Hoy ha muerto Josefina Samper, la compañera de Marcelino Camacho

Que tengamos que buscar el futuro en fotografías en blanco y negro no deja de ser una triste paradoja. Me viene al recuerdo al viejo sindicalista que fue mi tío sacando de una bolsa el libro de Máximo Gorki,


 La madre, venía junto con mi madre de un mitín del PCE, hoy me resulta extraño que no les hubiese acompañado, y la verdad es que no logro recordar el motivo, lo cierto es que no fui.


Venían entusiasmados después de escuchar a Marcelino Camacho, no era para menos, Marcelino Camacho era todo un símbolo, coherente hasta con aquellas cosas que yo después discrepé, puesto que muchos no comprendimos y seguimos comprender ciertos pasos dados entonces. 


A pesar de ello, decir que Camacho fue siempre coherente, ojalá los dirigentes sindicales que le siguieron hubiesen tenido las cosas tan claras. Ahora de aquel sindicato obrero no queda nada, tampoco de aquellos partidos. 

 
Entonces, mi tío, al darme el libro, me dijo que en diez años España sería un país plenamente democrático, todavía no se habían celebrado las primeras elecciones, cuarenta y un años después, sigo, seguimos esperando ese país plenamente democrático, entonces teníamos un horizonte y un camino por andar, ahora nuestro horizonte termina en la pantalla de un ordenador o lo que es peor, de un celular, y el camino junto al abismo del sofá.

Hacen falta líderes de la clase obrera. Hoy en día no existen esos dirigentes de la clase obrera, es triste pero es así. Llegan, se sientan y de vez en cuando lanzan una proclama para el auditorio, para justificar el voto, pero sin molestar mucho, y se vuelven al sentar.


 No hay activismo social y el que hay tiene cuerdas de títeres para que no saquemos mucho los pies del escenario impuesto


 Hoy ha muerto Josefina Samper, la compañera de Marcelino Camacho, serán muchos quienes les rindan homenaje por aparecer en la foto, otros deberíamos mirar esa foto en blanco y negro y ponerle colores de futuro.


Paco Arenas