viernes, 4 de mayo de 2018

Cuando Savater comprendía a ETA.




En su día conté como fui compañero de pupitre de Fernando Fernández Savater en Donostia.


 Y como ayer le vi en todos los medios como el gran cerebro redactor de un infumable texto contra el acontecimiento de Kanbo y la desaparición de ETA, y por eso vuelvo a recordar quien es este personaje de tan doble personalidad. Como dirían los chavales, todo un jeta, no un hombre ético aunque escriba libros sobre moralidad.


En este trabajo transcribo algunas de las perlas que escribió en EGIN cuando opinaba de la misma manera que HB y mucho más activamente que los del comunicado de ETA. Con ésto se vé  la doblez del  tipo y de cómo manipula la realidad a su gusto. Para él, todo esto es una peana en la que se sube para realzar su figura de cruzado que es lo que le interesa. Un tipo amoral y manipulador.


Lo he visto poco y hablado menos. Hijo de Notario, abandonó pronto Donosti. Manuel Rivas nos hizo un cara a cara hace unos años en El País. Estaba más tratable y no tenía esa pose teatral antinacionalista, porque llegó incluso a reconocer que el PNV en el Gobierno vasco lo había hecho muy bien. Ahí está la hemeroteca.


Por eso no entiendo su actual agresividad y su ataque genérico al nacionalismo, de no ser porque su actual postura le es más eficaz a la hora de la interpretación de un papel. Y lo digo con datos.
Fernando Fernández Savater no ha dicho siempre lo que dice ahora. Todo lo contrario. ¿Sabía usted que Savater era un asiduo colaborador del periódico Egin?. ¿Sabía usted que escribía cosas como éstas?:


“…nunca dudé del derecho de los vascos al pleno reconocimiento de su lengua, sus costumbres, sus peculiaridades y su autodeterminación política plural y democrática. Sigo, desde luego, pensando exactamente lo mismo”.


“…lo que no llega a aceptarse es que el nacionalismo vasco no es el capricho absurdo de unos pocos ni una autonomía de esas postizas que ahora gustan tanto a los nuevos jacobinos, sino una decisión irreversible y mayoritaria, con auténticas raíces y abonada por años de marginación y que nada sacará la democracia intentando cocear contra él explícita o disimuladamente…

”.
Otro trabajo titulado Euzkadi como cuestión de Estado incluye estas perlas:


“Lo primero que hay que constatar es esto: el nacionalismo vasco, sentimiento surgido por obra y gracia de la represión (no olvidemos que ETA no es un fruto de la democracia, sino un regalito envenenado que nos dejó el franquismo), recibe un uso político en manos de determinados sectores, luego no podría ser contrarrestado más que por un uso político y no sentimental o arrebatado de la idea de España.


Empeñarse en combatirlo a base de exasperar el nefasto patriotismo unitarista español sólo puede contribuir a mantenerlo y alentarlo. Es ridículo que el Partido Socialista acepte convertirse en exclusivo beneficio de sus adversarios políticos en una versión doméstica de los tercios de Flandes con base operativa en Euskadi, sea en nombre del respeto a la legalidad constitucional, sea por cualquier otra trampa saducea”.


En otro artículo en El País en 1984, comentando las actuaciones del GAL, dijo:


“…me espantó que se dijera recientemente en Vizcaya por labios supuestamente socialistas que la gente que está harta de que todos los muertos sean del mismo lado. La gente que no se harta de que haya muertos, sino de que sean de un solo lado, no es gente, sino gentuza”.


En otros artículos relacionados con la Constitución:


“…la Constitución insiste fastidiosa y hasta provocadoramente habida cuenta de los resentimientos creados en la intangibilidad de la unidad patria…”.


“Pese al tiempo que lleva funcionando (…) nadie se cree del todo lo de que España es Una (que sea Grande y Libre siempre fueron impertinentes y piadosas aspiraciones). Pese a los esfuerzos por beatificarla como nada menos que “sagrada”, lo cierto es que la unidad de España es más bien un fracaso histórico y todo lo más un reto político.


Por decirlo de una vez: al menos dos importantes componentes del cocktail hispánico, en el País Vasco y Cataluña, nunca se han sentido auténticamente España, sino prisioneros de España, colonias de España o víctimas de España…”.


No respeto en nada  a Fernando  Fernández Savater  aunque es evidente que es muy valorable su agudeza e inteligencia para el histrionismo y la descalificación, pero lo protagonizado en aquella  campaña en el Kursaal, atacando como lo hizo al nacionalismo democrático, no sólo fue injusto, calumnioso y de no recibo, sino profundamente inquietante en quienes dicen apostar por la convivencia.


Los dos estudiamos en los Marianistas y los dos tuvimos la misma educación aquellos años franquistas, salvo mi vacío formativo al no estudiar la Formación del Espíritu Nacional de Falange.


¿Tanto influyó esta circunstancia?. ¿Volverá a decir Fernando lo mismo que escribía en los años ochenta?. ¿Cree de verdad que su antiguo compañero de pupitre es un monaguillo de ETA?. ¿Prefiere Fernando que le jaleen embelesados sus antiguos adversarios y no le reconozcan sus compañeros de infancia?


¿Le da tanto protagonismo a ETA para que sea esta organización terrorista la capaz de impedir una convivencia en el respeto?.


Desde luego escuchándolo en el Kursaal parecía preferir la trinchera al pupitre. Ese papel le es muy rentable.


En el fondo no buscó nunca la paz, ni reivindicar la libertad. Sigue como cuando era un crío dando vueltas sobre sí mismo, importándole un bledo su labor destructiva de una posible convivencia.


Y es una pena, pero él sabe que la foto del Kursaal y la rueda de prensa del miércoles en Donosti por Covite le sirve en  ciertos ámbitos donde ahora ejerce de Sumo Sacerdote. Y eso es demasiado gratificante, como para perderlo buscando soluciones a los problemas.


Afortunadamente ETA desaparece y Savater se queda en el paro en este tema, aunque le queda larga vida en su combate contra el nacionalismo vasco se desarma, aunque Savater no lo haga.


 ETA se va y el pobre Savater se quedará sin este trabajo de bufón de corte pues él jamás ha sido víctima del terrorismo, sino se ha aprovechado desgraciadamente de algunas víctimas del terrorismo. Patético.







No hay comentarios: