Más de 5.000 euros por huir de España en patera hacia Marruecos
Es el mundo al revés: tan pronto como el 26 de marzo la Guardia Civil y la Policía de Ceuta advertían de haber detectado a grupos de marroquíes escapando del confinamiento español que tratan de escapar para regresar a su país. Días después grupos de marroquíes residentes hacían un anuncio a prensa dirigido al Gobierno de España y Marruecos para solicitar la repatriación.
Ahora una investigación de El País identifica
que al menos 100 personas han salido en dirección al país africano.
Pateras que no vienen a España, sino que salen de ella. Una situación
completamente insólita, impensable meses atrás.
A finales de marzo un grupo de unos 100
marroquíes embarcó en dos botes inflables para volver de forma
clandestina a su país, intentando saltarse las nuevas restricciones
fronterizas decretadas tanto por Marruecos como por España. Según
fuentes policiales cada uno pagó 5.400 euros por el viaje.
Además
los marroquíes fueron sorprendidos por enormes olas que les
mantuvieron en el mar un día entero, al no poder desembarcar tuvieron
que pagar 300 euros más a uno de los mafiosos para poder llegar a la
playa de Larache. Reflejando la flexibilidad y adaptación de las mafias
organizando viajes para huir de la covid-19.
Una vez en tierra, el grupo se dispersó
para esconderse de las autoridades. Marruecos es, tras Suráfrica y
Egipto, el tercer país africano más afectado por la covid-19, con 2.855
casos confirmados, y sus restricciones son severas.
Los gendarmes, encargados de hacer cumplir el confinamiento y alertados del desembarco, iniciaron una investigación, con búsquedas casa por casa, para atraparles y evitar que se convirtiesen en un foco de contagio. Al menos uno de ellos fue localizado acurrucado en un horno de barro de un pueblo.
Los gendarmes, encargados de hacer cumplir el confinamiento y alertados del desembarco, iniciaron una investigación, con búsquedas casa por casa, para atraparles y evitar que se convirtiesen en un foco de contagio. Al menos uno de ellos fue localizado acurrucado en un horno de barro de un pueblo.
El inicio del Ramadán (el mes sagrado
para los musulmanes) ha sido también una de las causas que ha hecho que
muchos marroquíes y argelinos intenten volver a sus casas. Algunos
son trabajadores transfronterizos que cumplían su jornada laboral en
Ceuta y Melilla justo cuando Marruecos cerró sus fronteras el 13 de
marzo.
Además el grupo de marroquíes no ha sido el único que ha intentado volver a su país, la prensa argelina ha informado también sobre tres barcos con 12 migrantes en el noroeste de Argelia, según informa El Pais.
Además el grupo de marroquíes no ha sido el único que ha intentado volver a su país, la prensa argelina ha informado también sobre tres barcos con 12 migrantes en el noroeste de Argelia, según informa El Pais.
Marruecos no quiere a los suyos: el
13 de marzo el país cerraba sus fronteras y, a diferencia de la mayoría
de los países (en España hemos repatriado a más de 20.000 en este mes y
medio) y de las presiones del Ministerio de Exteriores español, no
permitía el regreso.
Se trató de una medida especialmente cruenta por la existencia de los transfronterizos, trabajadores con jornada laboral en Ceuta o Melilla que, al pillarles la orden trabajando, no les permitió regresar.
Se trató de una medida especialmente cruenta por la existencia de los transfronterizos, trabajadores con jornada laboral en Ceuta o Melilla que, al pillarles la orden trabajando, no les permitió regresar.
Esta contramigración ha creado
incertidumbre en Marruecos y la cuestión ha llegado al Parlamento: "Le
preguntamos sobre las medidas de precaución y las medidas adoptadas para
someterlos a cuarentena para evitar la transmisión y propagación de la
infección", registró en una pregunta parlamentaria la diputada Rita
Hatimi.
Mundo paradojal: tan
pronto como el 26 de marzo la Guardia Civil y la Policía de Ceuta
advertían de haber detectado a grupos de marroquíes escapando del
confinamiento español que tratan de escapar para regresar a su país.
Días después grupos de marroquíes residentes hacían un anuncio a prensa
dirigido al Gobierno de España y Marruecos para solicitar la
repatriación.
Ahora una investigación de El País identifica
que al menos 100 personas han salido en dirección al país africano.
Pateras que no vienen a España, sino que salen de ella. Una situación
completamente insólita, impensable meses atrás.
A
finales de marzo un grupo de unos 100 marroquíes embarcó en dos botes
inflables para volver de forma clandestina a su país, intentando
saltarse las nuevas restricciones fronterizas decretadas tanto por
Marruecos como por España. Según fuentes policiales cada uno pagó 5.400 euros por el viaje.
Además los marroquíes fueron sorprendidos por enormes olas que les
mantuvieron en el mar un día entero, al no poder desembarcar tuvieron
que pagar 300 euros más a uno de los mafiosos para poder llegar a la
playa de Larache. Reflejando la flexibilidad y adaptación de las mafias
organizando viajes para huir de la covid-19.
Una
vez en tierra, el grupo se dispersó para esconderse de las autoridades.
Marruecos es, tras Suráfrica y Egipto, el tercer país africano más
afectado por la covid-19, con 2.855 casos confirmados, y sus
restricciones son severas. Los gendarmes, encargados de hacer cumplir el
confinamiento y alertados del desembarco, iniciaron una investigación,
con búsquedas casa por casa, para atraparles y evitar que se
convirtiesen en un foco de contagio. Al menos uno de ellos fue
localizado acurrucado en un horno de barro de un pueblo.
El
inicio del Ramadán (el mes sagrado para los musulmanes) ha sido también
una de las causas que ha hecho que muchos marroquíes y argelinos
intenten volver a sus casas. Algunos son trabajadores transfronterizos
que cumplían su jornada laboral en Ceuta y Melilla justo cuando
Marruecos cerró sus fronteras el 13 de marzo. Además el grupo de
marroquíes no ha sido el único que ha intentado volver a su país, la
prensa argelina ha informado también sobre tres barcos con 12 migrantes
en el noroeste de Argelia.
Marruecos no quiere a los suyos: el
13 de marzo el país cerraba sus fronteras y, a diferencia de la mayoría
de los países (en España hemos repatriado a más de 20.000 en este mes y
medio) y de las presiones del Ministerio de Exteriores español, no
permitía el regreso. Se trató de una medida especialmente cruenta por la
existencia de los transfronterizos, trabajadores con jornada laboral en
Ceuta o Melilla que, al pillarles la orden trabajando, no les permitió
regresar.
Esta contramigración ha
creado incertidumbre en Marruecos y la cuestión ha llegado al
Parlamento: «Le preguntamos sobre las medidas de precaución y las
medidas adoptadas para someterlos a cuarentena para evitar la
transmisión y propagación de la infección», registró en una pregunta
parlamentaria la diputada Rita Hatimi.
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