El Tribunal Constitucional de Austria ha ordenado la repetición completa en todo país de la segunda ronda de las elecciones presidenciales del pasado 22 de mayo por irregularidades en el recuento de los votos. Los resultados de esos comicios fueron impugnados por el ultranacionalista Partido Liberal de Austria (FPÖ), cuyo candidato, Norbert Hofer, había perdido por solo 30.000 votos de diferencia contra el ecologista Alanxander Van der Bellen.
La decisión, que augura un terremoto político en el país alpino, da al partido ultraderechista FPÖ una victoria inesperada y supone un duro revés a la imagen del Gobierno austriaco, responsable de controlar un proceso electoral que ha dejado al descubierto irregularidades administrativas en el recuento suficientes para tumbar los comicios, que se volverán a celebrar previsiblemente en septiembre.
El FPÖ impugnó a principios de junio el resultado, que lo dejó a solo 30.863 votos de ocupar la presidencia en la elección más reñida de la historia de Austria. La ultraderecha lanzó sospechas sobre el recuento del voto por correo, que fue determinante en el resultado, en numerosos distritos electorales. Buena parte de las irregularidades denunciadas se refieren a la apertura de los sobres con las papeletas del voto por correo antes del plazo fijado legalmente, lo que ha sido motivo suficiente para que los magistrados del Tribunal Constitucional hayan dado la razón al FPÖ, que insinuó manipulaciones en 94 de las 117 circunscripciones electorales.
El partido ultra no solo ha conseguido con su exitosa impugnación una segunda oportunidad de situar a uno de los suyos a la cabeza del Estado por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, sino que ve reforzada su estrategia de cuestionar el sistema y sus instituciones.
Los magistrados han escuchado a lo largo de cinco días a casi 90 testigos de los colegios electorales denunciados, de cuyo relato no se deduce en principio una manipulación del voto por correo, pero sí infinidad de incumplimientos administrativos de la normativa, con recuentos de funcionarios en ausencia de los responsables de las mesas, apertura de sobres antes de tiempo y actas firmadas sin revisión.
La violación de las garantías del recuento, siempre y cuando pudieran incidir en el resultado final, bastaba para anular los comicios, como así ha lo ha decidido el Tribunal Constitucional austriaco.
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