1. La nueva presidenta de la Sala de lo Penal de
la Audiencia Nacional se llama Concepción Espejel, pero mejor llámenla
Concha; "querida Concha", que es como se dirigen a ella sus amigos,
entre los que destaca María Dolores de Cospedal, que incluso la
condecoró. Antes de este último ascenso a la presidencia, sus propios
compañeros en la Audiencia apartaron a Espejel del caso Gürtel por
su evidente proximidad al PP, una razón más que suficiente como para
que no continuase en un tribunal que lleva los grandes casos de
corrupción con el PP como protagonista principal. En vez de salir por la
puerta de atrás, se ha ganado un nuevo ascenso. Nada inesperado para
quienes conocen su trayectoria, sus amistades y la forma en la que el
Gobierno controla la carrera judicial.
2. "Querida Concha" Espejel fue nombrada presidenta de la Audiencia
Provincial de Guadalajara en 2002. La puso en ese cargo la mayoría
conservadora en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de los años
del Gobierno de José María Aznar. Su ejercicio en el poder de este
juzgado no decepcionó al PP. Como presidenta de esa Audiencia
Provincial, Espejel impulsó uno de los procesos penales que María
Dolores de Cospedal utilizó en sus años como oposición en Castilla-La
Mancha: el del terrible incendio de Guadalajara del verano de 2005.
3. Aquel incendio fue provocado por unos excursionistas que descuidaron
el fuego de una barbacoa. Ardieron doce mil hectáreas y durante las
labores de extinción murieron 11 personas por un cambio inesperado del
viento. El PP culpó al Gobierno del PSOE de negligencia, se personó en
el juicio como acusación popular y pidió penas de cárcel para varios
políticos y altos cargos del PSOE en la Junta de Castilla-La Mancha.
Querían convertir aquel incendio en "el Prestige de Zapatero".
4. La primera jueza que llevó el caso del incendio –Concepción Azuara,
entonces titular del Juzgado de Sigüenza– veía como único culpable al
excursionista y se resistió a imputar a ninguno de los políticos a los
que acusaba el PP. La Audiencia Provincial presidida por Espejel se
dedicó a revocar varias de las decisiones de esta jueza y la obligó a
aceptar cientos de diligencias inútiles que pedía el PP para cercar a
los políticos del PSOE. Tras dos años de resistir contra esas presiones,
Azuara fue apartada en una decisión donde el Poder Judicial conservador
no solo impidió que terminase la instrucción, sino que incluso se saltó la Ley Electoral.
5. La nueva jueza que se ocupó del incendio dio un giro radical al caso,
para plena satisfacción del PP y de la Audiencia Provincial que
presidía Espejel. Llegó a imputar a 15 políticos y altos cargos del PSOE
en un proceso penal que duró siete años y que al final quedó en nada.
Concepción Espejel fue ascendida al CGPJ (oh, sorpresa: con los votos
del PP) y la Audiencia Provincial, ya sin ella al frente, exoneró a
todos los políticos y condenó únicamente al excursionista. La sentencia
criticó muy duramente la "irrelevante" e "inútil" instrucción penal,
porque "desde el inicio estaban determinadas las causas, la autoría del
mismo y la forma en que se produjo": una barbacoa.
6. Antes de ascender como vocal del CGPJ, Concepción Espejel recibió un
favor más. Mientras que otros vocales del Consejo que también venían de
presidir una Audiencia Provincial dimitieron del cargo antes de ir al
Poder Judicial, Espejel mantuvo ambos sin dimitir de su destino
anterior. Gracias a este privilegio, que permitió la mayoría
conservadora en el Poder Judicial, Espejel pudo después llegar a la
Audiencia Nacional.
7. Cuando los presidentes de las Audiencias Provinciales y otros puestos
similares dejan el cargo, tienen dos años en los que pueden solicitar
cualquier destino dentro de su categoría por encima de otros candidatos
con más puntos, según el artículo 340 de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Como Espejel no dimitió de su puesto en Guadalajara cuando fue al CGPJ,
ese plazo de dos años no había empezado siquiera a contar. De ese modo,
Espejel pudo escoger destino, y así llegar a la presidencia de la Sala
Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional por encima de otros
candidatos con más experiencia y méritos en la carrera judicial.
8. Cuando llegó a la presidencia de la Sala Segunda, Espejel puso en
marcha algunos cambios para imponer su criterio. Modificó el sistema de
reparto y garantizó así que ella en persona presidiría todos los juicios
que pasasen por su sección. Casualmente, uno de estos juicios iba a ser
el que más preocupaba entonces al PP: el del caso Gürtel.
9. En el tribunal de la Gürtel, Espejel iba a estar acompañada por otro juez más que amigo del PP, Enrique López: habitual de los cursos de la FAES, portavoz del CGPJ conservador que hizo de oposición a Zapatero, juez del Constitucional hasta que fue detenido conduciendo borracho su moto y columnista de La Razón. Pero López y Espejel fueron recusados y apartados de esta causa por su cercanía al PP.
10. Fueron los propios compañeros de Espejel en la Sala de lo Penal de
la Audiencia Nacional quienes votaron apartarla de la Gürtel por ser
cercana al PP. Y es esta misma sala que aceptó su recusación la que
ahora ella va a presidir, gracias a los votos del CGPJ nombrado por el
PP. Así funciona el rodillo de la derecha en el mundo judicial. ¿Que un
juez es apartado por sus propios compañeros porque no tiene apariencia
de imparcialidad? Pues lo ascendemos. A Espejel, y a Enrique López
también.
11. Como presidenta de la Sala de lo Penal, Espejel controlará el
tribunal que juzgará todos los grandes casos de corrupción en España;
todos los que pasan por la Audiencia Nacional. Podrá presidir cualquier
juicio que pase por las cuatro secciones penales e intervenir en las
sentencias. Y por si acaso ese control no es suficiente, Enrique López
estará en la segunda línea de defensa: en la nueva Sala de Apelaciones
de la Audiencia Nacional.
12. Cualquier procesado tiene derecho a una segunda instancia, pero los
que iban de entrada a la Audiencia Nacional o a un Tribunal Superior de
Justicia autonómico –porque eran aforados– la perdían porque de ahí
pasaban directamente al Tribunal Supremo. La Sala de Apelaciones se
ocupará ahora de esta segunda instancia –que exige Europa– y podrá
revisar sentencias, condenas, hechos probados… Tendrá más margen de
maniobra incluso que el Supremo, que no se mete en revisar los hechos.
Será una sala para gobernarlos a todos, como explica Elisa Beni en este interesante y clarificador artículo.
Allí revela que Enrique López, en 2002, presumía de que su amigo el
ministro de Justicia de aquel momento, José María Michavila, le había
prometido el puesto. Ha tardado unos años, porque el PP perdió las
elecciones en 2004, pero, sin duda, López presumía con razón.
13, Enrique López y con él Eloy Velasco han conseguido esta cotizada
plaza de la Sala de Apelaciones gracias a otro favor del Consejo General
del Poder Judicial. En teoría, el destino va por puntos, pero el CGPJ
añadió un requisito más, a la medida del juez preferido por la FAES. En
la carrera judicial no existe una especialización en Penal, pero hace
dos décadas, solo durante un ejercicio, estuvo en marcha un cursito a
distancia y por ordenador que, casualmente, Enrique López sí aprobó.
Gracias a ese cursito en Penal, que el CGPJ ahora considera fundamental,
López ha ganado esta plaza por delante de muchos jueces con más puntos y
experiencia, pero menos amigos en el PP. Ya saben, la meritocracia
habitual.
14. Con José Manuel Maza en la Fiscalía General del Estado, con Manuel Moix en Anticorrupción,
con Concepción Espejel en la presidencia de la Sala de lo Penal, con
Enrique López en la Sala de Apelaciones… Al PP solo le queda un juzgado
que a toda costa va a intenta controlar: el sexto de instrucción de la
Audiencia Nacional. Eloy Velasco lo acaba de dejar, y en teoría se
cubrirá por concurso, entre todos los candidatos con más antigüedad.
15. El sustituto de Velasco tendrá en ese juzgado muchas decisiones
delicadas que tomar. Allí está el caso Púnica, el caso Lezo, la
financiación ilegal del PP de Madrid, el chivatazo de un miembro del Gobierno a Ignacio González o el Canal de Isabel II. Allí investigan el patrimonio de Alberto Ruiz-Gallardón por la compra de Inassa en sus años como presidente autonómico, el contrato de la Asamblea de Madrid que aprobó Cristina Cifuentes a un donante de Fundescam,
las campañas electorales de Esperanza Aguirre… Con la Gürtel casi
cerrada, Paco Correa sin tirar de la manta y Luis Bárcenas dispuesto a
callar, el número 6 es el juzgado más explosivo para el Gobierno de
Rajoy.
16. Cuando al PP le va mal un juicio no cambia de abogado, cambia de
juez. ¿Qué harán ahora para garantizarse un instructor amigo en este
puesto fundamental? No descarten que aparezca un candidato con el
superpoder 340 que permitió a Espejel llegar a la Audiencia Nacional. O
un inesperado magistrado conservador con la experiencia necesaria para
quedarse con la plaza. O que regrese desde Roma el juez titular del 6,
Manuel García Castellón, que lleva 17 años viviendo como un embajador en
puestos muy bien pagados que elige a dedo el Gobierno. El propio
Ignacio González especulaba con esta posibilidad en su sincera
explicación de cómo mandar a los jueces "a tomar por culo a Onteniente".
17. ¿Hay algo más grave que la corrupción? Sin duda, la impunidad, y que
en la protección de los corruptos el Gobierno arrase con uno de los
pilares del Estado: la confianza en la Justicia.
"Lo esencial para el buen funcionamiento de nuestras democracias es la
justicia. Sin buenos magistrados, sin un sistema judicial eficaz, el
régimen democrático no puede sobrevivir". La cita es de Margaret
Thatcher y, a pesar de la autora, es una gran verdad.
Ignacio Escolar, en eldiario.es
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