Se suele considerar al club Bilderderg como
una de las organizaciones no gubernamentales más poderosas del mundo.
Algunos creen que es la más poderosa y es una herramienta del 'gobierno
mundial'.
Sus reuniones, que habitualmente se convocan entre mayo y junio de cada año, transcurren con unas medidas de seguridad extraordinarias. Asisten decenas de magnates, banqueros, políticos, miembros de varias casas reales, otras familias de la aristocracia y también algunos científicos.
De los medios de información solo se admiten a dirigentes: también magnates, pero mediáticos. Y si acuden, no es para difundir a bombo y platillo las decisiones adoptadas.
Según declara el grupo en su sitio web oficial, sus reuniones anuales fueron "diseñadas para fomentar el diálogo entre Europa y América del Norte".
Se sabe muy poco de su agenda y aún menos de las decisiones porque "nunca atraían alguna atención pública", asegura la página de frecuentes preguntas. Finalmente, la práctica de las ruedas de prensa previas a las conferencias anuales fue suspendida en los años 1990 por "falta de interés".
Cuenta atrás para la reunión del 2017
El comité directivo del club ha convocado el próximo foro para el día 1 de junio en una pequeña localidad del estado estadounidense de Virginia, Chantilly. Las reuniones durarán cuatro días, siguiendo una tradición ya arraigada.
El sitio web del grupo promete publicar un comunicado para la prensa con la lista de los temas y los participantes en los próximos días.
Sin embargo, es poco probable que esta agenda, determinada en términos generales, diga mucho al internauta no enterado. Esos programas se hicieron incluso más lacónicos después del año 2014, hasta cuando contenían preguntas más o menos concretas, como "¿Es sostenible la recuperación económica?" o "¿Quién pagará por la demografía?".
Entre los años 2015 y 2016 el temario no difirió en ningún punto: inteligencia artificial, seguridad cibernética, amenaza de armas químicas, problemas económicos corrientes, estrategia europea, globalización, Grecia, Irán, Oriente Medio, OTAN, Rusia, terrorismo, Reino Unido, Estados Unidos y aparte de eso las elecciones en EE.UU.
Este último fue el único punto que no podría ser copiado y pegado automáticamente al programa de este año debido a la elección de Donald Trump.
La lista de invitados se mantiene en secreto hasta las vísperas del evento. De momento, solo puede decirse con exactitud que la próxima conferencia estará presidida por el magnate francés Henri de Castries, el presidente ejecutivo de AXA, una multinacional especializada en seguros e inversión.
Por primera vez en décadas esta reunión no contará con la presencia de David Rockefeller. El famoso banquero murió en marzo pasado a los 101 años. Todavía se desconoce cuál descendiente de la familia oligárquica lo va a sustituir en el club.
Conjeturas sobre la agenda
El año pasado los participantes del foro abordaron asuntos como la migración en Europa, el crecimiento económico de China, la situación en Oriente Medio, el destino de la deuda de EE.UU. y los precios de los hidrocarburos. Algunos medios destacaban también los temas de la presión geopolítica sobre China, los riesgos para la integración europea provenientes de la crisis migratoria, y las relaciones con Rusia a la luz del descontento de los empresarios europeos por las sanciones mutuas.
Para este año los medios apenas se atreven a publicar unas suposiciones lacónicas.
Así, al anunciar el viaje del miembro del consejo federal y expresidente de Suiza, Johann Schneider-Ammann, a la conferencia de este 2017, el sitio web Bluewin destaca tres puntos clave de la agenda.
Según sus fuentes en el Departamento de Asuntos Económicos del Gobierno suizo, son: el desarrollo político y económico mundial, las relaciones transatlánticas y los problemas de la globalización.
El portal informativo alemán Recentr sugiere cinco preguntas para adivinar en qué sentido van a desarrollarse los acontecimientos globales a partir de la lista de invitados (que la organización ha prometido publicar en las vísperas del foro y aún no ha publicado).
- Se podría juzgar sobre la perspectiva de destitución de Trump al ver si serán o no invitadas algunas personas próximas al presidente.
- Con muchos militares o exmilitares invitados: ¿Habrá guerra con Corea del Norte?
- ¿Se abrirá el Bilderberg un poco más al público, a juzgar por invitar o no a algunos medios alternativos como Breitbart?
- ¿Será esta la primera vez que el club haya invitado a alguien de los partidos de "nueva derecha"?
- Si acuden personas iniciadas en el conflicto Este-Oeste, ¿a qué fase llegará, a juzgar por lo que han impulsado o dicho últimamente?
El secretismo y la mistificación
Pese a que la organización prohíbe divulgar cualquier información que circula en las conferencias anuales, después de cada una de ellas en los medios abundan detalles. No es fácil discernir en estas publicaciones dónde está la verdad y qué parte es fruto de la fantasía.
Por un lado, desde el principio estos foros gozan de un carácter informal de conversaciones, permiten tanto establecer los lazos del negocio como hacer buenas migas a nivel individual entre los poderosos de América y Europa. Por el otro, las cuestiones que abordan tienen que ver con la política mundial, el flujo de capitales, la guerra y la paz, sostiene un artículo de la agencia de periodismo cívico Ridus. A puerta cerrada los participantes toman decisiones que influyen sobre el futuro de la humanidad.
Mientras existía la Unión Soviética, los temas principales que los integrantes del club se planteaban eran la integración europea, el desarrollo de un sistema de seguridad unificado en Europa (o sea uno controlado desde el otro lado del Atlántico), la lucha contra la ideología comunista. Hasta el momento es bastante complicado evaluar el grado de influencia del club sobre los acontecimientos históricos posteriores, pero entre los Tratados de Roma (1957) y de Maastricht (1992) la UE se hizo realidad, mientras que la URSS se desintegró entre agosto de 1991 y enero de 1992.
En los años más recientes el legatario del país soviético, la Federación de Rusia, vuelve a atraer gran parte de atención de los 'bilderbergers'. Según reveló en 2012 el escritor Daniel Estulin, les preocupa el intento de integrar a Asia en un bloque cohesionado bajo el liderazgo ruso. Están convencidos de que Rusia y China buscan incluir a Pakistán e Irán en una alianza bajo la égida de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) con grandes repercusiones para el resto del mundo, según le había dicho un experto en seguridad del Bilderberg.
Otra preocupación es la presencia rusa en el Mediterráneo. Las ganas de expulsar la Armada de Rusia del puerto sirio de Tartus sería una de las causas de la injerencia de Occidente en el conflicto sirio.
Los orígenes
Oficialmente las reuniones son administradas por la fundación Bilderberg Meetings y financiadas a cuenta de una "suscripción privada". En ningún momento se ha divulgado la información sobre aquellos suscriptores, pero conocemos a los patrocinadores del primer evento, que se celebró en 1954 precisamente en el hotel Bilderberg, en la localidad neerlandesa de Oosterbeek.
En aquella conferencia instituyente estaban presentes 80 personas, entre los cuales destacaban Edmond Rothschild y Laurance Rockefeller, quienes habían seleccionado en persona a los miembros del club. Representantes del clan de Rothschild, del Banco Schroeder, Rockefeller & Co y el periódico 'The New York Times', el Instituto Real de las Relaciones Internacionales de Londres y la CIA formaron parte del Comité Directivo.
Según la información no oficial, que por otra parte no fue refutada por ninguno de los participantes de aquellas conferencias, la Unión Europea y la divisa común fueron proyectos de los primeros 'bilderbergers'. El medio digital Agora Vox recuerda que el polaco Józef Retinger (1888—1960), quien trabajó como asesor político en distintos países, desde México hasta el Reino Unido, estuvo detrás tanto del club como del Movimiento Europeo: la estructura que promovía la integración hasta que fuera fundada la UE.
El movimiento, del que Retinger fue su primer secretario general, y también la Juventud Europea, el Comité Estadounidense por la Europa Unida y otros algunos en un principio estaban patrocinados por la CIA. A través de este clúster de organizaciones 'no gubernamentales', la agencia buscaba establecer el control sobre la élite europea.
Para viabilizar sus proyectos le faltaba conseguir un financiamiento extra y en eso le ayudaría la alianza de poderosos que posteriormente sería bautizada como el 'Club Bilderberg'.
Participantes e invitados
En las últimas décadas el número de participantes en cada conferencia llega a 130. La composición es cada vez renovada a la mitad. Sin embargo, hay miembros inalterables como los mismos magnates hereditarios, el exsecretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger y el exjefe de la junta directiva de la Reserva Federal de EE.UU., Alan Greenspan. Personalidades como Bill Clinton, Angela Merkel, Gordon Brown, Ben Bernanke, George Soros, Donald Ramsfield, Rupert Murdoch fueron solo invitados en una o varias conferencias del grupo.
La conferencia del año pasado tuvo lugar entre el 9 y el 12 de junio en Dresde, Alemania. Asistieron los políticos y hombres de negocios de 20 países. Entre los invitados destacaron la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, la ministra de Defensa de Alemania, Ursula von der Leyen, el presidente ejecutivo de Royal Dutch Shell, Ben van Beurden, y el de BP, Robert Dudley, entre otros.
Uno de los 'bilderbergers' más poderosos, Kissinger, arribó al foro tras una reunión con el entonces precandidato presidencial Donald Trump.
Varios periódicos habían supuesto que el club iba a apostar por Hillary Clinton en la carrera electoral del año pasado.
No obstante, aquel encuentro pudo apaciguar a los detractores del extravagante republicano dentro del grupo o incluso hacer que cambiaran de opinión.
El diario británico 'The Independent' recordó algunas de las coincidencias incluso más obvias entre la visita de una conferencia del Bilderberg y la carrera o el historial de algunos políticos.
Así, la conservadora británica Margaret Thatcher fue invitada al club en 1975, habló allí con Rockefeller y Kissinger, les gustó mucho y dos días después fue elegida primera ministra del Reino Unido. El exgobernador de Arkansas, Bill Clinton, apareció en el Bilderberg en 1991, poco después lo promovieron como candidato del Partido Demócrata y en 1992 ganó las elecciones.
A mediados de la década de 1990 el laborista Anthony Blair se convirtió en el líder más joven de su partido en su historia para luego batir el récord de la estancia más larga a la cabeza del mismo. En 1997 fue elegido primer ministro. Ese ascenso se hizo posible después de que visitara la conferencia del Grupo Bilderberg en Atenas en 1993. Y no es por casualidad que estaba a las órdenes de Washington cunado le propusieron desde allí la aventura del derrocamiento de Saddam Hussein.
Cambios en España
La escritora Cristina Martín Jiménez reveló en el 2014 que el rey Juan Carlos I había tenido que abdicar en su hijo bajo la presión del Club Bilderberg. El histórico anuncio fue hecho el día siguiente de que se clausurara el foro de aquel año. "Vienen presionando desde hace tiempo y en esta reunión le han pedido a la reina Sofía [que estaba entre los invitados] que el rey abdicara, que era el momento", sostuvo la autora.
Uno puede experimentar cierto ascenso en el escalafón y no solo gracias al club, sino que también dentro del mismo. Así, de los españoles invitados al foro en el 2015 el conocido masón y presidente del mediático Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, fue cooptado inmediatamente al Comité Directivo.
Este mayo lo ha sustituido en esta junta de elegidos otra invitada de la misma quinta: la multimillonaria Ana Patricia Botín, presidenta del Grupo Santander.
La invitación en el mismo 2015 del líder del PSOE, Pedro Sánchez, todavía no se ha disparado definitivamente, pero su 'segunda oportunidad' podría deberse, entre otros factores, a ese mismo hecho.
Alusiones al futuro
Las revelaciones de algunos apasionados de la teoría de la conspiración y las cautelosas suposiciones de los medios no cancelan la necesidad de aguantar hasta que termine el foro en Chantilly para ver cómo va a desarrollarse la política y la economía mundial. Aunque se trata de una organización muy cerrada, en pocas palabras veremos las alusiones a la opinión que el club de poderosos tiene de nuestro futuro.
Redactado por Alexéi Vlasov
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