Este lunes por la noche llegaba un aviso a ‘Dejando Huella’ de
un gato que se encontraba escondido debajo de un coche en Albacete
capital en muy malas condiciones: sucio, con el hocico bañado en sangre y
un ojo desprendido de su cuenca; tal y como ha informado la propia
asociación animalista en nota de prensa.
Tras su captura, el pequeño de dos años al que llamaron Otis, fue
ingresado de urgencia en la clínica veterinaria, donde se pudo comprobar
que, además de sus heridas visibles, tenía una fuerte infección.
Pasó
la noche a la espera de poder estabilizarse para realizar más pruebas,
pues su estado era crítico y su pronóstico, reservado
Este martes, más estable, se pudo
confirmar que Otis «tiene la mandíbula rota por un fuerte golpe,
seguramente una agresión, para lo cuál necesitará ser intervenido para
colocarle un cerclaje mandibular (procedimiento que une los huesos de la
mandíbula con alambre)», indican desde Dejando Huella.
Sumado al golpe,
en sus radiografías se puede observar que «tiene un balín de plomo
alojado en el cráneo aunque, por suerte, no ha llegado al cerebro. Esto
refuerza la teoría de la agresión».
Han confirmado también los
veterinarios que «ha perdido totalmente un ojo».
Este viernes será
intervenido en el Hospital Veterinario de Novelda.
Para finalizar, desde Dejando Huella
manifiestan que «Otis es solo otro caso más de maltrato animal que
quedará impune, vacío de culpables, pero, esperamos, no invisible.
Que
su dolor y sufrimiento sirva para darles voz a aquellos que perecen en
las calles ante la falta de humanidad, ya bien sea por agresión o por
mirar hacia otro lado ante su necesidad», concluyen.
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