jueves, 25 de enero de 2018

La pulserita en la muñeca


Ricardo Costa ex número dos del PP valenciano en pleno juicio de la Gürtel
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La trama mafiosa que afecta al Partido Popular a la que llaman Gürtel está pasando de puntillas, casi sin cobertura mediática, hay otras prioridades en la manipulación de la falsimedia española, todo se tapa hasta el saqueo generalizado de las arcas públicas en el apestoso régimen español, las banderitas en las muñecas de los delincuentes sentados en el banquillo parecieran un estigma para la impunidad, un salvoconducto ante la mirada cómplice de jueces amigos, muchos con el carné del partido o banda organizada en algún párrafo de sus inmensos currículos.
 

El ministro de de las cloacas de Interior, más preocupado en registrar maleteros en busca de Puigdemont, cual ínclito Anacleto Agente Secreto avergüenza la democracia, todo listo para nuevos pelotazos y robos, tarde o temprano, más temprano que tarde, los que aparecen en televisión enchaquetados a todo lujo, ellas con vestidos caros, ese glamour siniestro estilo Sáenz de Santamaría, un halo de falangismo o Sección Femenina acabarán en alguna trama, es inevitable, ese parece ser el sino de los partidos que gestionan un estado franquista hasta la medula.
 
El círculo vicioso de la pulsera rojigualda es robar, mamar, saquear, pillar todo lo que se pueda mientras ocupen plaza en coche oficial, la misma pulserita manchada de sangre que llevan los nazis que salen a la calle para apalear o amenazar a quienes piensan diferente, las personas que pretenden ejercer el derecho a la libertad de expresión, a la libre manifestación, a discrepar de un régimen donde la corrupción es parte de su idiosincrasia, de su cultura, hasta de su ideología basada en el enriquecimiento ilícito, en machacar los derechos de los más débiles con todo tipo de recortes, reformas, privatizaciones y otros engendros más propios de la edad media que de una sociedad moderna y democrática.
 

Quizá hasta su papel higiénico lleve los colores de la bandera franquista y se limpien el culo afanados en su deriva, se cagan cada día en la democracia, en la libertad, hasta en su Carta Magna con tal de seguir rebosando sus cuentas corrientes, sabiendo que cuando llegue el momento del dilatado juicio quedarán impunes, que todo se quedará en nada, para en pocos años volver y seguir destruyendo la esperanza.
 
 
 

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