miércoles, 12 de enero de 2022

Tener una mascota en España hoy en día es más habitual que tener hijos. Los beneficios físicos y emocionales del vínculo entre niños y mascotas

  Un niño juega con su gato.

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 Los beneficios físicos y emocionales del vínculo entre niños y mascotas 

El pasado 5 de enero, los animales dejaron oficialmente de ser cosas para ser considerados seres vivos dotados de sensibilidad. Convivir con ellos tiene muchas ventajas para grandes y pequeños

 Tener una mascota en España hoy en día es más habitual que tener hijos.

 

 Quizás por ello y, en previsión de que no se los maltrate o no se les dé un correcto trato, las leyes se modifican: el pasado 5 de enero entró vigor una regulación que indica que los animales dejan de ser legamente cosas para ser considerados seres vivos dotados de sensibilidad. ¿Qué dice esta nueva ley? Adriana Rodríguez, socia de Vestalia Asociados y experta en derecho de animales explica que “estos forman parte de nuestra familia y, quienes tenemos la suerte de compartir nuestra vida con ellos, sabemos que haríamos cualquier cosa por procurarles su mayor bienestar”.

 “Precisamente”, agrega, “por lo que significan y representan los animales en nuestras vidas y en nuestra sociedad, se hacía muy necesaria la reciente y relevante reforma de nuestro ordenamiento jurídico que, no solo les reconoce su cualidad de seres vivos dotados de sensibilidad, sino que adecua la normativa a la naturaleza de las relaciones, particularmente las de convivencia, que se establecen entre los seres humanos y los animales”. 

 Esta reforma, “afecta muy particularmente a nuestro Código Civil que introduce preceptos destinados a concretar el régimen de convivencia y cuidado de los animales de compañía en los procesos de crisis matrimoniales. Y en los procesos de separación o divorcio de mutuo acuerdo o amistoso, en los que exista un animal como miembro más de la familia”, añade.

 “El convenio regulador deberá contener una cláusula o estipulación en la que se deberá dejar establecido”, prosigue, “teniendo en cuenta el interés de la unidad familiar y el bienestar del animal, la modalidad de reparto de los tiempos de convivencia y cuidado si fuere necesario, así como las cargas asociadas al cuidado del animal”.

 “Y el acuerdo al que hayan llegado las partes será válido siempre y cuando no resulte gravemente perjudicial para el bienestar del animal. Asimismo, podrá modificarse el convenio o solicitarse modificación de las medidas sobre los animales de compañía si se hubieran alterado gravemente sus circunstancias”, concluye esta experta.

 Tener una mascota, algo bueno para la psicología infantil  Ana Asensio, doctora en neurociencia y psicóloga habla de dos tipos de beneficios, los físicos y los psicológicos. Entre los beneficios para los niños de tener una mascota en casa son, entre otros: “Se ha comprobado que los menores que juegan diariamente con un animal tienen menos riesgo de sufrir estrés, ansiedad y depresión”.

 “Disfrutar con un perrito o gatito”, agrega, “es una actividad recreativa que mantiene a tus hijos ocupados, enfocados en el presente y alegres. En tiempos de pandemia, en los que pasamos mucho tiempo encerrados y los niveles de estrés se incrementan, un compañero peludo se convierte en el mejor aliado para aliviar las tensiones”. Un estudio publicado en la revista Social Development, según informa Asensio, evaluó la influencia de los perros de compañía en la disminución del estrés en los niños ante situaciones de tensión social, dejando resultados satisfactorios: “Un total de 101 menores con edades entre siete y 12 años fueron sometidos a diversas pruebas de presión social, algunas junto a su mascota y otras veces en solitario.

Los resultados indicaron que cuando estaban solos, los niveles de presión aumentaron como se esperaba. Mientras que con la presencia de su mascota, los niveles de estrés se redujeron de manera considerable. Los niños dijeron que con su amigo peludo se sentían seguros y en confianza”. La experta señala algunos beneficios físicos y psicológicos de tener una mascota.  Principales beneficios físicos Propicia tus niveles de actividad diaria. Tener una mascota te mantiene activo, especialmente si tienes un perro porque necesita salir a pasear. Con un buen paseo a primera hora tendrás energía para todo el día. 

Es un hábito que mejora tu salud y hace que el ejercicio físico sea más entretenido. Las caricias benefician nuestro estado interno. El simple hecho de acariciarles también aporta grandes beneficios. Genera en las personas un efecto relajante que ayuda a reducir el estrés después de todo un día de trabajo. Esto, por ejemplo, provoca que se reduzca la frecuencia cardíaca y, por lo tanto, mejora nuestro corazón. 

Son una fuente de entrenamiento cerebral . Tener una mascota implica una serie de responsabilidades y organización. Para las personas mayores, por ejemplo, los animales domésticos tienen múltiples beneficios en este sentido porque les ayudan a mantener la mente ocupada, atenta y activa. Y en los niños también favorece la concentración y la responsabilidad en su cuidado. 

Refuerza su sistema inmunológico y presentan menos enfermedades y alergias. El sitio HealthLine afirma que los bebés expuestos a perros y gatos tienen menos probabilidades de sufrir enfermedades respiratorias que quienes no tienen mascotas. Los científicos aseguran que la exposición temprana a los animales fortalece su sistema inmunológico, lo que les ayuda a prevenir infecciones y reduce los casos de reacciones alérgicas. Previenen las enfermedades cardíacas. 

Según la organización británica Pet Health Council, los animales de compañía mejoran la salud de sus dueños y cuidadores al contribuir a la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, dos factores de riesgo de las enfermedades cardíacas. Se debe a que, en términos generales, las personas con mascotas realizan más actividades físicas, se alimentan mejor y son menos proclives al tabaco.

 Beneficios psicológicos y educativos Las mascotas producen un sentimiento de acompañamiento y seguridad agradable y evitan que te sientas solo. En niños les ayudan a afrontar miedos e inseguridades. Además, mejoran el estado de ánimo y aportan felicidad. Si has tenido un día largo y difícil, ya sabes que al llegar en casa habrá alguien listo para contagiarte su alegría. La inocencia de los animales, sus habilidades y su ternura logran fácilmente sacar una sonrisa. Incluso en los momentos más difíciles.

 Los hallazgos, publicados en Journal of Personality and Social Psychology y reproducidos por el Huffington Post, se basan en dos experimentos. En la primera prueba, se estudiaron variables como la autoestima, la soledad, la enfermedad y la depresión. Se descubrió que los dueños de mascotas obtuvieron puntajes mucho mejores en general, demostrando tendencias menos solitarias y una mayor autoestima.

 En el segundo experimento, 56 dueños de perros respondieron diferentes preguntas relacionadas con sus mascotas. De las respuestas obtenidas, se llegó a la conclusión de que las personas con animales de compañía tenían una vida social más activa y se sentían más completos en el plano emocional. Ayuda a desarrollar el sentido de responsabilidad en los más pequeños. 

Tener una mascota en familia puede ser muy educativo para tus hijos. Cuidar de un animal doméstico significa aprender a ser respetuosos, entender las necesidades de los demás, hacerse cargo de las responsabilidades y tomar decisiones, esto favorecerá la autoconfianza y la seguridad. Pero es importante saber que el primer modelo educativo ha de darlo el adulto. También les permitirá ver y comprender el ciclo de la vida, aprendiendo a vivir un duelo y ser testigos de las diferentes etapas de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte. 

El fallecimiento del compañero peludo siempre representa un duro golpe, pero lo superarán con el tiempo y será un aprendizaje de vida. Convivir con mascotas también es una fuente de aprendizaje de valores. Los menores (y los mayores también) aprenden diversos valores con los animales, como la fidelidad, la compasión, el amor incondicional, el respeto o la empatía, entre otros. De alguna manera, los animales de compañía ayudan a realizar mejores actos y a actuar de una manera más solidaria. 

Las relaciones positivas con los animales de compañía pueden ayudar a crear vínculos de confianza con los demás, así como mejorar la comunicación no verbal, la compasión y la empatía, describe un artículo de la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y del Adolescente. Además, tener mascotas favorece la capacidad de socialización, se ha comprobado que los jóvenes que han generado un vínculo afectivo con sus animales de compañía, logran desarrollar mejor sus habilidades sociales como la conversación y la capacidad para cultivar amistades. Favorece la disminución de la agresividad. 

Los niños con problemas de agresividad se ven en la obligación de mejorar su conducta para enseñar a su mascota a comportarse de forma correcta. Además, los niveles de ansiedad y estrés disminuyen cuando juegan con su perrito, asumiendo una actitud más feliz y entusiasta. Siempre te hará sentir querido (a su manera). Los animales no te juzgan por como eres, te quieren por ser quien les cuida, y esto fomenta una relación tan especial entre mascota y dueño que con el tiempo se transforma en cariño y complicidad. 

Tener a tu mejor compañero a tu lado, te hace feliz sin darte cuenta. Solo con ver a tus mascotas tu cuerpo libera serotonina, conocida como la hormona de la felicidad. Las vemos, nos siguen a todos lados y hasta las hablamos. Desprenden un amor incondicional que hace que nos sintamos queridos y acompañados en todo momento. Por eso son una fuente de alegría, especialmente para personas solitarias o mayores.

 Los valores terapeúticos de nuestras queridas mascotas “Los animales pueden suponer un gran refuerzo a la terapia psicológica y un gran apoyo emocional”, explica Asensio. Según informa la experta, un estudio de 2015 encontró que los niños con Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) que les leían a animales reales mostraban mejoras en el intercambio, la cooperación, el voluntariado y los problemas de comportamiento que los niños con TDAH que le leían a un animal de peluche.

 “Otro estudio”, concluye Asensio, “encontró, por ejemplo, que los niños autistas estaban más tranquilos e interactuaban más en presencia de conejillos de indias que de juguetes”.

  

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