Antonio Pampliega narra como
el estadio Ghazi, en Kabul (Afganistán), es un antiguo gimnasio de
suelo mullido, paredes descoloridas y desconchadas. Es el mismo lugar
que utilizaban los talibanes para sus ejecuciones públicas y castigos
ejemplarizantes. Aquí, 24 chicas de 14 a 22 años se reúnen ahora para
practicar boxeo, desafiando a todo y a todos. De hecho, en el país sigue
estando muy mal visto que las mujeres practiquen cualquier tipo de
deporte. Mohammad Sabir Sharifi, uno de los dos entrenadores, afirma
haber recibido más de una amenaza de muerte. Asimismo, las deportistas
sufren la oposición y la humillación de sus vecinos y a menudo de su
propia familia.
Aunque pueda parecer
un triunfo que 24 niñas acudan tres veces por semana a practicar
deporte, realmente es un estrepitoso fracaso. Estas muchachas pertenecen
a familias de clase alta; sus padres les han permitido y hasta alentado
a practicar boxeo. Los afganos de a pie y en el corazón del país mantienen los prejuicios y el odio que los talibanes les inculcaron hacia la mujer.
Muchos padres no entienden ni siquiera que las niñas vayan al colegio
cuando su función principal en la vida va a ser servir a su marido.
Sumisión y devoción. El papel de las afganas no ha cambiado mucho en los
diez años tras la marcha del Mulá Omar del poder.
Afganistán antes de que EEUU lo destruyera (1960-1970)
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La élite de EEUU no soportó en su momento que el gobierno de Afganistán
tuviera buenas relaciones con la Unión Soviética. Así que con la ayuda
de Arabia Saudita propagó el extremismo wahabista islámico en esa
nación, con Osama Bin Laden a la cabeza, para crear una sangrienta
campaña de asesinato y destrucción que convirtió a Afganistán en un
feudo medieval. No conforme con ello, y con el pretexto del 11S
directamente bombardeó a su población, invadió su territorio y lo
mantiene ocupado desde hace casi 20 años, lanzando sus drones asesinos
contra todo lo que se mueve, masacrando civiles. Ni los talibanes se han
ido ni las masacres terminan. Lo que EEUU no quiere es la
reconstrucción de una nación noble y digna que ahora, además, podría
aliarse con Rusia y China.
Lugar y fecha: Afganistán 1969.
Pero hoy Afganistán no es un peor país solo para las mujeres. También lo es para sus infantes. La desastrosa situación en la que se encuentran los infantes en Afganistán, se debe a los numerosos conflictos activos en las diversas regiones, provocando desplazamientos forzosos, falta de acceso al agua potable, hambruna y violencia sistémica. En este caos en el que muchas familias no pueden subsistir (en 2008, el 36 % de la población estaba por debajo del umbral de la pobreza) los padres venden a sus hijos a cambio de una suma de dinero. Además, en caso de que la familia pierda al marido, será el niño mayor el encargado de sustentarla ya que pasa a ser el cabeza de familia, viéndose obligado a recurrir a dichas prácticas.
Por si esto fuera poco el país está repleto de minas antipersona.
El uso extendido e indiscriminado de minas y municiones durante casi 30
años de conflicto ha hecho de Afganistán uno de los países con mayor
presencia de minas en el mundo. De media, 40 personas al mes son
víctimas de las minas terrestres y de los restos explosivos de guerra.
La mayoría de ellas son varones y más de la mitad niños. Aunque la cifra
de víctimas está bajando, la pobreza obliga a muchos marginados a
ganarse el sustento con la chatarra de los restos explosivos de guerra y
a correr riesgos al recoger combustible en zonas minadas. Las minas y
los restos explosivos de guerra no sólo pueden causar daños físicos a
los afganos, sino que también privan a los agricultores de su medio de
vida y dificultan su alojamiento y reasentamiento, así como el pastoreo
del ganado.
Pero Afganistán no siempre fue así. Mohammad Qayoumi, creador de la página de esta página de facebook, creció en Kabul en los años 60 y 70 y ha colgado varias fotografías para que la gente tome conciencia sobre lo que ha sucedido en Afganistán. Mohammad escribe en su página:
“Hace medio siglo, las mujeres afganas hacía carreras como medicina; hombres y mujeres se mezclaban casualmente en los cines y los campus universitarios de Kabul; las fábricas de los suburbios producían en serie productos textiles y otros bienes. Había una tradición de ley y orden, y un gobierno capaz de llevar a cabo grandes proyectos nacionales de infraestructura, como la construcción de centrales hidroeléctricas y carreteras, aunque con ayuda externa. La gente común tenía un sentido de esperanza, la creencia de que la educación podría abrir oportunidades para todos, la convicción de que un futuro brillante que le esperaba. Todo lo que ha sido destruida por tres décadas de guerra, pero era real.Así era Afganistán …”
Mujeres afganas en la década de 1940
Moda de Kabul en los años 50 – 70
Tienda de discos en Kabul, 1960
Coro afgano
Aeropuerto de Kandahar construido en la década de 1960
Auxiliares de vuelo Ariana Afghan Airlines
Kabul en el año 1960
Visitantes extranjeros acampan en Band-e Amir en 1970
Ruta en coche por Afganistán
Madres y niños juegan en un patio de recreo de la ciudad
Estudiantes de la Universidad de Kabul durante su graduación en 1960
Pero
hoy Afganistán es, sobre todo, un peor país para las mujeres. Conocida
es la historia de Malala Yousafzai por su activismo a favor de los
derechos civiles, especialmente de los derechos de las mujeres en el
valle del río Swat, donde el régimen talibán ha prohibido la asistencia a
la escuela de las niñas.
Mujeres en la escuela infatil
Rally de La Mujer en 1980
Sala de reuniones / clase para mujeres – alrededor de 1980
Aula en Kabul, 1960
Mujeres trabajando
Clase de Biología en la Universidad de Kabul, con un alto porcentaje de mujeres estudiando
El diseñador de moda Safia Tarzi en su estudio Kabul, 1969
Escaparates de moda en 1960
Señoras afganas en Kabul Airport
La
revista de moda Vogue decidió dedicarle su número de Diciembre de 1969
con un completo reportaje que tituló “Afganistan Adventure”. En el
interior podemos encontrar una sesión fotográfica para mostrar la moda
de Kabul así como sus lugares más emblemáticos y locales más chic.
Cuando Afganistán estaba en Vogue, diciembre 1969
Fotografías del reportaje “Afganistan Adventure”
Las modelos fueron fotografiadas en ruinas antiguas y prósperos bazares
A pesar de algunos tímidos avances en los últimos años Afganistán
es hoy un país donde la influencia religiosa talibán ha afectado
profundamente a su sociedad, y con especial virulencia a sus mujeres.
Afganistán
es hoy un país afligido, no solo por la influencia Talibán, sino
por las dos guerras que ha sufrido el país en las últimas cuatro
décadas.
Esto ha situado al país en una situación de “alto riesgo” de
caer en un Estado Fallido,
o lo que es lo mismo, un país sin control alguno de su territorio
físico, con pérdida de su autoridad legítima para la toma de decisiones,
incapaz de suministrar servicios básicos e incapaz de interactuar con
otros Estados. Hoy, el Fund for Peace, sitúa Afganistán en el puesto número 7 de su ránking de Estados Fallidos. En el año 2005 (cuando se inició el ránking) su posición era la 11ª.
Parte de este artículo ha sido traducido de: Messy Nessy Chic
Así es Afganistán hoy. No te vas a creer cómo era este país hace 50 años.
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