Hace quince años, el 11 de septiembre de 2001, el mundo veía consternado los atentados contra el World Trade Center, en Nueva York; y el Pentágono, en Washington; hechos que condujeron al inicio de la supuesta “cruzada” del gobierno estadounidense contra el terrorismo.
Apenas unas horas después de que las escalofriantes imágenes del derribo de las Torres Gemelas inundaran los medios de comunicación de todo el planeta; el Comandante en Jefe Fidel Castro, durante un discurso pronunciado en La Habana, dio a conocer la Declaración Oficial del Gobierno de Cuba, frente a los hechos ocurridos en Estados Unidos.
"El Gobierno de la República de Cuba ha recibido con dolor y tristeza las noticias sobre los ataques violentos y sorpresivos realizados en la mañana de hoy contra instalaciones civiles y oficiales en las ciudades de Nueva York y Washington, que han provocado numerosas víctimas.
Es conocida la posición de Cuba contra toda acción terrorista —nuestra historia lo demuestra, eso lo saben bien todos los que conocen la historia de nuestras luchas revolucionarias. No es posible olvidar que nuestro pueblo ha sido víctima durante más de 40 años de tales acciones, promovidas desde el propio territorio de Estados Unidos.
Tanto por razones históricas como por principios éticos, el Gobierno de nuestro país rechaza y condena con toda energía los ataques cometidos contra las mencionadas instalaciones y expresa sus más sinceras condolencias al pueblo norteamericano por las dolorosas e injustificables pérdidas de vidas humanas que han provocado dichos ataques.
En esta hora amarga para el pueblo norteamericano, nuestro pueblo se solidariza con el pueblo de Estados Unidos y expresa su total disposición a cooperar, en la medida de sus modestas posibilidades, con las instituciones sanitarias y con cualquier otra institución de carácter médico o humanitario de ese país, en la atención, cuidado y rehabilitación de las víctimas ocasionadas por los hechos ocurridos en la mañana de hoy".
El líder de la Revolución cubana, quien siempre alentó en su pueblo el respeto hacia el pueblo estadounidense, aseveró en su intervención que “ninguno de los actuales problemas del mundo se puede resolver por la fuerza, no hay poder global, ni poder tecnológico, ni poder militar que pueda garantizar la inmunidad total contra tales hechos, porque pueden ser acciones de grupos reducidos, difíciles de descubrir, y lo más complicado, aplicados por gente suicida.
De modo que el esfuerzo general de la comunidad internacional es poner fin a una serie de conflictos que andan por el mundo, cuando menos en ese terreno; poner fin al terrorismo mundial (Aplausos), crear una conciencia mundial contra el terrorismo”.
Más adelante, señaló Fidel: “Y les hablo en nombre de un país que ha vivido más de 40 años de Revolución y ha adquirido mucha experiencia, está unido y tiene un nivel de cultura grande; no es un pueblo de fanáticos, ni ha sembrado fanatismo, sino ideas, convicciones, principios”.
Nadie puede ignorar, ni olvidar que el apoyo del gobierno norteamericano a las acciones terroristas causaron la muerte de 3 478 ciudadanos cubanos, y daños a la integridad física de otros 2099.
Porque Cuba tiene memoria, recordamos que también el 11 de septiembre de 1980 fue asesinado en Nueva York el diplomático cubano Félix García Rodríguez, funcionario acreditado ante la Organización de Naciones Unidas.
Años antes, el 11 de septiembre de 1973, Washington promovió y amparó el golpe de Estado contra el presidente Sal¬vador Allende en Chile, cubriendo de luto y dolor a la nación y a todo un continente.
Paradójicamente, en 2001, luego de los abominables hechos del 11-S en Estados Unidos; y después de un largo y amañado proceso judicial, se condenaba injustamente en Miami a Cinco cubanos, precisamente por desarticular actividades terroristas contra su pueblo y salvar la vida de miles de ciudadanos cubanos y norteamericanos.
El 12 de septiembre de 1998 fueron apresados Ramón Labañino, Antonio Guerrero, René González, Gerardo Hernández y Fernando González, por el único delito de infiltrar los grupos terroristas organizados, entrenados y financiados por Estados Unidos para provocar el horror y la muerte en la Isla.
Hace 15 años, Fidel Castro expresó lo siguiente: “La lucha internacional contra el terrorismo no se resuelve eliminando a un terrorista por aquí y otro por allá; matando aquí y allá, usando métodos similares y sacrificando vidas inocentes. Se resuelve poniendo fin, entre otras cosas, al terrorismo de Estado y otras formas repulsivas de matar, poniendo fin a los genocidios, siguiendo lealmente una política de paz y de respeto a normas morales y legales que son ineludibles. El mundo no tiene salvación si no sigue una línea de paz y de cooperación internacional”.
Ese pronóstico del líder de la Revolución cubana cobra total vigencia hoy. El camino no es la fuerza, ni la guerra.
Lamentablemente, en el mundo, muchos extraviaron el rumbo de la paz y de la verdadera cooperación internacional que defiende Cuba.
http://twitthat.com/DRSRI
No hay comentarios:
Publicar un comentario