Hasta 1989 los medios de propaganda del capital aullaban contra la existencia del muro de resistencia antifascista construído en Berlín para proteger al pueblo alemán libre de las hordas fascistas de la Alemania Occidental. En 2017 el mundo está lleno de muros, construídos por las oligarquías locales contra los trabajadores del otro lado.
Seguro que falta alguno en el mapa (por ejemplo, el muro recientemente elevado en Calais, Francia), pero la idea que se transmite es clara: casi tres décadas después de de ser derrumbado el muro antifascista de Berlín el mundo está plagado de muros fascistas (y la epidemia continúa).
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