martes, 15 de diciembre de 2020

Estados Unidos admite crimen de Allende

 

Salvador Allende

 

Documentos desclasificados en poder del Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, revelados a mediados de noviembre en Washington, confirman lo que antes ya habían denunciado las fuerzas progresistas en América Latina: que la administración de Estados Unidos fue la que concibió el golpe de Estado y posterior asesinato del presidente socialista de Chile, Salvador Allende.

  

Una serie de conversaciones y documentos puestos a la luz pública indican que la administración del entonces presidente Richard Nixon planificó una estrategia intervencionista en Chile apenas se confirmaron los resultados de las elecciones que le dieron la victoria a la Unidad Popular y elevaron al cargo de presidente a Allende.

 

Uno de los archivos revela la conversación que sostuvieron el presidente Nixon y varios de sus funcionarios para evaluar qué rol debería cumplir el gobierno de Estados Unidos ante la victoria de Allende en los comicios del 4 de septiembre de 1970.

 

 En un memorando del 5 de noviembre de ese año, el consejero de Seguridad Nacional, Henry Kissinger alertaba a Nixon sobre “la decisión más histórica y difícil en asuntos exteriores que debería tomar la Casa Blanca para evitar la influencia de Allende en el continente.

 

Fin al sueño socialista

 

El secretario de Defensa para la época, Melvin Laird, decía: “Tenemos que hacer todo lo posible para lastimar a Allende y derrocarlo”.

 

 En una conversación con Kissinger, Nixon dijo: “Si Allende puede demostrar que puede establecerse una política marxista antinorteamericana, otros harán lo mismo. Kissinger por su parte agregó: “Tendrá efecto incluso en Europa. No sólo en América Latina”.

 

Después de estas conversaciones, vino el bloqueo económico, la negativa a créditos de la banca internacional, y tres años después del triunfo de la Unidad Popular, el sangriento golpe de Estado, que puso fin al sueño socialista.

 

Como se sabe, los episodios de Chile, son apenas un eslabón en la cadena de intervenciones militares directas o a través de terceros, de golpes de Estado y toda suerte de injerencias norteamericanas en los destinos de América Latina.

 

 

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