El Tren Maya es un “proyecto de muerte”, acusan representantes indígenas
Durante su participación en la
presentación de una herramienta de visualización cartográfica en línea
que permite analizar el impacto de los megaproyectos en la zona,
desarrollada por Geocomunes y el CCMSS, los integrantes de las
comunidades mayas denunciaron el despojo y la división de la que son
objeto con este proyecto de desarrollo.
Pedro
Uc, de la localidad de Buctzotz e integrante de la Asamblea de
Defensores del Territorio Maya, aseguró que con el cambio de
administración esperaban una mejora en las condiciones de los habitantes
de la región, prometidas en dos o tres campañas anteriores, sin
embargo, se encontraron con la noticia de un Tren Maya.
“Nunca
las comunidades pedimos, de tantas solicitudes que hacemos al estado,
un Tren Maya, y además deciden ponerle este apellido”, cuestionó.
Además,
denunció que por años la palabra maya se ha convertido en una “divisa
importante” hasta en los periódicos, pero manifestó que ello sólo se
traduce en la devastación del territorio, la naturaleza y del tejido
comunitario, “que está rasgado herido”.
Como
defensor del territorio, Pedro exigió respeto a los pueblos originarios
y a sus formas de vida, así como al derecho a una consulta en la que
verdaderamente se tome en cuenta su opinión, pues históricamente, acusó,
estas sólo han servido para cumplir un requisito y legitimar los
megaproyectos.
Denunció que derivado
de la compra de terrenos para la construcción del Tren Maya realizada
por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), la especulación
inmobiliaria ha aumentado y se prevé que los centros urbanos, que
actualmente albergan a 12 mil habitantes, se expandan a unos 50 mil.
Asimismo,
dijo que empleados de gobierno de diversas dependencias, en especial de
la Secretaría de Energía (Sener), están presionando a las comunidades
para que cedan sus tierras y acepten los proyectos energéticos.
El proyecto del tren que recorrerá varios estados del sureste mexicano y atravesará diversas comunidades indígenas se ha presentado entre falacias, omisiones e ignorancia de la 4T. Luis Hernández Navarro entrevista a Magdalena Gómez, investigadora de la UPN y abogada especialista en derecho indígena.
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El tren maya - A Contracorriente
El proyecto del tren que recorrerá varios estados del sureste mexicano y atravesará diversas comunidades indígenas se ha presentado entre falacias, omisiones e ignorancia de la 4T. Luis Hernández Navarro entrevista a Magdalena Gómez, investigadora de la UPN y abogada especialista en derecho indígena.
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El
dirigente indígena refirió que para el despojo de tierras las
autoridades federales se valen de “coyotes” que ofrecen dinero por
sentarse a escuchar las características del proyecto y luego los hace
firmar una lista de asistencia que después, sin que los pobladores se
enteren, se convierte en un contrato de la compra venta de las
propiedades.
Asimismo, indicó que
dichos “coyotes” abusan de la buena fe de las comunidades porque la
mayoría de las personas de esa región no hablan español.
Wilma
Esquivel, vicepresidenta del Centro comunitario U Kuuchil K Chibalom,
habitante de Carrillo Puerto y miembro del Concejo Indígena de Gobierno,
lamentó también el desprecio oficial a su cultura.
“Nos
preocupa esta idea de desarrollo que viene de fuera, nos han dicho que
el campo no sirve, que el campo no da y que nuestra forma de ser, vivir y
ver el mundo no es válida”, dijo y alertó que
gran
parte de su cultura está siendo arrasada por la lógica económica que
demanda a los dueños de la tierra, territorio maya, como empleados del
sector turístico e industrial, “¿en qué momento nos escupieron de ahí?”
Con el desarrollo, prosiguió, llega también otros problemas: feminicidios, crimen, violencia y miedo.
Las
ciudades, apuntó, no están hechas para nosotros, están diseñadas para
aquellos que tienen dinero para gastarlo. “A nosotros nos discriminan”,
subrayó.
Wilma expresó su absoluto rechazo a convertir su tierra en otro Cancún al que calificó como símbolo de la destrucción.
“Tenemos mucho que decir como pueblos, pero no nos preguntan. Siguen pensando que somos ignorantes”, lamentó.
A
pesar del oscuro panorama, Wilma hizo un llamado a las comunidades para
sumar esfuerzos y detener el proyecto del Tren Maya y hacer frente a
los proyectos de muerte.
“Aunque para
muchos la cultura maya ya colapsó, nosotros estamos vivos; somos una
cultura maya viva y no podemos permitir que acaben con nosotros”,
sentenció.
Los voceros de las
comunidades mayas, expresaron que ya se encuentran analizando una serie
de amparos y medidas legales para frenar el Tren Maya.
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