Los científicos alertan de que no se trata de un problema local sino que tendrá consecuencias en el clima global.
Mezcladas con las imágenes de koalas heridos siendo trasladados a
parques silvestres y las de cientos de hogares destruidos en una ciudad
envuelta en llamas se encuentran las imágenes apocalípticas de fenómenos
climáticos raros: neblina anaranjada cubriendo el cielo de la Isla
Norte de Nueva Zelanda, tormentas de fuego en la atmósfera de Nueva
Gales del Sur y humo llegando hasta América del Sur.
Los incendios forestales en Australia son tan masivos que
provocan patrones climáticos generalizados y alteran el medio ambiente
en todo el mundo, no solo emiten una gran cantidad de gases de efecto
invernadero sino que además las partículas en el polvo y el humo
resultantes pueden atrapar aún más el calor dentro de la
atmósfera, calentando aún más el planeta.
Nubes Cumulonimbus
Uno de los tipos de nubes más llamativos son los cumulonimbus, nubes
densas, potentes y gigantescas. Son creadas por el calor y el humo de
los incendios forestales, formando enormes estructuras similares a
chimeneas que tienen las mismas características violentas de una
tormenta eléctrica.
En 2018, los científicos climáticos descubrieron que estas nubes
pueden perturbar la atmósfera a niveles similares a las erupciones
volcánicas, con el humo persistiendo incluso meses después de
desaparecida la nube.
Cortinas de humo
Los incendios de Australia provocaron un gran volumen de dióxido de
carbono, hollín, contaminación por partículas finas y gases de efecto
invernadero, cubriendo no solo el cielo del sur australiano sino también
partes de Nueva Zelanda y Sudamérica.
Se estima que los incendios forestales alrededor del mundo
son responsables de aproximadamente el 5 a 10% de las emisiones totales
de CO2 anualmente.
Y mientras algunos de estos gases pueden provocar un enfriamiento
temporal al volver a la atmósfera más reflectante otros atrapan el calor
y conducen a aumentos en la temperatura atmosférica.
Por otra parte, el humo puede contaminar el aire amenazando nuestro
bienestar e incluso, si llega a regiones como el Ártico, Alaska y
Groenlandia, el hollín puede acelerar el derretimiento de las capas de
hielo y los glaciares.
Y aunque la cobertura de los medios internacionales sobre esta crisis
fue en aumento, algunos argumentan que no se está respondiendo
adecuadamente a los incendios de Australia al tratarlos como "una
noticia local aterradora, pero no apocalíptica".
Los científicos alertan de que no se trata de un problema local sino que tendrá consecuencias en el clima global. .
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