Al gran capital francés, al más glamouroso y exclusivo, le ha
faltado tiempo para correr en socorro de la catedral parisina dispuesto a
financiar su reconstrucción.
Una operación de imagen a la que aportará una ínfima parte de los beneficios que obtiene de la explotación de la clase trabajadora y de las rebajas fiscales del gobierno Macron.
¿Qué responsabilidad en la catástrofe, sin embargo, tiene la falta de inversión suficiente en el sostenimiento del patrimonio histórico de la humanidad?
Una operación de imagen a la que aportará una ínfima parte de los beneficios que obtiene de la explotación de la clase trabajadora y de las rebajas fiscales del gobierno Macron.
¿Qué responsabilidad en la catástrofe, sin embargo, tiene la falta de inversión suficiente en el sostenimiento del patrimonio histórico de la humanidad?
El gran lujo francés dona 300 millones de euros para reconstruir Notre Dame
Los bomberos declararon controlado el incendio a primera hora de la mañana.
Los planes para su reconstrucción ya han comenzado.
Los fondos no serán un obstáculo para su restauración.
A Notre Dame, nuestra señora, como si fuera un milagro, le llegan donaciones, desde los más ricos, como la familia Arnault, dueña de LVMH, que anunciaron este martes una donación conjunta de 300 millones de euros, a los pobres.
El grupo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), del empresario Bernard Arnault, anunció la donación de 200 millones para “la reconstrucción de esta extraordinaria catedral, símbolo de Francia, de su patrimonio y de su unidad”, dijo el grupo en un comunicado, poniendo a disposición de las autoridades todos sus equipos “creativos, arquitectónicos, financieros para ayudar al largo trabajo de reconstrucción de una parte, y de la colecta de fondos de la otra, que se anuncia”.
Mientras el magnate François-Henri Pinault, uno de los grandes mecenas del arte francés, y su padre, François, donarán 100 millones, según anunció el empresario, que preside el conglomerado de empresas Artemis y el grupo Kering, dueño de marcas de lujo como Saint Laurent, Gucci o Alexander McQueen.
“Esta tragedia afecta a todos los franceses y va mucho más allá de quienes se sienten ligados a ella por valores espirituales. Ante tal drama, cada uno desea dar un nuevo impulso lo más rápido posible a esta joya de nuestro patrimonio”, ha afirmado Pinault.
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