Propaganda de guerra bajo una nueva forma
El ejército ruso ha ganado la guerra contra los “banderistas” en Ucrania. Mientras, en Occidente, la OTAN gana la guerra cognitiva contra sus propios ciudadanos.
La alianza atlántica ha perfeccionado una nueva forma de propaganda basada en algo que hasta hace poco denunciaba: las fake news.
Pero ya no se trata tanto de información falsa sino más bien de información sesgada.
En las llamadas “sociedades democráticas” contemporáneas, la propaganda de guerra está concebida como los actos de ilusionismo, se trata de desviar la atención del público para que no vea lo que no debe saber.
EL DISPOSITIVO DE LA OTAN
Voltairenet.org – 05/04/2022
«El logro supremo del arte de la guerra no es someter al enemigo por la fuerza sino doblegarlo sin derramar ni una gota de sangre.» Sun Tzu, El Arte de la Guerra
El general francés Philippe Lavigne, jefe del «Mando Aliado de Transformación» (Allied Command Transformation o ACT) de la OTAN, se encarga de supervisar las investigaciones sobre los nuevos métodos de propaganda.
El Mando Aliado de Transformación dispone de 21 «Centros de Excelencia».
Uno de ellos es el NATO Strategic Communications Centre of Excellence, también designado como StratCom debido a su denominación de “Comunicaciones Estratégicas” [1], y tiene su sede en Riga, la capital de Letonia [2].
El StratCom de la OTAN es el creador de una entidad denominada Encrucijada de la Innovación de la OTAN (iHub), bajo la dirección del francés Francois du Cluzel, ex profesor en la Escuela Militar Interarmas de Coetquidan, en Francia, y financia investigaciones de la Johns Hopkins University y del Imperial College of London sobre las capacidades cognitivas.
Esas investigaciones abarcan todo el conjunto del campo cognitivo y sus variadas aplicaciones van desde los soldados biónicos hasta la propaganda de guerra.
La idea general de la OTAN es agregar a los cincos teatros habituales de operaciones militares (aire, tierra, mar, espacio y teatro cibernético) un sexto teatro de operaciones: el cerebro humano. «Mientras que las acciones desarrolladas en los cinco sectores [tradicionales] se ejecutan para obtener un efecto sobre el campo humano, el objetivo de la guerra cognitiva es convertir a cada persona en un arma», escribe Francois du Cluzel.
En la Primera Guerra Mundial, la propaganda de guerra se basaba en informaciones falsas popularizadas por verdaderos escritores. Después, durante la Segunda Guerra Mundal, la propaganda de guerra se basó más bien en la repetición de ciertos mensajes previamente seleccionados. Pero, hoy, la propaganda de guerra se concibe como un acto de ilusionismo [3].
Su objetivo es conmover a la gente para distraer su atención y esconderle lo que no debe ver. El público juzga lo que ve a través de la información previamente seleccionada –a menudo sin interés– que se le proporciona constantemente. De esa manera, sin recurrir a la mentira propiamente dicha, se logra engañar a la opinión pública.
Con la guerra en Ucrania, estamos viviendo la primera aplicación de esa nueva forma de propaganda de guerra.
Para facilitar la comprensión de lo que acabo de explicar, presentaré aquí varias informaciones que caen en la categoría de “lo que el público debe ignorar” y luego abordaré la “cobertura” de la guerra en Ucrania por parte de la televisión estatal de Francia.
Me refiero a la televisión estatal francesa sólo porque es la que tengo más cerca, pero el resultado sería el mismo si nos refiriésemos a ejemplos de Alemania, del Reino Unido o de Estados Unidos.
Puedes descargar los informes diarios de los observadores de la OSCE en Ucrania a través de la url https://www.osce.org/ukraine-smm/reports
RESPONSABILIDAD DE LOS DIRIGENTES OCCIDENTALES EN LA GUERRA DE UCRANIA
En Occidente, la narrativa sobre la guerra en Ucrania atribuye absolutamente toda la responsabilidad al presidente ruso, Vladimir Putin, y subsidiariamente a las personalidades políticas y financieras de su gobierno. Pero esa versión resulta totalmente falsa cuando vemos los reportes diarios de los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
En efecto, los observadores de la OSCE reportaron haber oído un ataque de las fuerzas de Kiev contra el Donbass, aún ucraniano en aquel momento… en la tarde del 17 de febrero.
Todas las agencias de prensa reportaron entonces el éxodo de al menos 100 000 civiles hacia el interior del Donbass o hacia Rusia. Mientras tanto, en Munich, los principales dirigentes políticos de los países miembros de la OTAN oían al presidente ucraniano Volodimir Zelenski decirles –durante la Conferencia de Seguridad– que quería dotarse de armamento nuclear contra Rusia. Ante esos hechos, resulta evidente que no fue Moscú sino Kiev quien inició las hostilidades.
Nadie puede creer que Kiev haya iniciado esta guerra contra un enemigo muy superior sin haber recibido antes ciertas garantías de parte de aliados aparentemente capaces de defenderlo frente a Rusia. Y esos “aliados” sólo pueden ser la OTAN o Estados Unidos, o eventualmente otras dos potencias nucleares: Francia y el Reino Unido.
La primera reunión donde se presentó esta guerra como algo conveniente tuvo lugar el 5 de septiembre de 2019, en la Cámara de Representantes de Estados Unidos y fue organizada por la RAND Corporation –el think tank, o “tanque pensante” del complejo militaro-industrial estadounidense.
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