El hartazgo del que se ha aprovechado Sánchez no es casual y ni mucho
menos generado gracias al PSOE. En muchas ocasiones ha sido a pesar y
por encima del PSOE
La política es un juego de estrategia y el PSOE quería llegar al poder sin tener que incluir a Podemos en el gobierno. Y lo ha conseguido, sólo debían esperar su momento. Pedro Sánchez tomó nota de su investidura fallida en marzo de 2016, cuando todo el parlamento votó en contra del gobierno PSOE-Ciudadanos.
Podemos también votó en contra, a riesgo de seguir soportando más años de Partido Popular. Pero hizo bien, lo que no se podía permitir era aceptar el chantaje del PSOE.
Después de ese fracaso Sánchez se retiró a meditar y volvió más fuerte. Primero se cargó a Susana Díaz y recuperó el poder en el PSOE. Luego se cargó a Rajoy, que no es poca cosa.
Todo el mundo quería a Rajoy fuera del gobierno pero ni Albert Rivera ni Pablo Iglesias ni Puigdemont pueden ponerse la medalla de haber echado a Rajoy, no sólo del gobierno, también de su partido.
Se le puede dar a Sánchez ese mérito. Tampoco podemos ignorar la felicidad que siente estos días la mayoría de la clase trabajadora de ver a Rajoy fuera del mapa.
Además,
es un acierto mediático haber incluido a más mujeres que hombres en el
nuevo gobierno.
La derecha electoral está ahora mismo en estado de
shock. No saben qué ha pasado y en qué momento todo se fue a la mierda.
Sanchez ha sido un chico listo porque ha capitalizado la lucha política y social que desde distintos frentes ha puesto a Rajoy contra las cuerdas. El hartazgo del que se ha aprovechado Sánchez no es casual y ni mucho menos generado gracias al PSOE.
En muchas ocasiones ha sido a pesar y por encima del PSOE. Tal es el caso de Catalunya, que mientras el PSOE ha apoyado la represión del 155, el movimiento independentista se ha enfrentado cara a cara con el imperialismo español.
El republicanismo catalán ha sido clave a la hora de empujar al PP al precipicio, ha ido golpeándolo lentamente, con constancia y solidez, como el boxeador que no lo da todo en el primer asalto sino que va liquidando a su oponente a base de desgastarle.
El PP ha ido entrando en contradicciones cada vez más clamorosas, quedando en ridículo cuando las diferentes justicias europeas han ido rechazando las peticiones de extradicción de los exiliados políticos.
Esto ha hecho subir la temperatura de la olla a presión. Las mujeres han realizado un aporte fundamental saliendo en masa a la calle. Los pensionistas no han dado ni un paso atrás.
Los raperos y periodistas alternativos que resisten la ley mordaza han puesto en primer plano sus denuncias. Y muchas otras luchas menos mediáticas han puesto su granito de arena.
Sin todo este caldo de cultivo la moción de censura no habría salido
adelante.
Ningún partido habría sido capaz de explicárselo a sus votantes, nadie habría tenido la necesidad de hacer presidente al PSOE aunque fuera a modo de No a Rajoy.
Y ese es el mensaje principal que Pedro Sánchez debería recoger: o contribuyes a resolver los problemas que hay en cima de la mesa o tú también vas a la calle, detrás de Rajoy.
Más pronto que tarde.
La Haine
No hay comentarios:
Publicar un comentario