núcleo de esa economía de muerte .
Resulta atroz pensar que todavía ni siquiera se ha juzgado el crimen de Hiroshima y Nagasaki, ni ninguna otra intervención del imperio, que no son solo militares: es el caso de los bloqueos, una guerra constante, no declarada y barata.
Nuestra tarea urgente es detener esta máquina criminal, y exigir desde una perspectiva verdaderamente democrática y humanista que sus crímenes sean juzgados y condenados sus causantes.
Sólo así podremos empezar a hablar de democracia, de justicia y por supuesto de emancipación de los pueblos.
Si queremos sobrevivir como especie es necesario romper con la servidumbre y recuperar la soberanía para avanzar hacia una sociedad socialista, que garantice la paz en el mundo, solo posible con la derrota del sistema de explotación capitalista-imperialista que en plena decadencia esta siendo todavía más cruel e inhumano.
La única democracia posible es la democracia socialista, de allí que el imperio se esfuerce tanto a través de su guerra ideológica en usar la palabra democracia para destruirla y avasallara.
Es hora de juzgarlos, con pruebas irrefutables de la continuidad del crimen contra la humanidad.
El camino esta claro, empieza a abrirse un nuevo tiempo y es seguro que lo lograremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario