viernes, 17 de diciembre de 2021

La patronal privada de hospitales y los partidos políticos, de acuerdo: No a una ILP para Recuperar la sanidad pública

 

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  La patronal privada de hospitales y los partidos políticos, de acuerdo: No a una ILP para Recuperar la sanidad pública

 

 

 

La crisis del Covid permitió visibilizar la situación de destrucción del sistema sanitario público. En un mundo dirigido por los intereses generales, la primera prioridad habría sido reconstruir el Sistema Nacional de Salud (SNS). 

Sin embargo, casi dos años después del inicio oficial de la pandemia, y miles de millones de euros dilapidados entre empresas de todo tipo, la situación es rocambolesca: se ha dado una vuelta de tuerca más al desmantelamiento y privatización del sistema sanitario, al tiempo que se ha precarizado aún más la situación laboral de los que los medios de desinformación presentaron fugazmente como héroes.

En este contexto, desde CAS presentamos una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la “Recuperación y desprivatización del SNS”, dado que creemos que aún estábamos a tiempo de generar un debate a nivel estatal para forzar a los partidos políticos a debatir sobre el modelo sanitario que mejor respondiera a los intereses generales.

Aunque estamos curados de espantos y hemos visto de todo, la respuesta esta vez ha sido bochornosa.

Nada más conocerse nuestra ILP, la patronal de hospitales clamaba en un artículo contra su aprobación, y los partidos políticos que componen la Mesa del Congreso (Unidas Podemos, PSOE, PP y Vox), se pusieron de acuerdo para bloquearla, impidiendo que la población pueda opinar sobre el modelo sanitario que prefiere.

Nuestra ILP de ser aprobada, paralizaría las privatizaciones, rescataría los centros privatizados, universalizaría la asistencia, obligaría a crear un sistema público de farmacia, salvaría de la muerte a la atención primaria, y garantizaría la atención sanitaria de calidad para nuestros mayores de las residencias dentro del sistema público de salud.

Ni los partidos políticos, ni la sanidad privada defienden los intereses generales de la población, sino los de los accionistas.

 


 

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