Pues si, probablemente desde enero, fecha en la que el gran
patriarca Donald “duck” Trump ascenderá a los cielos, la historia de los EE.UU.
pasará a ser la historia de la familia Trump y de su marca.
Recordemos aquella familia Trapp, cuya historia fue escrita
y después dio origen a varias películas, entre ellas: La familia Trapp y
Sonrisas y lágrimas. Estos fueron refugiados que huyeron a Italia, por
disensión con los nazis y de allí embarcaron a EE.UU. Pues bien, la famila
Trump hará lo contrario, es su antítesis. Trump lo que ha dicho que hará será
negar la entrada a refugiados y a inmigrantes a “su casa”.
De los cinco miembros que el nuevo presidente yanqui ha
elegido para hacer la transición de poderes, tres son hijos suyos, un cuarto es
su yerno, cuatro son congresistas y cuatro amiguetes (millonarios empresarios,
por supuesto) .Esto en mi pueblo se llama nepostismo y demuestra el interés de
este energúmeno en que USA, pase a ser algo más de la marca Trump. Esa marca
que le ha llevado al estrellato.
Demuestra, sin duda, que quiere manejar el país como si
fuera otra empresa más de su dominio. Confundiendo, a sabiendas, lo público con
su propiedad. Lo que hace pensar en una dictadura que sólo podrá ser frenada
por un senado y un congreso con mayoría republicana y por un Corte Suprema que
está a punto de conseguir también la mayoría republicana. ¡Todo republicano!,
del mismo color, por lo que, seguramente será un coladero para la mayoría de
las leyes de Trump, esas leyes que pueden desdibujar lo poco hecho por Obama en
el terreno social, empeorar sensiblemente la situación de los más necesitados y
de las minorías, y llegar a poner en peligro la paz mundial.
Trump y USA se confundirán durante el mandato del capo-presidente.
Para Trump, USA será otra empresa más. Y tratará a los demás políticos como sus
empleados, y a los ciudadanos como clientes ajenos a lo público. Esa será su
forma de hacer política. Ha empezado demostrándolo al nombrar a un tercio de
los miembros (3 hijos y un yerno) para efectuar la transición presidencial. Intenta
ser más que un presidente, un “padrino” al que todos han de tener miedo y
venerar. Tal cual ha dicho que se comportará y tal cual está empezando a
comportarse.
De manera que agarrémonos los machos, americanos y de otros
mundos, porque la primera potencia del mundo no sólo será egoísta, que ya lo
es, no sólo tratará de imponer su poder, que ya lo hace, además nos querrá ver
arrodillados y pidiendo árnica para subsistir. Todo lo que esté fuera de la
marca Trump y sus tropelías será combatido y severamente castigado.
Y a este país lo ponen de ejemplo cuando se habla de
democracia. ¡Qué pena! ¿Qué pensarían aquellos griegos que la inventaron si
levantaran la cabeza? Lo llamarían dictadura plutocrática.
Salud y República
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