*EL SITIO DE LENINGRADO
Hoy es el aniversario del inicio del sitio de Leningrado, ciudad que resistió casi 900 días cercada por el ejército nazi.
El Asedio de Leningrado duró unos novecientos días.
Durante ese tiempo, ochocientos mil personas (un tercio de la población total de la ciudad) murieron de hambre. Esto es sin contar los cientos de miles de refugiados indocumentados que también perecieron por causa del bloqueo.
En 1941, Hitler planeaba borrar de la faz de la tierra a Leningrado (la ciudad hoy de nuevo llamada San Petersburgo).
Era la cuna de la revolución y el símbolo de la cultura rusa.
Además, en aquella época ahí se encontraba la única fábrica productora de tanques pesados, coches y trenes blindados del mundo.
Era la fábrica de Kirov, que tan solo en ese año produjo más de 700 tanques KV-1 y КV-2.
La evacuación de los habitantes de la ciudad comenzó en junio de 1941, cuando Alemania atacó a la URSS y empezó la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de los ciudadanos se negaba a dejar la ciudad, esperando que supieran defenderla. No hubo ningún plan especial para la evacuación, por eso se hizo caóticamente.
En el verano, evacuaron a cerca de 500.000 personas, pero posteriormente 175.000 de ellas se vieron obligadas a regresar.
A principios de septiembre, el ejército alemán se acercó a la ciudad de Leningrado. Hitler mandó a Moscú prácticamente todos los tanques y una parte de su ejército y él se quedó al mando del objetivo principal. Unos días después hizo una tentativa de asalto.
Durante los momentos más críticos, cuando el ejército alemán rodeó la ciudad y el destino de Leningrado pendía de un alfiler, Iósif Stalin ordenó al comandante Gueorgui Zhúkov organizar la defensa. Este supo en pocos días movilizar a los habitantes de la ciudad para la defensa. Los ancianos, mujeres y niños elevaron fortificaciones, produjeron armamento y tecnología en las fábricas, cosieron la ropa de los soldados.
Con esfuerzos increíbles, los habitantes consiguieron defender su ciudad, la ofensiva alemana fue detenida. Hitler decició matar de hambre a los habitantes de Leningrado y destruir la ciudad con bombardeos. "Los planes de los nazis pasaban por tomar la ciudad, eliminar completamente la población de la ciudad, destruir el territorio con inundaciones y borrar la ciudad de la faz de la Tierra.
La ciudad no podía rendirse", comenta Mijaíl Konstantínov, doctor en ciencias históricas. Y la ciudad no se rindió. El 12 de septiembre hicieron un recuento de todas las reservas de productos alimenticios. Eran suficientes sólo para un mes y medio. La hambre verdadera comenzó en noviembre.
Se hicieron frecuentes los casos de desmayos por hambre, la gente moría de agotamiento. Fue prácticamente imposible recibir reservas de productos alimenticios por aire, mientras que el hielo del lago Ládoga era demasiado fino y no resistía el paso de los coches.
Ya que con el comienzo del bloqueo la posibilidad de salir de Leningrado fue restringida, en el invierno de 1941-1942 comenzó a funcionar el así llamado "Camino de la Vida", que iba a través del lago Ládoga. En unos meses consiguieron evacuar cerca de 660.000 personas, en su mayoría eran niños debilitados por el hambre.
El invierno resultó muy frío y largo. Desde el otoño prácticamente no hubo electricidad, ni calefacción y dejó de circular el transporte. Para llegar al trabajo los ciudadanos gastaban sus últimas fuerzas para cruzar las calles cubiertas de enormes capas de nieve.
Unos caían agotados, otros se congelaban sin fuerzas para levantarse y seguir. Los meses más duros fueron enero y febrero de 1942.
Tan sólo la parte de la población que trabajaba pudo recibir un poco de pan. Se hicieron más frecuentes los casos de canibalismo. La situación se mejoró un poco durante la segunda mitad de 1942. Los suministros de pan se hicieron relativamente regulares.
Según los recuerdos de los participantes en aquellos sucesos trágicos, eso era una verdadera fiesta, las personas se abrazaban y lloraban de felicidad en las panaderías. En enero de 1943 los rusos consiguieron romper el bloqueo. En aquel momento en la ciudad quedaban solo 800.000 personas, mientras que el 1 de enero de 1941 la población ascendía a tres millones de ciudadanos.
La ciudad de Leningrado fue liberada por completo en un año.
El bloqueo de Leningrado duró 872 días y cobró las vidas de más de 1.2 millones de personas, más del 90 % de ellas murieron de hambre. Un 27 de enero de 1944 en Leningrado, se ponía fin a la ocupación del ejército nazi-fascista a la ciudad, tras 29 meses y aproximadamente 1,5 millones de muertos.
El enemigo llevó la muerte y la guerra a las puertas de nuestra patria y nuestras ciudades sembrando miseria, peste y sal allí por donde pisaban sus caballos blanco, negro, verde y rojo; jinetes del apocalipsis con acento bávaro que intentaron crear un Hades en nuestra tierra, intentando destruir cuanto habíamos creado y luchado, devorado por moscas y piojos
Abriendo las puertas de los edificios, las pisadas de arena que conducen hacia la nieve, dan paso al silencio sepulcral que impera tras la batalla donde descansan las heladas sombras, silencio en cada calle que ahoga los gritos, disparos y bombas.
Ahora, ya callados, ahora ya llueve Se percibe la conexión entre lo vivo y lo muerto. Edificios en pie y otros que se descombran Otra condición de la muerte es el silencio. El sonido triste de los relojes llaman a muertos tras la batalla donde quedó la clara la entereza y resistencia del pueblo soviético marcado por el hielo, la sangre, la resistencia y el acero.
Indomable pueblo y clase obrera que no se doblegó frente al enemigo que llegó a sus puertas, casas, calles y puertos intentando someterlos, pero se encontraron con una resistencia y coraje épicos que frenó al invasor. Resistencia y unidad enarbolada como una roja bandera
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