El norte de China y Beijing están siendo afectadas por la peor tormenta de arena experimentada en una década.
La capital de China "se ahogaba" desde el lunes con arena y
polvo, cuando la tormenta de arena más grande en casi una década azotó
la ciudad y transformó el cielo en un misterioso tono naranja.
Fotos de Beijing, hogar de 21,7 millones de residentes, muestran
rascacielos y automóviles envueltos en una espesa neblina. Los índices
de calidad del aire registran una calificación de "peligrosos" y las
autoridades aconsejan a los residentes que permanezcan adentro.
Sin embargo, muchos trabajadores desafiaron las condiciones
climáticas y caminaron o montaron bicicleta a través de los fuertes
vientos arenosos. La visibilidad era tan mala en algunas partes
de la ciudad que los conductores tuvieron que encender las luces,
aunque era mediodía.
El fenómeno disparó los ya altos niveles de contaminación acumulados en las últimas semanas.
La
tormenta se originó el domingo en la vecina Mongolia, donde hasta ahora
ha dejado 10 muertes y cientos de desaparecidos.
Debido
a la escasa visibilidad, fueron cancelados más de 400 vuelos, que
representan el 21 por ciento de todos los vuelos en los aeropuertos
Daxing y Capital.
Las
fuertes ráfagas de viento, de entre 18 y 34 metros por segundo, y de
nieve provocaron que nueve personas murieran en la provincia de
Dundgovi.
Los rascacielos del centro de Beijing parecían haber desaparecido de la vista entre el polvo y la arena.
Se
emitió la aleta azul debido a las tormentas de arena que se espera que
continúen su efecto desde el noroeste de China hacia las regiones del
este.
El
Centro Meteorológico Nacional anunció quela arena y el polvo flotante
cubran partes de Hebei, Beijing, Shandong, Anhui, Jiangsu y Hubei, junto
a las autoridades autónomas de Mongolia Interior y Sinkiang Uigur.
Desastres Naturales
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