Con Pablo, hay partido
* *
OPINIÓN
Me
sorprende que a estas alturas de la película todavía haya gente que
crea que, por no vivir en Madrid, no va a afectarles lo que suceda en
las elecciones para presidir la comunidad madrileña.
Nos afecta y mucho. Si la ultraderecha alcanza el poder en la capital, estamos perdidos, su veneno acabará alcanzándonos.
El
enemigo es muy fuerte, está financiado por los grandes poderes
económicos y, en consecuencia, controla los medios de comunicación,
instrumento clave para influir y crear corrientes de opinión en la
ciudadanía.
Su campaña va a estar basada en el trumpismo, van a utilizar la mentira, la difamación y el miedo para blanquear el fascismo y criminalizar todo aquello que huela a izquierda. Bombardearán diariamente con calumnias, nos acusarán de querer cercenar las libertades, de intentar destruir la economía y tratar de romper España.
El terrorismo, Venezuela, Cuba y los tropecientosmil millones de muertos del comunismo resurgirán con más fuerza que nunca. Buscarán la confrontación y el barro en todo momento. Es ahí, en el lodazal, en la mierda, dónde mejor se mueven.
Y no podemos darles el gusto de entrar a ese juego, un juego dónde no tenemos nada que ganar y sí mucho que perder. Que no sean ellos quiénes nos marquen la hoja de ruta. No caigamos en esa trampa.
Es el momento de cambiar de estrategia.
Es
hora de reflexionar y ser pragmáticos, hora de dejar a un lado los egos
y el purismo, hora de ser humildes y pensar en el bien común. Hagamos
campaña en positivo, desde la propuesta.
Hay que hacer ver que no es lo mismo apostar por lo público que por las privatizaciones, que no es igual defender el empleo digno que la explotación, que no es lo mismo pelear por el futuro de las pensiones que enriquecerse impulsando planes de pensiones privados, que no es lo mismo construir vivienda pública que inflar burbujas para fondos buitre, que invertir en investigación y desarrollo no es igual que especular, que apostar por la investigación, la ciencia, la educación y la sanidad no es igual que empujar a la juventud a buscarse la vida más allá de nuestras fronteras.
Hay que hacer ver que la corrupción, el fraude y el engaño no pueden ser jamás un valor y deben ser perseguidos.
¿Que
hay que hacerlo por separado? Hagámoslo, pero desde el respeto. No nos
desgastemos en guerras fraticidas y estériles y pongámonos a remar en la
misma dirección
. Lo importante no es si Mónica García, Errejón o Iglesias son más guapos o más feos, no importa que nos caigan mejor o peor, esto no va de nuestras querencias, no va de filias y fobias.
Ya tendremos tiempo a limar asperezas, lo importante ahora es ganar las elecciones para poder construir una sociedad mejor y más justa.
Si somos capaces de hacerlo, la utopía estará más cerca.
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