martes, 19 de julio de 2016

El rey, con las víctimas del franquismo (en 2036)

Se elevan a una veintena los cuerpos hallados en una fosa común en el cementerio de Valladolid




No es la reparación que esperan las víctimas del franquismo, pero que el máximo representante del Estado las reconociese sería un paso importante. Tanto, que no se ha dado en cuarenta años.



 Rodeado de familiares de víctimas del franquismo, y ante un monumento en memoria de los asesinados por la dictadura desde 1936, el rey Felipe VI toma la palabra:


“Debemos mirar hacia el pasado, pero con espíritu de superación de lo que nos ha separado o dividido; para así recordar y celebrar todo lo que nos une y nos da fuerza y solidez hacia el futuro. En esa mirada deben estar siempre presentes todos aquellos que, víctimas de la violencia franquista, perdieron su vida o sufrieron por defender nuestra libertad. Su recuerdo permanecerá en nuestra memoria y en nuestro corazón.”


“Nada ni nadie es capaz de aliviar el dolor que nos produce la mirada a los trágicos episodios que rasgaron España. Es necesario preservar los valores democráticos y éticos que encarnan las víctimas del franquismo, construir con dignidad su memoria colectiva y concienciar a la sociedad en la defensa de la libertad”.


“El franquismo representa unos terribles crímenes que mataron a miles de seres humanos, junto a cuyas cenizas quedaron maltrechas la dignidad y la esperanza. La memoria y el dolor permanecen aún hoy, cuando se cumplen ocho décadas del comienzo de la pesadilla”.


“Quiero terminar con un emocionado homenaje. Reafirmo mi afecto, mi inmenso respeto, por quienes sufrieron o perdieron la vida en defensa de la libertad de todos, mi compromiso de no olvidar la memoria de las víctimas, y la importancia de hacer justicia como mejor reconocimiento a la dignidad que merecen”.


Y concluye su discurso dirigiéndose a los familiares: “Gracias por hacernos sentir orgullosos.”


¿Qué fácil sería, verdad? De hecho, el discurso lo tiene ya escrito, lo ha pronunciado muchas veces. Este de arriba se lo he montado yo en cinco minutos, con un corta y pega de varios discursos de Felipe VI en recuerdo de las víctimas de ETA, del 11M, del Holocausto o de militares fallecidos en misiones en el exterior. Las palabras son siempre las mismas, la típica prosa enfática de Casa Real, solo he cambiado “terrorismo” u “Holocausto” por “franquismo”.


Para todas esas víctimas, y para muchas otras de atentados, guerras, accidentes o desastres naturales en el último rincón del planeta, ha tenido el rey palabras de homenaje en sus dos años de reinado. Para las víctimas del franquismo, ni un monosílabo. Es un titular habitual en prensa ese de "El rey, con las víctimas de...", y ahí rellenen con cualquier tragedia. Cualquiera, menos la peor de la historia de España. 


 Es cierto que en algún momento, y siempre fuera de España, se ha referido tímidamente a los exiliados en América Latina o a los republicanos que liberaron París. Pero para los miles de asesinados, encarcelados y represaliados en España durante décadas, ni mú. En eso continúa la tradición de su padre.


No es que las víctimas del franquismo se fuesen a sentir reparadas por que el rey lea un discurso. 


Ellas y sus familias merecen (y exigen) mucho más que unas palabras solemnes en palacio: merecen verdad, memoria y justicia. Recuperar a los suyos de las fosas, anular sentencias injustas, homenajear a las víctimas, reparar a quienes sufrieron. Y para ellas vale más un homenaje como el que ayer hizo el grupo de memoria de la CGT en Sevilla a los presos esclavizados del franquismo, que cualquier discurso en la Zarzuela.



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Pero que el rey, como representante máximo del Estado, hiciese un reconocimiento oficial a las mujeres y hombres víctimas del franquismo, sería un paso importante. Tan importante, que no se ha dado en cuarenta años.


Ayer Felipe VI dejó pasar el ochenta aniversario del 18 de julio. Era una buena oportunidad para homenajear a las víctimas como merecen, y hasta para condenar el golpe fascista. Imaginamos que tiene una agenda muy ocupada, está pendiente de la investidura y se le pasó la fecha. O quizás espera al centenario, para que la fecha sea más redonda. 2036. Paciencia.



 







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