Un político ultra pone un tuit en el que justifica al asesino de Wisconsin Kyle Rittenhouse
Cada día, Vox descubre un poco más su verdadero rostro supremacista y xenófobo. La diputada Rocío de Meer ha denunciado, durante una sesión en la Diputación Permanente del Congreso, que el “multiculturalismo”
es el gran problema de España. “Yo sé que a ustedes no les afecta, pero
a muchos españoles sí.
El multiculturalismo funciona muy bien entre
jeques árabes, banqueros y presidentes de consejos de administración,
pero funciona muy mal en El Puche de Almería, en Níger, en El Raval de Barcelona y en Lavapiés.
¿Creen que los españoles van a permitir que sus barrios se conviertan en Molenbeek?”, preguntó Meer a los responsables del Gobierno en alusión a una de las zonas más populosas de Bruselas, de donde han salido algunos de los terroristas que después han participado en atentados suicidas del Daesh.
Las declaraciones de la diputada de Vox en contra de los extranjeros
son gravísimas.
El multiculturalismo promueve la integración social, la
asimilación y riqueza cultural y en definitiva el derecho a la igualdad,
sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de raza, tal
como consagra la Constitución Española del 78, esa
misma que tanto le gusta a la extrema derecha española.
El
multiculturalismo, en su esencia, busca el “mosaico cultural”, el
“crisol de razas” como forma de avanzar en el ideal humanista de
hermanamiento entre los pueblos de la Tierra. No hay en el siglo XXI una ideología tan hermosa como esa.
Pero una vez más, el partido de Santiago Abascal
rechaza todo lo que tenga que ver con la paz, la fraternidad, la
integración, la igualdad y la prosperidad de todas las personas y los
pueblos sin distinción.
De alguna manera, Vox sigue instigando la guerra
y la violencia social, el apartheid y el supremacismo blanco y
colonial.
En definitiva, lo que buscan los elitistas de la nueva extrema
derecha española es agitar la coctelera del odio, el fanatismo y el
negacionismo de la realidad.
Cualquier día justifican la caza al negro,
como ya ha hecho ese político ultra en un mensaje en Twitter en el que llega a pedir “más Kyle Rittenhouse y menos George Floyd”
(es decir, más asesinos masivos armados con rifles de repetición
dispuestos a emprender matanzas indiscriminadas en las calles de Wisconsin y menos activistas antirracistas defensores de los derechos civiles).
Para la diputada De Meer, el problema más grave es “la inmigración irregular en España, alentada por el Gobierno Sánchez-Iglesias
con políticas irresponsables y anuncios de nacionalizaciones masivas”.
“¿Hasta cuándo creen que van a seguir engañando a los españoles?
Un año
más, la invasión migratoria ha protagonizado el verano, y los españoles
lo saben, y lo que llama la atención es que fuerzas como el Partido
Popular −que ha gobernado años− son también responsables del papel
protagonista de asociaciones como Open Arms, que una vez gestionó y lo hizo exactamente igual que ahora.
Este fin de semana 300 inmigrantes ilegales han asaltado la valla de Melilla; Ceuta está colapsada, más de 420 llegadas a Almería, Alicante, Murcia y Canarias. 120 argelinos en libertad en Almería, sin ningún control… Canarias con llegadas que aumentan un 520% con respecto al año anterior”.
Todas las cifras que aporta Vox están manipuladas mediante la técnica de
la descontextualización, ya que los datos son similares año tras año y
nada induce a pensar que exista un repunte de la inmigración ilegal.
Sin
embargo, la formación verde trata de transmitir a la opinión pública la
sensación y apariencia de que España vive una incontenible invasión de
inmigrantes extranjeros que en realidad no existe. El partido verde es
experto en crear realidades paralelas alternativas, mundos ficticios, a
base de datos falsos y bulos en las redes sociales.
El problema es que
el discurso cala en aquellas zonas rurales del sur del país azotadas por
la crisis económica.
La indignación popular por la ruina que deja la
pandemia es canalizada por la extrema derecha de Vox, que busca un
culpable y un chivo expiatorio: el inmigrante (Hitler ya lo hizo con los judíos en los años 30 del pasado siglo) y el Gobierno de coalición,
al que acusa sin datos de participar en una especie de gran conjura
internacional para dejar entrar a las personas procedentes del norte de África
con el único fin de acabar con la cultura cristiana y contaminar la
pureza de la sangre española.
Todo lo cual apesta bastante a discurso
rancio pseudofascista.
Lo que hay detrás de esas declaraciones de De
Meer no es más que el reaccionarismo más trasnochado y violento y unas
ideas peligrosamente racistas que podrían homologarse perfectamente al
discurso próximo al Ku Klux Klan que mantiene Donald Trump en Estados Unidos.
Esta gente empieza a dar mucho miedo.
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