No a la guerra, no a la intervención, no al golpe en Venezuela
A los cinco minutos de que Juan Guaidó se subiera a la tarima, (con la misma legitimidad que si me
subo yo y me declaro rey de España), Trump ya lo había reconocido como
presidente «encargado».
Por supuesto, lo único real es el título añadido
«encargado», sí, encargado por Trump. Por el mismo Trump que mete niños
hispanos en jaulas, que levanta muros de la vergüenza, que insulta y
desprecia a los hispanos.
Unos días antes de que quien se subió a la tarima y se proclamó
emperador por encargo, Trump lo hizo saber a los gobiernos títeres de la
zona, y europeos; por tanto, fue un golpe dirigido y auspiciado por ese
«gran demócrata y defensor de los derechos humanos” que es Donal
Trump».
Por supuesto, todos accedieron sin rechistar, algunos como Macron con entusiasmo, no se hablaría de los chalecos amarillos y las fabricas de armamento harían su agosto ante el inevitable enfrenamiento civil.
Claro, que, la Unión Europea debía guardar las formas, más cuando fueron varios los observadores europeos de prestigio que estuvieron en el trascurso de las elecciones presidenciales del mes de mayo pasado, afirmando, por activa y por pasiva que fueron unas elecciones con garantías y democráticas, en las cuales tres partidos se negaron a participar, pero, participaron 15 de la oposición.
Pensar que a Trump le importan los derechos humanos o la democracia en Venezuela o en cualquier parte del mundo es de estúpidos, es como creer en los cuentos de hadas. Peor que en Venezuela lo pasan en otros países de América Latina, ¿o no? En esos países que, siguiendo las órdenes de su amo, de inmediato han reconocido al que se subió a la tarima y cumplió el encargo.
Y si es por derechos humanos, ¿qué pasa con Arabia Saudí o los países del Golfo, donde las mujeres tienen menos derechos que las cabras, donde dudar sobre el islam o ser homosexual está penado con la pena de muerte? Ahí no pasa nada, porque los países del Golfo tienen negocios con muchos golfos.
También que los grandes empresarios de la distribución venezolana mantienen en un constante boicot a la población, prefieren vender los productos básicos en el mercado negro en lugar de ponerlos en las estanterías de sus supermercados, alimentando así la especulación y ganando muchas veces más de un 400% del costo.
Estos amigos venezolanos me han expresado su temor ante lo que puede ocurrir a partir de ahora, y que la única forma de resolver los problemas de Venezuela es dialogando, no obedeciendo órdenes de Estados Unidos. Venezuela es de los venezolanos.
Independientemente de que nos caiga bien o mal Nicolás Maduro, no seré yo quien lo alabe, pero es preciso tener en cuenta una serie de cuestiones:
1º) El 20 de mayo de 2018, se celebraron elecciones, con gran cantidad de observadores internaciones entre los que se encontraba el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, que en diversas ocasiones ha declarado la limpieza de las mismas.
2) Las elecciones se deberían haber celebrado antes del 10 de enero de 2019, pero la oposición venezolana, en la mesa de dialogo celebrado en República Dominicana, solicitó el adelanto; y, aunque, tres partidos decidieron no participar, (AD, VP y PJ)
Sí participaron otros 16 partidos políticos en la contienda electoral (PSUV), (MSV), (Tupamaro), (UPV), (Podemos), (PPT), (ORA), (MPAC), (MEP), (PCV), (AP), (MAS) (Copei) Esperanza por el Cambio, (UPP89), ejerciendo 9.389.056 venezolanos su derecho democrático al voto.
4º) No es, por tanto, por cuestiones de legitimidad democrática por la que en Venezuela Trump ha dado un golpe de Estado. Tengo claro que, si Venezuela no fuese rica en petróleo, agua, diamantes, oro, coltán, hierro, níquel bauxita, mármol, carbón, gratino, fosfatos, feldespatos y las tierras raras, a Estados Unidos se la sudaría los derechos humanos y la democracia en Venezuela.
5º) Quien ha dado el golpe de Estado en Venezuela no ha sido Juan Guaidó, él es tan solo la marioneta de Trump, el autor intelectual de este golpe de Estado. Por cierto, sigue en libertad; por mucho menos, y sin muertos, hay unas cuantas personas en la cárcel en España.
6º) Nos toman por estúpidos los gobiernos de la Unión Europea con esa especie de presunto «ultimátum». Este es solo una argucia para darle una apariencia «democrática» a su apoyo al golpe de Estado de Donal Trump. En realidad, es un acto de sumisa obediencia y vasallaje ante el «emperador de Occidente» y, como siempre, una estrategia para tapar problemas domésticos con la palabra «Venezuela», especialmente en el Reino Unido, Francia y España.
7º) Todos sabemos que cuando se comienza un conflicto de esta envergadura las consecuencias son imprevisibles y el derramamiento de sangre seguro (de momento más de 30 muertos por enfrentamientos entre manifestantes de uno u otro signo. La guerra o invasión de Venezuela está entre los planes de Trump.
Lo peor es que la Unión Europea y algunos países latinoamericanos son conscientes de la posibilidad, casi segura, en caso de persistir Trump en sus planes, de llegar a una sangrienta guerra civil, o aún más sangrienta invasión norteamericana, en la cual la empresa armamentística de Estados Unidos se llevará el dinero, mientras los venezolanos pondrán los muertos, como hemos visto en Irak o Siria.
8º) Es falso que no haya salida, la hay, el dialogo entre venezolanos, pero ni a Estados Unidos, ni a las grandes compañías armamentísticas o petroleras americanas o europeas les interesa.
9º) Es un mal precedente, que recuerda a muchos otros de la historia mundial; pero, también de la historia reciente de Latinoamérica, recordemos que los dos últimos golpes de Estado llevados a cabo en Honduras y Brasil no fueron militares, pero sí orquestados por Estados Unidos y silenciados por la prensa mundial.
10º) Venezuela es capaz de salir de su difícil situación sin ultimátum, ni injerencias externas, pero tiene la gran desgracia de ser un pastel muy dulce a los golosos ojos de la codicia.
Hay salida, pero no se quiere por parte de quien maneja el cotarro y ve la oportunidad de incrementar su producción armamentística, no solo Estados Unidos, también Francia, ¿y por qué no pensar que también España?
Los intereses de los principales vendedores de armas están en juego.
Paco Arenas
Artículo publicado en el Diario de Carlos Paz (Córdoba - República Argentina)
Por supuesto, todos accedieron sin rechistar, algunos como Macron con entusiasmo, no se hablaría de los chalecos amarillos y las fabricas de armamento harían su agosto ante el inevitable enfrenamiento civil.
Claro, que, la Unión Europea debía guardar las formas, más cuando fueron varios los observadores europeos de prestigio que estuvieron en el trascurso de las elecciones presidenciales del mes de mayo pasado, afirmando, por activa y por pasiva que fueron unas elecciones con garantías y democráticas, en las cuales tres partidos se negaron a participar, pero, participaron 15 de la oposición.
Uno de esos
observadores fue José Luis Rodríguez Zapatero, invito a todos a que
busquen sus declaraciones sobre la cuestión en internet.
Pensar que a Trump le importan los derechos humanos o la democracia en Venezuela o en cualquier parte del mundo es de estúpidos, es como creer en los cuentos de hadas. Peor que en Venezuela lo pasan en otros países de América Latina, ¿o no? En esos países que, siguiendo las órdenes de su amo, de inmediato han reconocido al que se subió a la tarima y cumplió el encargo.
Y si es por derechos humanos, ¿qué pasa con Arabia Saudí o los países del Golfo, donde las mujeres tienen menos derechos que las cabras, donde dudar sobre el islam o ser homosexual está penado con la pena de muerte? Ahí no pasa nada, porque los países del Golfo tienen negocios con muchos golfos.
He hablado con
algunos venezolanos en estos días para ver lo que pensaban. Me han dicho
en líneas generales que no se puede negar la situación más que difícil
por la que pasa Venezuela, provocada principalmente por la caída de la
producción de petróleo y el bloqueo económico y comercial.
No debemos
olvidar que durante muchos años casi el 90% de la economía venezolana ha
dependido del petróleo.
Tampoco, que en los últimos años (y de esto
nada dice la prensa europea) Venezuela ha estado sometida a un bloqueo
económico y comercial por parte de Estados Unidos, similar al sufrido
por Cuba.
También que los grandes empresarios de la distribución venezolana mantienen en un constante boicot a la población, prefieren vender los productos básicos en el mercado negro en lugar de ponerlos en las estanterías de sus supermercados, alimentando así la especulación y ganando muchas veces más de un 400% del costo.
Logrando así una total
pérdida del poder adquisitivo de la gente.
Estos amigos venezolanos me han expresado su temor ante lo que puede ocurrir a partir de ahora, y que la única forma de resolver los problemas de Venezuela es dialogando, no obedeciendo órdenes de Estados Unidos. Venezuela es de los venezolanos.
Independientemente de que nos caiga bien o mal Nicolás Maduro, no seré yo quien lo alabe, pero es preciso tener en cuenta una serie de cuestiones:
1º) El 20 de mayo de 2018, se celebraron elecciones, con gran cantidad de observadores internaciones entre los que se encontraba el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, que en diversas ocasiones ha declarado la limpieza de las mismas.
2) Las elecciones se deberían haber celebrado antes del 10 de enero de 2019, pero la oposición venezolana, en la mesa de dialogo celebrado en República Dominicana, solicitó el adelanto; y, aunque, tres partidos decidieron no participar, (AD, VP y PJ)
Sí participaron otros 16 partidos políticos en la contienda electoral (PSUV), (MSV), (Tupamaro), (UPV), (Podemos), (PPT), (ORA), (MPAC), (MEP), (PCV), (AP), (MAS) (Copei) Esperanza por el Cambio, (UPP89), ejerciendo 9.389.056 venezolanos su derecho democrático al voto.
4º) No es, por tanto, por cuestiones de legitimidad democrática por la que en Venezuela Trump ha dado un golpe de Estado. Tengo claro que, si Venezuela no fuese rica en petróleo, agua, diamantes, oro, coltán, hierro, níquel bauxita, mármol, carbón, gratino, fosfatos, feldespatos y las tierras raras, a Estados Unidos se la sudaría los derechos humanos y la democracia en Venezuela.
5º) Quien ha dado el golpe de Estado en Venezuela no ha sido Juan Guaidó, él es tan solo la marioneta de Trump, el autor intelectual de este golpe de Estado. Por cierto, sigue en libertad; por mucho menos, y sin muertos, hay unas cuantas personas en la cárcel en España.
6º) Nos toman por estúpidos los gobiernos de la Unión Europea con esa especie de presunto «ultimátum». Este es solo una argucia para darle una apariencia «democrática» a su apoyo al golpe de Estado de Donal Trump. En realidad, es un acto de sumisa obediencia y vasallaje ante el «emperador de Occidente» y, como siempre, una estrategia para tapar problemas domésticos con la palabra «Venezuela», especialmente en el Reino Unido, Francia y España.
7º) Todos sabemos que cuando se comienza un conflicto de esta envergadura las consecuencias son imprevisibles y el derramamiento de sangre seguro (de momento más de 30 muertos por enfrentamientos entre manifestantes de uno u otro signo. La guerra o invasión de Venezuela está entre los planes de Trump.
Lo peor es que la Unión Europea y algunos países latinoamericanos son conscientes de la posibilidad, casi segura, en caso de persistir Trump en sus planes, de llegar a una sangrienta guerra civil, o aún más sangrienta invasión norteamericana, en la cual la empresa armamentística de Estados Unidos se llevará el dinero, mientras los venezolanos pondrán los muertos, como hemos visto en Irak o Siria.
8º) Es falso que no haya salida, la hay, el dialogo entre venezolanos, pero ni a Estados Unidos, ni a las grandes compañías armamentísticas o petroleras americanas o europeas les interesa.
9º) Es un mal precedente, que recuerda a muchos otros de la historia mundial; pero, también de la historia reciente de Latinoamérica, recordemos que los dos últimos golpes de Estado llevados a cabo en Honduras y Brasil no fueron militares, pero sí orquestados por Estados Unidos y silenciados por la prensa mundial.
10º) Venezuela es capaz de salir de su difícil situación sin ultimátum, ni injerencias externas, pero tiene la gran desgracia de ser un pastel muy dulce a los golosos ojos de la codicia.
Hay salida, pero no se quiere por parte de quien maneja el cotarro y ve la oportunidad de incrementar su producción armamentística, no solo Estados Unidos, también Francia, ¿y por qué no pensar que también España?
Los intereses de los principales vendedores de armas están en juego.
Paco Arenas
Artículo publicado en el Diario de Carlos Paz (Córdoba - República Argentina)
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