La nueva manifestación del colectivo ha coincidido con una reunión
mantenida con la responsable de la cartera de Trabajo, quien descartó
una subida de las pensiones mínimas a 1.080 euros, al tiempo que
reconocía la fuerza de las protestas: "No hay Gobierno que resista
enfrentarse" con este colectivo, afirmó.
Josele Pereda no había visto a una ministra en su
vida. Tampoco tenía costumbre de arrancar la semana con una
manifestación, rodeado de cámaras.
Este lunes hizo las dos cosas:
primero se reunió en un despacho con la responsable de la cartera de
Trabajo en el gobierno del PSOE, Magdalena Valerio.
Luego cruzó la calle y se encontró con sus compañeros del movimiento de pensionistas en la Plaza Elíptica de Bilbao, convertida nuevamente en un hervidero de pancartas y reclamos.
Se trata de
la sexta vez en algo menos de diez meses que la marea pensionista inunda las calles de esta ciudad, siempre con el mismo objetivo: exigir unas pensiones públicas, dignas y duraderas.
Sin embargo, la “previa” de la manifestación de este
lunes ha sido muy especial: una hora y media antes de que arrancara la
movilización, una comisión compuesta por seis pensionistas atravesó la
vieja puerta de la Subdelegación de Gobierno (situada justo
enfrente de la Plaza Elíptica), habitualmente custodiada por un guardia
civil con metralleta.
Dentro les esperaba la ministra Valerio, quien en
realidad se había desplazado a esta ciudad para participar en otro
evento. Aprovechando la visita, concretó una reunión con los
pensionistas. Quiso la casualidad, o no, que justo tuviese lugar el
mismo día de la manifestación convocada para este lunes, coincidiendo
con el Día Internacional de las Personas Mayores.
Tras la reunión, la ministra habló con la prensa en
un alfombrado salón de la Delegación de Gobierno. La reunión, que duró
algo más de una hora, se saldó con una comparecencia de la ministra en
un salón repleto de cámaras.
Valerio insistió en la recomendación del Pacto de Toledo de ajustar las pensiones según el IPC real (remarcó que se producirían "pagas compensatorias" en caso de que el IPC suba por encima de lo inicialmente previsto), al tiempo que descartó que se fijen jubilaciones mínimas de 1.080 euros y salarios mínimos de 1.200 euros, tal como defienden los pensionistas.
"Ya me gustaría a mí y al Gobierno, pero todos como sociedad debemos
tener claras dos prioridades: la sostenibilidad social y financiera del
sistema", afirmó. Con los pitidos y gritos de los pensionistas que provenían de la Plaza Elíptica, Valerio admitió que "no hay gobierno que resista enfrentarse" con ese colectivo.
En tal sentido, insistió en que la cuestión de las pensiones está siendo abordada en el Pacto de Toledo y en la Mesa de Diálogo Social. Tampoco ahorró críticas hacia las medidas (o no medidas) adoptadas por el gobierno del PP, incidiendo especialmente en la reforma laboral de 2012 y la posterior reforma de las pensiones de 2013,
que "afectó el poder adquisitivo" de las personas pensionistas.
"Lo que
yo no iba a hacer esta mañana es prometer algo que sé que no voy a
poder conceder", afirmó.
Según ha podido confirmar Público, la decisión
de Valerio de reunirse con los pensionistas fue tomada tras conocerse
que había sido convocada una nueva movilización en Bilbao.
En otras
palabras, primero se supo que había una nueva protesta y luego llegó la
llamada de la ministra.
“Promesas. Sólo promesas. Ya somos mayores, y sabemos que lo que están buscando es dividirnos y desmovilizarnos”, decía a este periódico Loli Pisón, una de las militantes de la marea de jubiladas y jubilados vascos.
Precisamente, durante la manifestación hubo un tema
casi obligado entre los participantes: la intención de los grupos
políticos que componen el Pacto de Toledo de subir las pensiones tomando
como criterio el IPC. “Puede ser humo.
No hay nada escrito ni firmado, y además es muy poquita cosa en relación a lo que reclamamos”, señaló a Público Itziar Madariaga, otra de las pensionistas que se movilizó este lunes en Bilbao.
A sus 74 años, esta mujer lo tiene claro: “cuando éramos jóvenes sabíamos que sólo podíamos conseguir cosas si luchábamos. Ahora tendrá que ser igual”.
No hay nada escrito ni firmado, y además es muy poquita cosa en relación a lo que reclamamos”, señaló a Público Itziar Madariaga, otra de las pensionistas que se movilizó este lunes en Bilbao.
A sus 74 años, esta mujer lo tiene claro: “cuando éramos jóvenes sabíamos que sólo podíamos conseguir cosas si luchábamos. Ahora tendrá que ser igual”.
Gritos y silbidos
Josele Pereda, que estuvo presente en el encuentro con la ministra, tampoco termina de creerse estas palabras. “Los que tenemos una edad ya estamos saturados de promesas. Queremos ver algo escrito para poder leer la letra pequeña”, destacaba antes de la reunión.
La valoración del colectivo llegó al final de la protesta: desde las escalinatas del ayuntamiento de Bilbao, con la zona del Arenal abarrotada, Pereda y otro veterano militante, Jon Fano, dijeron que la reunión "fue muy distendida, con mucho respeto" por ambas partes.
Cuando contó que la ministra les había dicho que no
podía hacer promesas que no podía cumplir, hubo pitidos y gritos desde
el público
"Nos guste o no ha sido una reunión clara, donde sin
tapujos ni diplomacias nos hemos explicado, ella por una parte y
nosotros por otro", señaló Fano, quien destacó que, según palabras de
Valerio, el Gobierno "no tiene ningún plan" para subir las pensiones
mínimas a 1.080 euros o para atender "la gravedad de las pensiones
mínimas que afectan a mujeres y viudas".
"Hemos dejado con claridad
cuáles son nuestras reivindicaciones. Le hemos dicho con claridad que
mientras nuestras reivindicaciones no sean atendidas, aquí vamos a
seguir jo ta ke irabazi arte" (expresión en euskera que signfica
"duro, hasta vencer"), afirmó.
En esa línea, Fano anunció también que
seguirán las protestas de todos los lunes.
Asimismo, en el manifiesto leído al final de la
manifestación criticaron las propuestas consistentes en "recortes y más
recortes" que afectan a este colectivo, lo que supone un "aumento de riesgo de pobreza"
para las personas mayores.
De hecho, plantearon nuevamente la
derogación de la reforma de pensiones y clamaron contra las
privatizaciones en ese sector.
A lo largo de la multitudinaria manifestación (se
calcula que ha habido 80.00 personas) se han escuchado consignas como
"terrorismo es no llegar a fin de mes" o "manos arriba, esto es un
atraco".
"Pensiones públicas y dignas", gritaban desde el coche que iba
por delante. Bajo la amenaza permanente de lluvia, recorrieron la Gran Vía de Bilbao con
el mismo lema que les acompaña desde enero pasado: "gobierne quien
gobierne, las pensiones se defienden".
Al final dejaron otro recado: "el
pueblo unido, jamás será vencido".
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