El actual régimen borbónico-franquista del 78, está DESACREDITADO e ILEGITIMIZADO como “estado de derecho”, por su CONNIVENCIA, ASIMILACIÓN y ACEPTACIÓN jurídica de la CRIMINALIDAD franquista
NADA, ABSOLUTAMENTE NADA NI NADIE, justifica los miles de ASESINATOS del franquismo.
Mientras el franquismo siga SIENDO LEGAL, el actual régimen ES ILEGÍTIMO,
y eso es así por encima de plebiscitos, elecciones, parlamentos,
consensos, constituciones del 78, referéndum, senado, pactos, mayorías
electorales, documentación, aforados, audiencias nacionales o
territoriales, diputaciones, comisiones parlamentarias, ministerio
fiscal, prensa, poder judicial, conferencias episcopales, borbones,
tribunal supremo, poder mediático, tribunal constitucional, unión
europea (a quienes les trae sin cuidado todo esto), y toda la
legislación del actual RÉGIMEN, que ES ILEGÍTIMO mientras ASUMA en su estructura CONSTITUCIONAL la IMPUNIDAD de los CRÍMENES del FRANQUISMO. NADA, NADA, NI NADIE, JUSTIFICA los CIENTOS de MILES de CRÍMENES FRANQUISTAS (1 y 2).
Quien lo haga se convierte en cómplice.
Borbones y franquistas son interdependientes, la corona está anclada en el franquismo, la ilegitimidad del actual régimen se asienta en la impunidad de las víctimas del franquismo.
Los asesinatos cometidos por los fascistas pueden superar el cuarto de millón, hay 150.000 Republicanos desaparecidos, ciudadanos de un régimen legítimo ¿Es eso lo que la actual derecha franquista pretende justificar?
El actual régimen, en la medida que continua manteniendo al franquismo en la legalidad, no puede reconocerse a sí mismo como un estado de derecho legítimo, es así por mucho que a borbones, PP, vox o C’s les guste llenarse la boca hablando de legalidad.
El actual régimen nunca ha dedicado una mención a las decenas de miles de ejecuciones realizadas por los franquistas, judiciales (e ilegales) y extrajudiciales, violaciones, torturas, expropiaciones, robos, malos tratos, muertes por hambre, sufrimientos, saqueos, palizas, víctimas.
El repugnante régimen franquista, el mas despreciable, cruel, lamentable y miserable de la historia de España, ha sido la partera directa, institucional y jurídica del actual régimen, que en la medida que no ilegaliza aquellas barbaridades, las acepta, asume, con las excusas más incoherentes, convirtiéndose, en este aspecto, en un régimen vergonzante, lo que le desautoriza, cuando la necesaria decisión de ilegalizar al franquismo, sus leyes, sus decisiones judiciales, sus consecuencias, convertiría al actual régimen en un ejemplo democrático de alta calidad.
Está en su mano, pero no es capaz. Falta valor, decisión, altura de estado. Hay que hacerlo, puede hacerlo, y no lo hace.
En numerosas ocasiones, organismos jurídicos internacionales han dejado muy claro la NO PRESCRIPCIÓN de los crímenes franquistas. Mientras que el franquismo, sus leyes, sus decisiones, sus acciones, sus ejecuciones, sus asesinatos, sigan siendo legales, el actual régimen del 78, aunque no lo desee, ES PARTICIPE de tales crímenes, sus protagonistas palabrotean llamándose “constitucionalistas”, insisten en “no mirar al pasado”, en la “guerra del abuelo”.
La situación ronda la esquizofrenia, el actual régimen incorpora en su naturaleza los crímenes franquistas, son legales, no se ponen en duda. El actual “estado de derecho” incluye en su herencia directa a la represión franquista, forma parte de las particularidades asumidas normalmente por el sistema vigente. Aquí “no ha pasado nada”.
Los bandos de guerra emitidos por los militares sublevados en julio de 1936 quebraron el ordenamiento jurídico español, cualquier individuo podía verse sometido a un procedimiento militar, juzgado en consejo de guerra sumarísimo con la imposición de pena de muerte de inmediata ejecución.
Las medidas previstas incluían que “..las directivas de las organizaciones Republicanas serán pasados por las armas, sin formación de causa, e igualmente un número igual de afiliados arbitrariamente elegidos..”.
Quedaba perfectamente establecida como norma fundamental del régimen fascista la absoluta preeminencia de la justicia militar sobre la civil, quedando sometidos a la primera delitos que se recogían en el Código Penal como contrarios al Orden Público.
Muchos juristas han puesto de manifiesto la ilegitimidad de estos bandos, dictados por autoridades que no estaban capacitados para ello de acuerdo con la legislación vigente, que, además, no permitía la ampliación de las penas ni la extensión de la jurisdicción militar a nuevos supuestos.
Los militares sublevados no podían legítimamente declarar el estado de guerra, ni podían crear ni ampliar los tipos delictivos, ni fijar penas distintas, ni agravar las preexistentes. La lealtad a la República se convirtió en rebelión militar.
El Código de Justicia Militar vigente durante la II República señalaba que eran reos de rebelión militar “los que se alcen en armas contra la Constitución del Estado Republicano, contra el presidente de la República, la Asamblea Constituyente, los Cuerpos colegisladores o el Gobierno provisional y legítimo”.
Serían precisamente acusados de rebeldes aquellos que se habían mantenido leales a los poderes Republicanos legítimos, los militares felones adquirieron por fuerza bruta el poder ilegítimo y todos los que se opusieron a ese movimiento eran rebeldes.
La “jurisdicción” franquista y los posteriores tribunales especiales ejecutaron con toda precisión y frialdad una política de exterminio de Republicanos y demócratas, combinando la eliminación física, mediante ejecuciones extrajudiciales, ejecuciones bajo pena de muerte, encarcelamiento masivo y discriminación de los vencidos en todos los ámbitos.
Los consejos de guerra franquistas se caracterizaban por la ausencia total de garantías, meros trámites para aplicación de venganzas. No había ningún límite para la permanencia en prisiones, bien por denuncias o por decisión de las nuevas autoridades, dejando abierta la posibilidad de malos tratos y torturas.
Tras las cárceles, los tribunales militares del ejército mercenario franquista emitían acusaciones muy variadas: haber sido diputado, alcalde o concejal, miembro de Comités Revolucionarios o de Defensa, o del Frente Popular, intervención en el ejército Republicano, miliciano armado, guardia y controles en carreteras, alcanzar graduación en el “ejército rojo”, miembro de partidos o sindicatos de izquierda, interventor en las elecciones de febrero de 1936, directivo de algún sindicato, votante de izquierdas, etc, etc.
Tras la condena a muerte por adhesión a la rebelión, pasaban en las cárceles donde permanecían hasta que se ejecutaba la sentencia, confirmada por el Capitán General de la Región, y con el ”firmado” de Franco. El reo escuchaba la sentencia, a menudo se negaba a firmar, curas trataban de forzar al acusado a confesión. Muchos presos marcharon a la muerte cantando canciones revolucionarias o dando vivas a la República.
En fechas recientes grupos de “militares franquistas” retirados han manifestado claramente que durante decenas de años de transición inmodélica, franco ganó la guerra, la postguerra y la transición. Si el llamado “ejército de España” representa solo a franquistas y derechistas y no representa a Todos los españoles “NO ES EL EJÉRCITO DE ESPAÑA”, que debe ser el de todos.
Quienes utilizan de esa forma tan fácilmente el nombre de España representan solo a los fascistas, y no a los muchos españoles anti-franquistas.
Cuando franquistas y seguidores se quejan de ofensas a la actual bandera rojigualda, olvidan que quien agraviaron a la bandera borbónica fueron los franquistas, metiendo en España a 30.000 nazis y 70.000 fascistas equipados con enorme cantidad de letal aviación, armamento, artillería, 10.000 viriatos, y mercenarios, 50.000 moros, tabores de regulares, 40.000 legionarios, operación que se pagó durante los años de la 2ª guerra mundial, enviando trenes con equipos y alimentos para las tropas nazis, mientras las clases populares en España se morían literalmente de hambre.
Usaron esa bandera como estandarte, en cientos de miles de actividades criminales de muy largo alcance contra ciudadanos de una República legítima, una población de valientes paisanos españoles que les aguantaron 3 años.
Fueron los franquistas quienes afrentaron, ultrajaron gravemente la rojigualda emparejandola con la nazi, el mal absoluto, los peores asesinos de la historia de Europa. No se extrañen si tantos españoles recelan con desagrado de esa bandera.
Para limpiarla hay que ilegalizar el franquismo completamente, y eliminar todo su monumentalismo y simbología de pueblos, ciudades, y campos de nuestra patria España.
El actual régimen considera un peligro a la seguridad jurídica declarar ilegal o nula la deportación a los campos nazis de miles de españoles, que fueron declarados apátridas por el estado franquista. TODAS las VÍCTIMAS del FRANQUISMO siguen siendo consideradas CRIMINALES, y sus tribunales y sentencias se tienen por LEGALES por el actual régimen del 78.
Miguel Hernández es legalmente, en la actual España “constitucionalista”, un convicto, reo de traición, condenado a muerte, indultado por el franquismo; el fusilamiento por los franquistas de Julián Zugazagoitia, ministro de la República, es UN ACTO LEGAL en la actual España, ESTA ES LA LEGALIDAD DEL RÉGIMEN DEL 78. Esta es la realidad del actual “estado de derecho” y de su bandera franquista.
TODOS los CRÍMENES FRANQUISTAS, JUDICIALES y EXTRAJUDICIALES siguen siendo LEGALES según el actual régimen del 78, que no es capaz de acabar con esta situación, no es capaz de legitimizarse. La cobardía, la connivencia con los asesinos, los intereses económicos y de poder, el sometimiento a los franquistas, les mantiene anquilosados en esta anormal parodia en la que se excusan llamándose “constitucionalistas”.
El actual régimen incorpora en sus entrañas al fascismo franquista, la bestia sigue allí, no está dormida ni latente, sino bien despierta, atenta, alerta, garras y dientes preparadas, pusilánime ante el fuerte, agresiva con el débil, así fue siempre el franquismo, y así son los que actualmente siguen viviendo de lo que rezuma el detrito del franquismo.
Está incrustado, vivo, gobernando, dirigiendo, chantajeando, instando a la mediocridad, a la corrupción, a la mentira, al engaño, utilizando obscenamente las estructuras mediáticas para humillar al espíritu de los españoles, arruinando la vida española, protagonizando la muerte de nuestra patria.
El franquismo debe ser ilegalizado en su totalidad, por eso los derechistas insisten tanto en “OLVIDAR“, en que no se hable de los crímenes del régimen franquista.
Les preocupa La verdad histórica, porque pone de manifiesto su ilegitimidad, ya que ellos son los herederos del franquismo, de sus leyes, de sus decisiones, de su estructura.
Al evidenciarse la ilegalidad del franquismo, borbón incluido, se cae su falsa base “jurídica” solo sostenida por LA FUERZA DEL CRIMEN.
Siempre carecieron de razones de estado, el régimen se descubre, un régimen que niega, olvida, desprecia a decenas, cientos de Españoles, miles de asesinados y desaparecidos, es un régimen desgraciado, una farsa, el teatro de lo mediocre, un fracaso, la corrupción como forma de existencia, una ignominia, la herencia franquista, fuente de la decadencia de España.
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