Trumps
depart on Euro trip June 2, 2019 - Washington, DC, United States: U.S.
President Donald Trump speaks to the press as he departs from the White
House for a trip to London, England on Sunday evening
El presidente cree que Farage debe participar en las negociaciones del Brexit
El deporte favorito de Donald Trump –aparte de levantar
muros, buscar las cosquillas a los mexicanos, congeniar con dictadores
tercermundistas y hacer en general todo lo posible por desestabilizar el
comercio y la seguridad internacionales– consiste, al parecer, en
entrometerse en la política del Reino Unido. Y más aún con la magnífica
plataforma de una visita de tres días que comienza hoy al país hermano,
que ya no es tan hermano.
Las entrevistas previas al viaje que ha concedido a los
medios británicos han sido puras bombas, y un pretexto excelente para
meter baza en lo que no le importa, atentando contra la etiqueta
diplomática y metiendo el dedo en el ojo a la Unión Europea (otra de sus
actividades favoritas), a la que querría ver muerta con la ayuda de
Steve Bannon, un ex asesor que lleva tiempo organizando un movimiento
ultraconservador en el viejo continente a imagen y semejanza del
trumpismo.
Al Daily Telegraph le ha dicho que apoya la
candidatura de Boris Johnson para líder tory y primer ministro del
Reino Unido. Al The Sun, que Meghan Markle, la duquesa de Sussex y
esposa del príncipe Enrique, es desagradable por haber amenazado con
irse a vivir Canadá si él era elegido. Al Sunday Times, que Nigel
Farage debería participar en las negociaciones con Bruselas sobre el
Brexit, que es vital que Londres se vaya el 31 de Octubre sin un acuerdo
(en el caso previsible de que no haya concesiones), y que su
recomendación consiste en no pagar los 50.000 millones de euros de la
factura de divorcio. Además, si por él fuera, presentaría una demanda
contra la UE por los perjuicios económicos que Gran Bretaña ha sufrido
durante los 46 años como miembro del club europeo.
El presidente estadounidense llega hoy al aeropuerto de Stansted, y
durante su estancia va a ser recibido por la reina y por la todavía
primera ministra Theresa May, e invitado de honor de un banquete de
estado. Pero no pronunciará un discurso en el Parlamento con el que
pretexto de que no se encuentra en sesiones, y se espera que más de
medio millón de personas muestren el desprecio que les merece su figura
en una manifestación masiva mañana martes, desde Trafalgar Square hasta
el palacio de Westminster, acompañados por un muñeco hinchable gigante
de color naranja que representa a Trump como un bebé en pañales. El
miércoles participará en Portsmouth en la conmemoración del 75.º
aniversario del desembarco en Normandía.
El alcalde de Londres Sadiq Khan, de origen paquistaní, no es ningún
amigo de Trump (le guarda rencor por haber sugerido que los atentados
terroristas padecidos por la ciudad fueron su culpa por ser demasiado
tolerante con el islamismo radical), y en declaraciones al Ob server
compara el lenguaje utilizado por el titular de la Casa Blanca con el de
“los fascistas del siglo XX”. Lo mete en el mismo saco que a la
francesa Le Pen, al italiano Salvini, a Farage y al húngaro Orbán, y lo
califica como “una de las grandes amenazas mundiales”, un enemigo de
“los valores, derechos y libertades que han definido nuestras sociedades
democráticas”.
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