jueves, 28 de junio de 2018

Las condecoraciones del torturador

 
 
Y tan feliz. Y no es que le hayan colgado una medalla sino dos, y además dos cruces por méritos policiales. El tal Billy el Niño, el torturador –ha habido muchos más, pero éste ha sido el ejemplo de la crueldad y el salvajismo--, ha estado viviendo como un rey, llevando en su mochila a los torturados y recibiendo como pago por sus servicios un 50% más de la pensión máxima. 
 
 
Total, unos cuatro mil euros al mes, gracias a sus ‘colaboraciones policiales’, al servicio del genocida Franco, pasándose los derechos humanos por el arco del triunfo.
 
Pues sí, nos escandalizamos cuando supimos que este policía torturador tenía una medalla y un 15% más de pensión por méritos profesionales. El ministro Zoido le defendió y no quiso quitarle la medalla. Y resulta que, ahora cuando el nuevo ministro se ha interesado por el tema, encuentra que tiene tres condecoraciones más.
 
 
 Y lo que es más grave, salvo la primera, otorgada en 1972, durante la dictadura franquista, las otras lo fueron en 1977, 1980 y 1982, durante la transición o en plena democracia. Dos ministros de UCD fueron los personajes que le condecoraron: Martín Villa y Juan José Rosón.
 

Este tipejo que era el más famoso entre los torturadores, según sus torturados, disfrutaba aplicando golpes, insultándoles y vejándoles con sumo gusto y con total impunidad. Hoy, al igual que su valedor Martín Villa, está reclamado por la jueza argentina Servini por crímenes del franquismo.
 
Después de cuarenta años de democracia, se sigue pidiendo algo tan lícito, legítimo, necesario y democrático como que la Justicia actúe ante los que de forma impune impusieron su ley vergonzosa contra los Derechos Humanos y a favor del franquismo. Los delitos contra los DD. HH. no prescriben, esto es un axioma en derecho internacional que no puede tapar las vergüenzas consentidas en aras de una amnistía que tapó las faltas criminales de los delincuentes franquistas.
 
Por lo tanto, no sólo habrá que desposeer de esos honores falsos e inmerecidos a Billy el Niño, sino que habría que juzgarlo por delitos contra los DD. HH. Ésta es la única manera que permita salvar uno de los obstáculos que hacen que esta sea una democracia débil, fallida en parte.
 
No se puede permitir que un delincuente, un torturador, además de no ser penado por sus crímenes, haya sido premiado con medallitas y cruces, que además suponen un incremento de su pensión. Algo inaudito y que es impensable en ningún país homologable a nosotros de Europa.
 
Pido Justicia y no venganza. Que se someta a los jueces y que defienda sus tesis criminales si quiere, pero que pase por un tribunal que le obligue a tener que defender las indignidades de su trato, con los contrarios al régimen franquista. 
 
Sus victimas así lo esperan, y así debería ser. Fuera condecoraciones, fuera suplemento de la pensión y actuación de la Fiscalía ante un crimen contra los DD. HH. Todo lo demás sería, de nuevo, mantener abierto el espíritu de una transición injusta y de una desigualdad inhumana entre diversas víctimas.
 
Salud y República


 





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