Tras recibir peticiones de varias decenas de asociaciones feministas,
volvemos a reproducir el artículo publicado el pasado día 24 de mayo
Se llama Jorge Buxadé y es de Vox, lo cual ya es una declaración de intenciones. Este señor, todo un hombre (tomando la definición que le dan en la extrema derecha al género masculino), ha afirmado en un mitin de su partido que «a la princesa de nuestra infancia, que era Cenicienta, la maltrataban su madrastra y sus hermanastras, que son todas esas feministas feas que les dicen a las mujeres españolas lo que tienen que hacer».
El
público se desternillaba de risa, algo parecido a cuando a la cantante Emma Marrone la sobaron en un programa de televisión y la gente, en vez de indignarse, se reía. ¡Qué pena!
Antes de entrar en la belleza, quiero dejar un comentario sobre la
banalización que este «hombretón», líder de Vox, ha hecho del maltrato y
las maltratadoras: sólo a un fascista se le puede ocurrir afirmar que
quienes luchan por la libertad y la igualdad real son las que maltratan a
las mujeres.
Evidentemente, el concepto de seres humanos libres le
repateará el hígado al señor Buxadé porque ha demostrado ser de aquellos
que basan su discurso en el odio hacia quien no piensa como él. Y este
hombretón es el cabeza de lista para representar a España en el
Parlamento Europeo desde el fascismo.
Y ahora vamos al tema de las «feministas feas». Señor Buxadé, ¿a
cuántas feministas conoce usted?
Me da la sensación de que tiene una imagen tan perturbadora de las mujeres que cuando le hablan del feminismo y de quienes lo representan se le aparecen todos los traumas de la infancia e, incluso, puede que se piense que las feministas son «el coco» del que le hablaban cuando de pequeño no se quería comer las verduras o se negaba a acostarse temprano.
Yo no soy una persona ni muy guapa ni muy fea. Estoy en la media de belleza externa, pero, tenga una cosa clara, los que me conocen no me aprecian por mi físico sino por otros bellos valores, el de la conciencia social, el respeto y la igualdad. Vuelvo a insistir en la pregunta: ¿a cuántas feministas de verdad conoce usted para afirmar de manera tan categórica que todas son feas?
Me da la sensación que no conoce a ninguna. Al menos conocerá a la señora Ana Patricia Botín que, a pesar de que nadie se lo cree y aunque ahora no viene al caso, se ha declarado feminista. ¿Piensa usted de verdad que es fea?
En mi experiencia personal he tenido la infinita suerte de compartir amistad y experiencias con muchas mujeres feministas, con muchísimas. Le puedo asegurar que ninguna es fea, ninguna, en serio, más bien al contrario.
Lo que le ocurre a usted, señor Buxadé, es que la superficialidad le impide valorar lo que realmente es bello. Un autor español afirmaba que «el espectáculo de lo bello, en cualquier forma que se presente, levanta la mente a nobles aspiraciones». Eso es lo que ocurre con las feministas y con todo lo que defienden.
Cualquier mujer que defiende la disrupción sociológica que supone la revolución de las mujeres ya es bella per se porque, en realidad, está luchando por un mundo en el que todos y todas seamos iguales, en el que, por razones de género, no exista ninguna discriminación. ¿Existe más belleza que esa?
Quien tiene esos valores no puede ser fea porque está trasmitiendo a quienes las rodean el concepto mismo de la libertad, el valor más hermoso del que pueden disfrutar hombres y mujeres. Ser libres, ser iguales, ser justos. Señor Buxadé, ¿de verdad que no capta esa belleza?, una pregunta con respuesta porque usted no tiene sensibilidad para valorar ninguna belleza.
No suelo hacerlo, pero, mire, por ser usted quien es y lo que representa, me voy a rebajar a hablar de las mujeres por su físico. En este sentido tampoco he conocido a ninguna feminista fea. Le vuelvo a repetir que he tenido la infinita suerte de conocer a varias centenas de ellas, y con ello crecer en conocimiento, en tolerancia, en empatía y en bondad.
No me ponga esa cara de escepticismo, se lo puedo asegurar, créame, por favor, que ninguna es fea, más bien al contrario.
Desde el respeto tenga en cuenta que hay unas personas que están mucho más legitimadas que otras para hablar de belleza o de fealdad. ¿Sabe qué es lo que lo determina?
Yo se lo diré: el espejo, mírese, la ética y la inteligencia.
Manuel Domínguez Moreno
No hay comentarios:
Publicar un comentario